Pirámides de Teotihuacan, fin de semana

Ante mí, una maravilla del mundo iluminada digna de difundirse y no solo de ser admirada, esta zona arqueológica brilla en la noche. Cuando las pirámides cambian de color en la oscuridad, me siento hipnotizada, como si las viera por primera vez.  La visita empieza justo frente a la Pirámide del Sol; los guías dividen a los paseantes en varios grupos. Empezamos a caminar con suficiente distancia entre unos y otros, que sentimos que la Calzada de los Muertos es casi para nosotros. Nos dirigimos a la Pirámide de la Luna, mientras con la audioguía escuchamos todo lo que desconocíamos de Teotihuacan: su misterioso origen, la calidad de sus murales, la reconstrucción de la ciudad. Cada parada está llena de información. Al finalizar el paseo quedamos de nuevo frente a la enorme Pirámide del Sol, tomamos unos cojines y nos sentamos en la escalinata para admirar las imágenes proyectadas en ella con una precisión milimétrica. El video mapping narra el misterio de la fundación de esta ciudad y las décadas y centenares de personas que participaron en su construcción. Fuera del universo auditivo, la noche se enciende con la inmensidad lumínica de las pirámides. Pienso que a pesar de que he caminado por este sitio decenas de ocasiones, es la primera vez que lo hago de noche y aunque he escuchado a tantos guías y maestros explicar qué es Teotihuacan; la narrativa, el clima y la iluminación despiertan en mí una sensación nueva, una forma desconocida de apreciar este complejo arqueológico.

Tanto lo he visto, tantas veces he pasado en carretera junto a él, que su majestuosidad se volvió cotidiana, algo que daba por hecho que ahí estaba y no me sorprendía. Esa percepción cambia tras el espectáculo y la aventura en bicicleta al día siguiente, que redondea un fin de semana familiar en este asombroso lugar. La otra opción que tenemos es el temascal, pero nos decidimos por el recorrido, pues es ideal para principiantes y niños. Rodamos de San Juan Teotihuacan a San Martín de las Pirámides, pasamos por campos con xoconostles para conocer a la cochinilla, el insecto parásito del que se extrae el hermoso color rojo utilizado en murales y muros de Teotihuacan. Una tirolesa, la caminata por la gruta y una visita a la cooperativa que elabora productos a partir del xoconostle y el nopal enriquecen el paseo. También comer quesadillas en un puesto tradicional, para apoyar así a los pequeños negocios locales. Definitivamente, esta experiencia es una visita inesperada y sorprendente a uno de los sitios más visitados de México, una oportunidad  para divertirse con toda la familia y conectar con una parte importante de nuestra identidad. 

Imprescindibles cercanos a Teotihuacan, Estado de México

• Volar en globo para admirar las pirámides desde las alturas.
• Visitar el Exconvento de Acolman (L-D de 9:00 a 17:30 hrs) a 10 km de la zona arqueológica.    
• Comer en el restaurante de cocina tradicional mexicana La Gruta, que está detrás de la Pirámide del Sol.
• Convivir con la naturaleza en el parque Reino Animal. Hay paseos en ponis y carretas. 
• Visitar el Acueducto del Padre Tembleque, obra hidráulica que se erigió entre 1541 y 1557.

Lourdes Botello