Puerquitos de piloncillo, panadería de convento que se niega a desaparecer
¿Los has comprado en la carretera?De origen colonial, los puerquitos de piloncillo son delicias de otros tiempos, cada vez más difíciles de encontrar.
Es indudable que en los conventos coloniales se crearon exquisiteces que perduran hasta nuestros días, como el mole, el rompope y parece que también, los puerquitos de piloncillo.
Tradicionalmente, son catalogados como panes, pero esto depende de la localidad donde se preparen; por ejemplo, en Baja California, su consistencia crujiente y tamaño pequeño los define como galletas.
Puerquitos de piloncillo, panadería tradicional
La característica más destacable de estos panes es que son preparados de forma artesanal, con harina, de maíz o de trigo; obviamente piloncillo, clavo, anís o canela; cáscara de naranja y manteca. Algunos se glasean o se cubren de chocolate.
Anteriormente se cocían en hornos de leña, lo que les daba un aroma exquisito, que combinaba muy bien con la miel del piloncillo.
Sin embargo, encontrarlos en las panaderías es cada vez más complicado; ya que los panes artesanales se van sustituyendo por los horneados de forma industrial. Por ello, es más fácil hallarlos en las ferias de pueblo, afuera de los mercados, en panaderías especializadas o incluso en las carreteras.
Un pan de temporada en el Estado de México
Curiosamente, los marranitos son muy apreciados en Toluca, donde son considerados incluso panes de temporada. En el otoño, durante la Feria del Alfeñique no faltan en los puestos de la feria.
¿Los puerquitos de piloncillo tienen origen inglés?
Algunos gastrónomos conocen al puerquito de piloncillo como chichimbré, deformación del anglicismo gingerbread, el pan de jengibre tradicional inglés. Se dice que estos panes llegaron a México en la Primera Guerra Mundial, con un nutrido grupo de ingleses de las empresas que venían a extraer petróleo. Con el tiempo el jengibre fue sustituido por el clavo o el anís.
Por último, saborear uno de estos panes es viajar al pasado, cuando los abuelos los compraban en la panadería de la colonia para el desayuno; los servían con café con leche y a chopear.