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Curanderos, parteras y rezanderos: el arte de curar en México

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No son sólo los curanderos, en México también hay otros personajes capaces de curar a los enfermos desde la época prehispánica. ¡Conócelos!

En México no solo existen curanderos sino también yerberos, parteras y otros expertos capaces de curar diversos males. ¿Los conocías?

Curandero

Al igual que el mara´kame, el curandero entre los mexicaneros y tepehuanos de Durango tiene la facultad de enfrentar y curar varias enfermedades, particularmente cuatro consideradas como peligrosas.

Debe ser del sexo masculino y prepararse durante cinco años con constantes ayunos. Durante ese tiempo debe hacerse de sus utensilios de trabajo para las futuras curaciones. Se trata de flechas a las que se atan plumas y cada flecha representa la enfermedad que se debe curar.

Igualmente hacen uso del tabaco, el agua, las oraciones y el sueño. Las enfermedades consideradas como peligrosas son el “cochiste”, la “pulgación”, la “corrida del alma” y la brujería.

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La primera consiste en una especie de sueño que ataca a los niños desde que son bebés hasta los 13 años. Se manifiesta como un sueño intenso. También con diarreas o llanto constante y puede ser ocasionada por la falta del cumplimiento de los padres para efectuar las ceremonias agrícolas o tal vez debido a relaciones sexuales en estado de ayuno.

La “pulgación” es una enfermedad venérea que se presenta en los adultos como ardores en el vientre femenino o en el sexo masculino al orinar. Las causas pueden ser las mismas que ocasionan el “cochiste” en los niños.

En cuanto a la “corrida del alma”, es la enfermedad ocasionada a los familiares vivos de una persona que ha fallecido. Entonces el aliento del difunto debe ser expulsado del mundo de los vivos.

Yerberos

Son quienes poseen el conocimiento milenario de la herbolaria a través de la cual remedian ciertos males.

En base a este conocimiento preparan infusiones, pomadas, aceites y lociones para curar o prevenir la enfermedad. Son ellos los encargados de llevar a cabo las limpias, en las que además de las plantas y sus derivados, se valen de incienso, tabaco, veladoras y oraciones.

Por lo general,  las limpias se desarrollan frente a un altar, sacudiendo con ramas —y en algunas ocasiones golpeando— al paciente. Posteriormente le frotan un huevo en el cuerpo, haciendo especial énfasis en la cabeza. Acto seguido, rompen el cascarón y vacían la yema entera en un vaso de agua, en donde se manifiesta el daño.

De esta manera, se cree que la enfermedad del paciente ha sido extraída por medio del huevo. Algunas de las enfermedades más comunes que suelen curar los yerberos  son “el mal de ojo”, “el aire”, “el empacho” y “el espanto”.

Rezanderos

Fungen como intermediarios entre los seres divinos  y el paciente, y por lo general, llevan a cabo  sus acciones petitorias en el interior de las iglesias. Esto se hace frente a un altar o en los lugares considerados sagrados como cuevas, cerros y encrucijadas de caminos.

Complementan su oración con la quema de incienso o copal, huevos y aguardiente, así como algunas ofrendas. Las velas son indispensables en su oficio y varían en cantidad, tamaño y color, según el padecimiento o petición.

Para que el rezo sea eficaz, debe ser un acto repetitivo y este puede durar varias horas,  provocando muchas veces entrar en “trance” al rezandero. Por su amplio conocimiento de las oraciones, es solicitado igualmente para participar en funerales, ceremonias petitorias, de bendición de la tierra, novenarios y velación de santos.

Por lo general, los rezanderos gozan de gran prestigio y estatus en las comunidades indígenas, y suelen tener un cargo religioso.

Parteras

No sólo asisten a la paciente durante el parto, además, lo hacen antes y después de éste.

Por medio del tacto, masajes y baños de temascal, la partera está siempre al cuidado previo al parto de la paciente. Y, al igual que los sobadores, de ser necesario, se encarga de corregir la posición del producto utilizando hojas de aguacate y masajes en el temascal.

Una vez nacido el bebé, se encarga de los primeros cuidados de éste, al igual que de la madre. En algunos grupos indígenas, al nacer el niño se guarda la placenta y a los tres días se saca y se lava bien, para después enterrarla bajo un árbol de aguacate.

Otra función que suele realizar la partera es corregir en los niños la “caída de mollera”. Esta es causada por una fuerte sacudida cuando están en su etapa tierna. Para corregir esto, introducen un dedo en la boquita del pequeño haciendo presión en el velo del paladar para acomodar la mollera. Después frotan aceite en la cabeza.

Parteras tradicionales

 

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autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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