¿Por qué Mérida es la «Ciudad Blanca»?
Mérida es popularmente como la "Ciudad Blanca", pero ¿sabes cuál es la razón si sus edificios más clásicos no son de ese color?
Muchos hemos usado por años la frase “Ciudad Blanca” como sinónimo de “Mérida”. No obstante la mayoría ignora que el origen de dicho sobrenombre tiene que ver en realidad con el color de piel de sus habitantes.
Tal dato, obvio, causa sorpresa porque por años se ha dicho que la razón de este mote está en el blanco de sus construcciones erigidas sobre los templos mayas, así como las casas modestas hechas de materiales blanquecinos como la piedra caliza, propia de la región.
Mérida, una ciudad «para los blancos»
Sin embargo la blancura inmobiliaria queda descartada como el origen del mote “Ciudad Blanca” cuando se toman en consideración datos históricos como los siguientes:
En 1542, el español Francisco de Montejo, en plena campaña por la conquista del Mayab (nombre original de la Península de Yucatán) y habiendo sufrido varias embestidas por el ingenioso ataque de los nativos cocomes, habló con el líder de éstos, Nachi Cocom para decirle, palabras más menos:
“Márchate con tu gente a Sotuta, pero no se metan a Mérida, pues esta localidad es para los blancos”. El dato anterior es aportado por Gonzalo Navarrete Muñoz, actual cronista de la Ciudad de Mérida.
La Ciudad Blanca en el porfiriato
Otro dato, menos creíble a nuestro parecer, sugiere que el nombre de “Ciudad Blanca” se origina en años más recientes, concretamente en el Porfiriato, porque según esta versión en dicha etapa fue evidente la proliferación de gente blanca en Mérida siendo hombres de negocios, hacendados, en fin, la clase alta.
Sin embargo es evidente que esta característica no fue exclusiva de la etapa en la que Porfirio Díaz gobernó al país, sino que, como ya vimos, se dio desde el proceso de conquista, la cual por cierto nunca se concretó a plenitud, aunque dicho tema es motivo de otro texto.
Para quienes estén más interesados en este proceso de separación entre blancos y naturales, y cómo tal especie de apartheid ha mutado pero prevaleciendo hasta la actualidad en Mérida, puede leer la investigación de Eugenia Iturriaga, Las élites de la Ciudad Blanca.