Plaza de Toros México, su historia a 76 años de existencia
Te contamos los orígenes de la Plaza de Toros México, la más grande del mundo, a casi ocho décadas de su inauguración
A finales de los años veinte, el político y empresario yucateco de origen libanés, Neguib Simón Jalife se muda a la Ciudad de México e imagina una fastuosa Ciudad de los Deportes, que incluyera la Plaza de Toros México, un frontón para Jai-alai, arena para box y lucha libre; un estadio de futbol, alberca olímpica y hasta áreas comerciales.
Por esta razón, adquiere en 1939 varios terrenos entre las actuales colonias de Ciudad de los Deportes, Noche Buena y San José Insurgentes, en la Ciudad de México; y en 1944 contrata al ingeniero Modesto C. Rolland -quien había edificado el Estadio Xalapeño- para materializar su ambicioso proyecto.
Colocación de la primera piedra de la Plaza de Toros México
El 28 de abril de 1944, se pone la primera piedra de lo que sería la Ciudad de los Deportes. La ceremonia es presidida por el entonces regente de la capital, Javier Rojo Gómez.
Seguidamente, unos diez mil obreros trabajan hasta tres turnos para concluir la plaza en solo seis meses. Y es que hay tremenda presión de terminarla pronto, pues en la inauguración se espera la presencia del torero español Manuel Rodríguez, Manolete, una especie de dios para la afición taurina, que a sus 29 años de edad acaba de anunciar su retiro.
Inauguración
La México, como también se le conoce al recinto, se inaugura la tarde del 5 de febrero de 1946. Participan Manolete, quien torea las primeras tres corridas; Luis Castro El Soldado, y Luis Procuna. El primer toro lidiado se llama Jardinero. Todos los toros son de San Mateo.
Capacidad de la Plaza de Toros México
El cupo oficial en la plaza es de 41,262 personas aunque en llenos totales se tiene un registro de hasta 50,000 aficionados. A sus 76 años, La México ha resistido además del paso del tiempo, temblores y terremotos; lluvias torrenciales e inundaciones y la presencia de grandes multitudes no solo en festejos taurinos, sino en eventos deportivos, políticos y conciertos multitudinarios, como los precedidos por Vicente Fernández, Luis Miguel, José José, Bronco, entre otros.
Ruina por un sueño
Del colosal proyecto de la Ciudad de los Deportes solo se edificaron la Plaza de Toros México y el estadio de futbol Azul. Por falta de recursos, los otros espacios deportivos y recreativos quedaron en los planos.
Después de 40 novilladas, el empresario Neguib Simón pierde toda su fortuna en la inversión de los dos inmuebles y en 1946, con pérdidas y deudas cuantiosas, vende los inmuebles al empresario español D. Moisés Cosío, quien la conserva hasta su muerte en 1983. Inmediatamente, la plaza pasa a ser propiedad de su hijo Antonio Cosío.
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