Rescatan animales de circo, conoce esta iniciativa y súmate
¿Sabías que existe un lugar en el cual rescatan animales de circo? Conoce Fundación RECICA, un santuario en el que se rescatan animales de circo y se les brinda una segunda oportunidad.
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Cuando era un niño, esperaba con impaciencia que llegará el fin de semana para que mis padres me llevarán al circo, con la enorme ilusión de ver a los grandes felinos que tanto cautivan a cualquier persona, mareados por las luces y el colorido, no sabíamos (o pretendíamos no saber) lo que realmente pasaba tras bambalinas en la mayoría de los circos.
La triste y dolorosa realidad detrás de los circos
Animales viviendo fuera de su hábitat, un Tigre en libertad domina un territorio de al menos 20 km2, obviamente en un circo viven en un espacio sumamente reducido y obligados a convivir con otros tigres cuando por naturaleza son animales sumamente solitarios, y un León acostumbrado a vivir en manadas de al menos 10 individuos, en un circo son incapaces de cazar, socializar y cuidar a sus crías.
En su mayoría animales secuestrados, así es, los sacan de su vida, difícil, pero en libertad o los separan desde muy pequeños de sus familias, llámenle como le llamen, es un acto despiadado. Los someten a sesiones de entrenamiento llenas de crueldad, los lastiman con herramientas de castigo, tales como barras eléctricas y látigos, les cortan las garras y en muchas ocasiones les condicionan el alimento y el agua.
Y todo esto, ¿para qué?, ¿para que hagan actos ridículos totalmente antinaturales o para que veamos que un domador puede controlar grandes felinos llenos de miedo, sin garras y hasta drogados?, lo único que les estamos causando es un estrés infinito.
En mi opinión, todos los circos son en mucha o menos medida sinónimo de encierro, soledad, sufrimiento, maltrato y hambre, son lugares en contra de la naturaleza en donde ningún animal puede vivir, no digamos, felizmente, ni siquiera dignamente.
Misma suerte tienen todos aquellos animales que forman parte de colecciones privadas y de los que nadie sabe sus condiciones.
El inicio del cambio
El 8 de julio de 2015 entró en vigor en México, la Ley General de Vida Silvestre que prohíbe el uso tanto de animales silvestres como domésticos en los espectáculos circenses, lo cual fue una excelente noticia para los animales atrapados en los circos y para aquellos que iban a ser privados de su libertad para meterlos a uno.
Sin embargo, la Ley no contemplaba que se iba a hacer con esos animales, simplemente los dueños de los circos ya nos los podían utilizar, esa falta de previsión de nuestros legisladores provocó que muchos animales murieran, salía más caro mantenerlos que sacrificarlos.
Muchos otros se pusieron en venta, en donde varios coleccionistas privados se vieron beneficiados, claramente la Ley careció de incentivos para asegurar el futuro de esos animales, pero lo importante es que en México nunca más veremos a un hermoso animal viviendo en un circo.
Los salvadores de RECICA
Ante la falta de planeación, Emigdio Angeles Ordoñez, apasionado, preocupado, ocupado y dedicado por el bienestar de los animales, se puso el enorme reto de crear FUNDACIÓN RECICA (Rescate de Circo y Cautiverio), con el objeto de comenzar a rescatar a aquellos animales que ya no serían requeridos en los circos.
RECICA es un refugio en el Estado de México, tienen más de 150 ejemplares rescatados, han recibido animales en buenas condiciones y otros en muy malas, principalmente con laceraciones y traumas, como por ejemplo un babuino sin brazo y un tigre sin cola.
Han enfrentado muchos retos, el rescatar a los animales ha sido uno de ellos, aunque algunos fueron entregados en donación a muchos otros les pusieron precio, sobre todo a hembras embarazadas, las puertas de RECICA están abiertas, siguen trabajando en rescatar animales que se encuentren en condiciones indignas.
En un inicio querían enfocarse en los grandes felinos, pero no pudieron negarse a recibir a otras especies que necesitaban ayuda, ahí viven leones, tigres, jaguares, pumas, lobos, osos, avestruces, búfalos, llamas, monos e incluso hienas.
Todos estos hermosos animales, requieren alimento, atención veterinaria, han tenido que operar a varios por los maltratos a los que habían sido expuestos, también han atendido partos dando 20 hermosas crías de distintas especies, obviamente esta importante labor requiere de muchos recursos tanto humanos como financieros.
Tal como lo exponen en RECICA, “cada uno de los animales que llega a la Fundación tiene una historia que contar, si bien, no podemos cambiar su pasado, podemos hacer que tengan un mejor futuro”.
Compartiendo la experiencia
La primera vez que escuché de RECICA fue por un sobrino, también amante de los animales, de ahí decidí contactarlos con el objetivo de poder realizar una visita a sus instalaciones, el poder conocer de primera mano un esfuerzo tan importante en materia de cuidado animal y poder convivir con tan hermosos animales, que además de todo tienen una historia atrás de la cual es imposible no conmoverse.
Es posible hacer una visita a RECICA, si bien no está abierto al público en general, mediante una cita y en calidad de donador se puede ingresar, una experiencia increíble la cual recomiendo ampliamente, lo único que se necesita es compartir el amor y preocupación por la vida salvaje.
He tenido la fortuna de ir un par de veces, la primera para conocer lo que hacen y la segunda con miras a escribir este artículo y uno subsecuente especializado en el Jaguar, agradezco a la familia RECICA por todas las facilidades y en especial a Belén Alamillo por sus atenciones.
Maravillosos encuentros
La visita es extraordinaria, los espacios en los que están los animales son bastante amplios, con comida y agua suficiente, se perciben felices y atendidos, es impresionante ver el cariño y agradecimiento que muestran a sus cuidadores, que sin duda se han convertido en sus salvadores y en su familia.
En especial me cautivaron cinco momentos, el primero de ellos es ver a las tres hermosas hienas, se acercan a la malla para que las acaricies como si fueran tu amada mascota. El segundo de ellos fue deleitarnos con el León Crispín, un gigantesco león, con una melena espectacular y una mirada cautivadora, también busca el contacto para consentirse, estuve admirándolo por varios minutos, sintiendo su increíble pelaje y confirmando lo maravillosa que es la naturaleza.
Los habitantes de la fundación
En la Fundación tienen a una singular manada, la cual pertenecían a un mismo circo, en ella vemos leones y tigres conviviendo como una familia, también animales agradecidos y tuve la fortuna de participar directamente en su alimentación.
Pudimos alimentar a un hermoso león imponente y juguetón al mismo tiempo, momentos después entramos a otro espacio en donde tienen crías de leones, tigres y jaguares, sumamente vivaces, juguetones y alegres.
En otro espacio, se encontraban unos tigres, los cuales habían sido sumamente traumatizados en su vida anterior, por lo que no aceptaban el contacto con el humano, me encantó encontrar en mi segunda visita, que, a base de cuidado, amor y respeto, esos mismos tigres ahora se encuentran en un espacio en el cual tienen contacto con nosotros sin mostrar la más mínima señal de agresividad.
Sin duda, la mejor experiencia fue la convivencia con los jaguares, dos hermosos y cariñosos animales, Barack un macho totalmente negro con unos ojos de un color amarillo intenso y Justin con su hermoso pelaje manchado.
Tuve la fortuna de estar cerca de ellos, de jugar, de acariciarlos, basta ver sus miradas para darnos cuenta que son felices, que están agradecidos y que volvieron a confiar. Gracias Justin y Barack por enseñarme que existen segundas oportunidades, los amé.
Aprendizaje para todos
Para aquellos que amamos la naturaleza y condenamos el maltrato animal, la prohibición del uso de animales en espectáculos circenses es una muy buena noticia, ahora es turno de hacer lo mismo en delfinarios y otros parques.
Felicidades a todos los que han hecho realidad la labor de RECICA. Por ello, los invito encarecidamente que los apoyen, en RECICA rehabilitan, cuidan y aman a cada uno de los integrantes de su manada, les otorgan calidad de vida para que puedan vivir lo que les resta de una manera digna y llena de cariño. Si bien el ser humano es responsable de lo que les pasó, también somos su única esperanza.
Enseñemos a nuestros hijos que los animales tienen la misma o más capacidad de sentir y de sufrir que los seres humanos, respetemos su naturaleza y no les causemos daño ni directa ni indirectamente. Hablemos por aquellos que no tienen voz.
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