Paisajes de La Carrera Panamericana 2020
La Carrera Panamericana 2020 recorrió 3 mil km en menos de 10 días. Aquí la crónica de uno de los mejores rallys del mundo a 70 años de su creación.
Primero que nada debo de aceptar que nunca he sido fanático del automovilismo, incluso el día que asistí a La Carrera Panamericana 2020 ignoraba que es el mayor rally de nuestro país y uno de los más largos del mundo. Lo que sí sabía es que es una competencia que atraviesa el país de sur a norte por la carretera panamericana, de ahí el nombre de la carrera y y que los paisajes son espectaculares.
La edición 2020 fue sin público a causa de la pandemia, pero por primera vez en su historia se transmitió en vivo a través de redes sociales. De Oaxaca a Coahuila recorrimos más de 3,000 kilómetros en menos de 10 días.
Oaxaca
El día 0 y la salida se llevó a cabo en Oaxaca, una de las 10 ciudades declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El día 0 es cuando se hace la revisión de los vehículos y las pruebas de clasificación, así como la presentación y foto oficial.
Dicha imagen se tomó desde la terraza del estacionamiento del Auditorio Guelaguetza y lo que más me gustó es que está en lo alto de la capital oaxaqueña, por lo que desde ahí se puede admirar toda la ciudad, principalmente el templo de Santo Domingo.
En el día 1 para dar el banderazo inicial nos fuimos a la Sierra de Juárez, rumbo a Mitla.
Veracruz
Recordando que la carrera es un rally de distancia donde los autos jamás vuelven a pasar por el mismo sitio —y no un circuito donde los autos van dando vueltas en el mismo lugar—, en el día 1 llegamos al puerto de Veracruz.
En Boca del Río se instaló la meta del día 1 y cuando llegamos había una ligera llovizna que daba una atmósfera dramática a la llegada de los autos; me gustó mucho verlos arribar teniendo como escenario de fondo el gran oleaje del malecón.
El día 2 salimos hacia la Ciudad de México y dejar Veracruz siempre me causa nostalgia, como dice la canción de Agustin Lara: “algún día hasta tus playas lejanas tendré que volver”.
Salimos de madrugada de Veracruz hacia las Cumbres de Acultzingo. Nos tocó atravesar por una neblina espesa que fue desapareciendo con el amanecer mientras tomábamos un café de olla, que habíamos comprado en un puesto a la orilla de la carretera.
A lo lejos, un tren comenzó a pasar embelleciendo aún más el paisaje, y desde lo alto —usando un poco a causa de mi imaginación— vi que la carretera forma la letra M de México; comprendí que estaba en el sitio correcto para capturar fotografías de los autos.
Ciudad de México
El acceso de la Carrera Panamericana al Centro Histórico de la CDMX fue cancelado por la pandemia, por eso los autos sólo desfilaron sin detenerse por el Viaducto Miguel Alemán hasta llegar a Santa Fe, uno de los corazones financieros más grandes del país.
Michoacán
Arrancamos el día 3 saliendo de la Ciudad de México hacia la capital michoacana.
A lo largo de los días anteriores, pregunté a los pilotos cuáles eran sus lugares favoritos de la carrera y varios coincidieron: Mil Cumbres, antes de llegar a la antigua Valladolid, hoy Morelia.
Al instalarnos en una curva para contemplar los autos a toda velocidad pude comprender porque se llama Mil Cumbres este sitio, y es que pareciera un mar infinito de montañas.
Se trata de un lugar lleno de naturaleza que ahora también es uno de mis favoritos de toda la carrera.
Guanajuato
A causa de un error de logística me perdí de la carrera este día y me quedé varado en Guanajuato.
¿Quién no quisiera pasar tiempo en esta ciudad tan maravillosa? Hay que recordar que la ciudad de Guanajuato —junto a Oaxaca, Morelia y el centro de Ciudad de México— también es Patrimonio de la Humanidad.
Así que no podía desperdiciar el día y salí a caminar al centro, después de 3 horas quise hacer algo diferente a las veces que había estado allá. Tomé un recorrido hacia el Cristo de la Montaña del Cerro del Cubilete, “consuelo de los que sufren, adoración de la gente”, como diría José Alfredo Jiménez.
Desde lo alto de esta montaña se puede ver prácticamente todo Guanajuato; me gustó haber aprovechado el día al animarme a subir hasta ahí.
Zacatecas
El día 5 salimos de Guanajuato hacia Zacatecas, otra ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad. Aquí hicimos una parada para ver correr los autos en el estado de Aguascalientes, con una presa de fondo. Al llegar a Zacatecas me gustó ver el Cerro de la Bufa.
Durango
Este destino, debo decir, se convirtió en mi lugar favorito de toda la carrera; de Zacatecas manejamos durante 7 horas para poder llegar al Espinazo del Diablo, llamado así por la formación de las rocas que tienen la apariencia de una columna vertebral.
Durango es uno de los estados donde se han filmado más películas extranjeras debido a sus paisajes, y al estar allá pude confirmarlo. Valió la pena cada hora manejada para disfrutar de uno de los tesoros naturales de este estado.
Coahuila
El último día de la carrera llegó y nos fuimos de Durango directo a Torreón para ver a los autos cruzar el arco de la meta final. Sentí mucha alegría de haber podido concretar el rally. La imagen que quedó en mi memoria fue la bandera de México hondear en la plaza mayor de esta ciudad de la Comarca Lagunera mientras llegaban los autos.
Esta carrera me ayudó a conocer más mi país el cual sueño con conocer por completo. Esos paisajes me hicieron decir: ¡qué bonito país es México!
Revive las transmisiones en vivo aquí.
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