¿Por qué no debes sentarte en la arena cerca de una tortuga desovando?
Acompañar a una tortuga marina mientras desova es uno de los espectáculos más bellos, sin embargo, hazlo a distancia y de pie, pues podrías ser atacado por la llamada “pulga de arena”.
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Siempre quise escribir sobre esto, ya que pocos somos alertados de un fenómeno que pasa en las playas y que sufrí en carne propia. Hoy hablaremos de por qué no debes estár cerca de una tortuga desovando.
El antecedente
Hace un par de años fuimos invitadas mi amiga -y también editora- Aleida Martínez y yo a pasar algunos días en la Riviera Maya y una de las actividades era conocer al equipo de biólogos, que en la Área Natural Protegida de Xcacel-Xcacelito, colaboran para poner a salvo a los huevos depositados por las tortugas marinas, que pueden ser de las especies: blanca, caguama, carey y laúd en temporada (de mayo a septiembre).
El milagro
Cuando caía el sol, salió un ejemplar del mar y un grupo de observadores, junto con los biólogos nos aproximamos. Es un espectáculo impresionante el esfuerzo de estas criaturas por caminar sobre la arena y elegir un lugar para hacer una cavidad que haga las veces de nido para sus huevecillos. Un evento sobrecogedor.
La misión
La misión de los biólogos es -una vez que la tortuga regresa al mar- poner a salvo los huevos y monitorearlos para su conservación hasta el momento que se pueda realizar su liberación, en la misma playa donde su madre los depositó.
El error
Resulta que todos quedamos maravillados de la extenuante labor de la tortuga. Por supuesto, hay que esperar a que termine de desovar y desearle mucha suerte cuando alcanza la primera ola que la llevará a las profundidades.
Mi gravísimo error fue que me senté en la arena, como a un metro de distancia de la tortuga, para ver todo el proceso. Cuando me levanté, después de una hora más o menos, sentí un dolor en la parte anterior de las piernas, en muslos y pantorrillas, como que algo me quemaba. Me sacudí y caminé unos pasos cuando la molestia fue aún mayor, no había luna llena, ni luces, así que no podía ver qué había pasado.
Hasta que alguien me iluminó al sentirme angustiada, vimos que estaba totalmente inflamada y las molestias aumentaban con gran comezón.
Los hechos
Después de la angustia de todos al ver mis piernas, alguien se acercó y dijo que habían sido las “pulgas de arena”, que se acercan por miles cuando llega una tortuga para aprovechar y “cenar” de su pobre carne. Y esa vez encontraron una piel menos dura…
La verdad lamenté mucho que esto me haya pasado, pero tampoco entendía por qué nadie me alertó de este peligro, ya que es sumamente incómodo. De las peores noches de mi vida. Por supuesto no pude dormir ni un minuto, la comezón era insoportable.
Por suerte, los amigos de Xcaret me auxiliaron con Caladryl, y otra pomada que tenía algo de cortisona, además de ibuprofeno para bajar la fiebre.
Pobre Ale, tampoco durmió.
Por eso, recomiendo nunca sentarse en la arena de noche o muy temprano, porque leí que estos anfípodos son más activos a estas horas. Y por supuesto, ya lo saben, nunca de los nuncas echarse en la arena, ni lejos de donde esté una tortuga anidando.
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