¿Noche Triste o Noche Victoriosa? - México Desconocido
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¿Noche Triste o Noche Victoriosa?

Ciudad de México
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Revisamos los hechos ocurridos hace 500 años. Noche triste para Hernán Cortés o Noche Victoriosa para Cuitláhuac.

Esta noche (del 30 de junio al 1ro de julio de 1520) se conmemoran 500 años de una batalla que ganaron los mexicas y perdieron los españoles. En esta batalla los mexicas se jugaron el todo por el todo y cobraron las afrentas que los españoles fueron haciendo desde su llegada a Tenochtitlán, el 8 de noviembre de 1519, comandados por Hernán Cortés. Se le conoce como la Noche Triste porque fue un episodio sangriento que iremos contando paso a paso.

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La visión militar de Moctezuma

Pablo Moctezuma Barragán cuenta cómo el proceder de Moctezuma al recibir a Hernán Cortés respondía a una suerte de protocolo ancestral que él expone de la siguiente manera:

«El haber enviado regalos a los extranjeros y recibirlos en su ciudad no fue una señal de sometimiento. Era su costumbre al entablar contacto con las embajadas extranjeras, mandar regalos, recibirlos para negociar, tener tres entrevistas que se efectuaban cada mes (que eran de 20 días).

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«El más fuerte le regalaba al más débil alimentos y armas para que, si había un enfrentamiento, no se hiciera en condiciones inequitativas. Si luego de 3 entrevistas no se ponían de acuerdo, la batalla era al mes (20 días) en fecha prefijada por ambas partes, de día, entre ejércitos en batallas en la que no se mataban; sólo hacían prisioneros y sin afectar a la población civil. De modo que el que Moctezuma haya recibido a la embajada significó tan sólo seguir su costumbre ancestral».

La estrategia española de sometimiento

Las estrategias que tenían los españoles que entraban en terrenos de conquista en una visión colonialista y en un contexto de guerras en Europa, distaban por completo de la visión mexica de la guerra, de las batallas y de la forma de gobernar.

Para los españoles la captura de los dirigentes, los ataques sorpresa y usar los cadáveres de señuelo eran prácticas consolidadas.

¿Qué fue lo primero que hicieron los españoles al llegar a Tenochtitlán? Capturaron a Moctezuma y a los altos «mandos» de los mexicas, incluido su hermano Cuitláhuac, señor de Iztapalapa. Para liberar a algunos prisioneros, los españoles pedían su rescate en oro.

Otro hecho que marcó de manera determinante lo que se conoce coo la Noche Triste es que los españoles atacaron durante una fiesta sagrada a civiles desarmados en lo que se conoce como la matanza del Templo Mayor en la que perecieron entre 300 y 600 mexicas.

Matanza de Tóxcatl o la matanza del Templo Mayor

El 10 de mayo de 1520 Pedro de Alvarado, quien comandaba a los españoles en Tenochtitlán en ausencia de Hernán Cortés, decidió atacar a los mexicas en lo que se conoce como la Matanza de Tóxcatl o del Templo Mayor.

Se trató de una traición, ya que Alvarado calculó el ataque durante una fiesta religiosa de los mexicas: el culto a Tezcatlipoca y Huitzilopochtli, a la que incluso él había dado su venia.

Así, atacaron a sacerdotes, capitanes, guerreros, doncellas que cantaban y bailaban y que, desde luego, estaban desarmados. Alvarado ordenó cerrar las salida de los patios del Templo Mayor y avasallaron a civiles desarmados de una forma brutal, que narra Fray Bernardino de Sahagún de la siguiente manera:

«Dieron un tajo al que estaba tañendo el tambor, le cortaron ambos brazos y luego lo decapitaron, lejos fue a caer su cabeza cercenada, otros comenzaron a matar con lanzas y espadas; corría la sangre como el agua cuando llueve, y todo el patio estaba sembrado de cabezas, brazos, tripas y cuerpos de hombres muertos».

Fray Bernardino de Sahagún

Una vez que enterraron a sus muertos, los mexicas comenzaron el asedio al palacio de Axayácatl (actualmente es el Monte de Piedad, a un costado de la Catedral Metropolitana) dejándolos sin víveres y atacando con piedras.

Cuitláhuac sucesor de Moctezuma

Hay versiones que afirman que Moctezuma murió a manos españolas cuando se dieron cuenta que ya no lo seguían los mexicas y, sobre todo, que no cedían en el asedio y los ataques. Incluso se calcula que tras matarlo usaron su cadáver de señuelo para poder huir durante la noche, ya que calculaban que le harían los rituales fúnebres.

Sin embargo, Díaz del Castillo sugiere que fue herido por los mismos mexicas que, indignados por la matanza del 10 de mayo, comenzaron a atacar el palacio de Axayácatl con piedras, y tres de ellas hirieron a Moctezuma, quien murió dos días después debido a esos ataques que recibió en la cabeza, un brazo y una pierna.

Cortés ordenó a Moctezuma que les dijera a los mexicas que levantaran el sitio y dejaran entrar comida al palacio, pero los mexicas no cedieron, asú que Moctezuma sugirió que liberara a Cuitláhuac para que negociara directamente con ellos. Así sucedió.

Cuitláhuac no negoció nada; al contrario, comandó la estrategia de ataque que dio muerte a los españoles en lo que se conoce como Noche Triste; los mexicas lo eligieron como tlatoani sucesor de Moctezuma.

Los españoles lanzaron el cadáver de Moctezuma para que le hicieran los honores fúnebres y, mientras, huir por la noche. Pero el destino que les esperaba era otro.

El plan de escape y saqueo

La amenaza de los mexicas era cada vez más intensa, así que Cortés ordenó llevarse el oro que fuera posible, asegurando la quinta parte del botín al rey de España. Una vez resguardado el monto, dejó que los españoles tomaran el oro y buscaran huir hacia Tacuba a salvar su vida.

Bernal Díaz del Castillo dice lo siguiente:

«Yo digo que no tuve codicia, sino procurar de salvar la vida, mas no dejé de apañar de unas cazuelas que allí estaban unos cuatro calchuis, que son piedras entre los indios muy preciadas…»

El plan era huir en silencio durante la Noche Triste desde el palacio de Axayáctl rumbo a Tacuba, donde se reagruparían para irse hacia Tlaxacala. La idea era que salieran mil españoles y más de 10 mil tlaxcaltecas, cuya logística de escape era la siguiente:

  • En avanzada: Gonzalo de Sandoval, Diego de Ordás, Francisco de Acevedo, Francisco de Lugo, Antonio de Quiñones y Andrés de Tapia, con cien soldados, mancebos sueltos, veinte jinetes y 400 tlaxcaltecas.
  • En medio: Hernán Cortés, Alonso de Ávila, Cristóbal de Olid, junto con la artillería, Malintzin y otras mujeres indígenas, los prisioneros mexicas y el grueso de las fuerzas españolas y aliadas llevaban el tesoro.
  • Retaguardia: iban Pedro de Alvarado, Juan Velázquez de León, la caballería y la mayor parte de los soldados arrebatados a Pánfilo de Narváez.

El río de sangre desde el Templo Mayor hacia Tacuba en la Noche Triste

Los mexicas eran agudos guerreros y descubrieron el plan de fuga y cerraron todos los puentes, dejando libre únicamente el rumbo donde años después se erigiría la Iglesia de San Hipólito, donde cercaron a los españoles en canoas que sostenían la furia azteca.

Llovía y, se cuenta, que el cauce de la laguna sumado a la lluvia hizo aparecer un río de sangre de los caídos en aquella venganza mexica.

«No podíamos hacer cosa ninguna, pues escopetas y ballestas, todas quedaban en la puente, y siendo de noche, ¿qué podíamos hacer sino lo que hacíamos? ¿Que era arremeter y dar algunas cuchilladas a los que nos venían a echar mano, y andar y pasar adelante hasta salir de las calzadas?».

Bernal Díaz del Castillo

Salieron como pudieron y llegaron a Tacuba. Vendría el triunfo de la llamada Batalla de Otumba, que sería la antesala de su entrada triunfal a Tenochtitlán el 13 de agosto de 1521.

El recuento de la Noche Victoriosa

Pablo Moctezuma Barragán resume así lo que llama la Noche Victoriosa:

«Esa noche murieron 2 mil 66 europeos (tan sólo sobrevivieron 425), además de miles de sus aliados indígenas a los que mandaron por delante como escudo protector, y sobre cuyos cadáveres pasaron los españoles pues los arrojaron a los canales para poder huir.

«Esa noche también perdieron todos los tiros de artillería, la pólvora, casi todas las ballestas y escopetas, además de 79 caballos y casi todos sus perros».

¿Lloró realmente Hernán Cortés?

Bernal Díaz del Castillo afirma que sí: llegó al pie del legendario ahuehuete donde hizo una pausa antes de dirigirse a Tlaxcala. Al ver el gran golpe que sufrió a sus filas y la pérdida del tesoro lloró de impotencia.

Hay quien afirma que ni siquiera llegó, sino que se siguió despavorido pues resultaba imposible tener tiempo de tregua teniendo a los mexicas con toda la furia en franca persecusión.

Guilhem Olivier, del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la UNAM, asegura que “Es un mito que Cortés lloró en el árbol, al contrario, se ha documentado que cuando salió y ya estaban a salvo de la ciudad, dijo: ‘Vamos, que nada nos falta’. Los testigos documentados lo aseguran, porque poseía voluntad, certeza, aun cuando perdió su tropa y el botín, y seguía convencido de que regresaría a tomar la ciudad, y finalmente sucedió”.

Más allá de saber si ocurrió o no, vale la pena reflexionar sobre cómo podemos revisar los episodios y mirarlos sin el sesgo de quien escribió la historia para decidir si se trató de la Noche Triste para Cortés pero la Noche Victoriosa para Cuitláhuac. ¿A ti qué te parece?

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autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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