Oaxaca y sus Mercados. El encuentro de lo diverso - México Desconocido
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Arte y Artesanías

Oaxaca y sus Mercados. El encuentro de lo diverso

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Oaxaca y sus Mercados. El encuentro de lo diverso fifu

Durante la época prehispánica, los mercados se realizaban en los sitios considerados como corazón de la ciudad.

Un pregonero que portaba en ambas manos sendos estandartes engalanados con plumajes y tiras de papel In Tianquiz in Tecpoyotl -el que anunciaba el mercado- daba aviso, con su palabra y presencia, el día consagrado a esa actividad. La imagen espectacular y novedosa de los tianguis sorprendió a los conquistadores por la organización y la variedad de productos destinados al comercio. La esencia del México prehispánico conservó su lugar en la naciente Nueva España; uno de sus signos distintivos que perduran, para disfrute de todos, son los antiguos tianguis reglamentados a la manera indígena.

El día de plaza o «mercado mayor» sigue presente en nuestros días, sobre todo en el entorno cotidiano de la provincia mexicana. Hoy, como ayer, en algunos lugares el sistema de trueque continúa vigente; el intercambio como necesidad y disfrute de formas y colores se entreteje para que, al igual que en otros tiempos, la «plaza» sirva de vínculo a las comunidades. Este nombre se originó debido a que la celebración tenía lugar en los espacios abiertos que rodeaban a los principales edificios -religiosos y civiles-, y que a la usanza castellana recibieron ese nombre.

No es exagerado afirmar que en el estado de Oaxaca encontramos, aún en nuestros días, los ejemplos más diversos del mercado «mexicano» por excelencia. Los grupos étnicos, sus productos y tradiciones, imprimen a los mercados oaxaqueños colorido y sabor de variedad incomparable en la República. Agricultores, artesanos y comerciantes acuden con su mercancía, que una vez reunida en el espacio ritual, rebasa los límites de lo imaginable y convierte al mercado en un verdadero acontecimiento social.

Es difícil precisar cuál es el mejor de todos: en los valles centrales son famosos los de la ciudad de Oaxaca, el de Mitla y los que reúnen a centenares de compradores y vendedores en Ocotlán de Morelos, Teotitlán del Valle y Tlacolula. En el de Oaxaca, quizá el más conocido, una abigarrada imagen de texturas y colores vendrá a nuestro encuentro: alfarería, textiles elaborados en telar de cintura, flores, chocolate molido en metate, pan de huevo, objetos de cuero y pieles diversas; una infinidad de insectos comestibles, a los que se les atribuyen propiedades afrodisiacas, son vendidos por todas partes mientras en las fondas nos espera una sorprendente variedad de moles y platillos regionales.

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En la Mixteca de la costa, el mercado de Pinotepa Nacional es famoso por sus contrastes y la cantidad de personas que de diversas comunidades se congregan en él semana a semana. La región del Istmo cuenta con dos muy importantes: el de Juchitán y el de Tehuantepec, a cual más de concurridos y vistosos; en este último, los tamales de carne de iguana resultan para muchos un manjar irresistible. En la Mixteca alta son innumerables; el de Tlaxiaco siempre fue famoso, tanto como los de Huajuapan de León, Juxtlahuaca y el que se lleva a cabo en Putla y, por lo que toca a la sierra de Juárez, tanto el de Ixtlán como el de Guelatao son renombrados en esa zona. Visitar Oaxaca y conocer sus mercados es, sin duda, una experiencia ineludible.

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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