El río Grijalva: una de las venas hídricas de México

El río Grijalva es uno de los cuerpos fluviales más grandes e importantes de México. Con su punto de origen en Guatemala, su afluente atraviesa el sur de nuestro país, alimentando y llenado de vida estados enteros de la República.
Todos hemos visto el Cañón del Sumidero en el estado de Chiapas y nos hemos maravillado con su belleza. Sin embargo, se suele olvidar que las aguas que los crearon y que lo alimentan son las del río Grijalva. Este cuerpo fluvial es uno de los más grandes de nuestro país y no solo eso. Es sumamente vital, ya que alimenta diferentes estados del sur; provee lo necesario para la vida de las personas, animales y plantas de la región, además de que posibilita la generación de energía eléctrica.

El río Grijalva: su historia y su nombre
El río Grijalva recibe su nombre del conquistador y explorador castellano Juan Grijalva, quien descubrió con su flota la desembocadura del cuerpo fluvial el 8 de junio de 1518, a la altura de lo que actualmente es Villahermosa. Sin embargo, desde tiempos muy antiguos recibía otros nombres. Los mayas chontales le llamaban Tabasco (de ahí el nombre del estado mexicano).
Sus aguas vieron importantes episodios de la historia nacional, desde incursiones piratas, pasando por una de las pocas victorias de la República Mexicana sobre el ejército de Estados Unidos en la guerra de 1846-1848, así como diferentes combates durante la Segunda Intervención Francesa (1862-1867). Hasta 1956 fue la principal vía de comunicación de Tabasco con el resto del país.

Nacimiento, recorrido y partes del río
El Grijalva tiene como nacimiento la sierra de los Cuchumatanes en el departamento de Huehuetenango en Guatemala, a 4 mil metros sobre el nivel del mar. Se une al río Usumacinta antes de desembocar en el Golfo de México, en la costa tabasqueña. Atraviesa tanto al país hermano, como los estados mexicanos de Chiapas y Tabasco, por lo que es considerado un río internacional.
Tiene una extensión de 600 kilómetros y está compuesto de cuatro diferentes tramos, los cuales tienen diferentes nombres. El primero es el Grijalva Guatemalteco; el segundo es el Alto Grijalva (conocido anteriormente como río Grande de Chiapas), mientras que el tercero es el Medio Grijalva; ambas partes atraviesan tierras chiapanecas. Respecto al cuarto y último tramo, se le llama Bajo Grijalva; recorre tanto Chiapas y Tabasco antes de fusionarse con el Usumacinta y desembocar juntos en las costas del golfo. De ahí que las capitales de estas entidades, Tuxtla Gutiérrez y Villahermosa, se beneficien directamente de su afluente.

El Cañón del Sumidero, la cuenca del río Grijalva y el delta Usumacinta-Grijalva
También el recorrido del río Grijalva conforma importantísimos cuerpos orográficos e hidrográficos. El primero de ellos es el Cañón del Sumidero en Chiapas, famoso mundialmente por su extraordinaria belleza. Por otro lado, en tierras chiapanecas y tabasqueñas, ha creado la cuenca homónima, en la que hay una auténtica explosión de vida y cultura; no olvidemos que en esta región se asentaron olmecas y mayas. Finalmente, el delta del que forma parte junto al río Usumacinta, es uno de los cuerpos acuáticos con mayor cantidad de agua dulce de todo el país, mientras que su diversidad biológica es la más grande de todo México.

Importancia
Con un caudal que alcanza los 6 mil metros cúbicos de agua por segundo durante la temporada de lluvias, no es sorpresa que el río Grijalva sea vital para el sur mexicano. Su poderoso afluente alimenta las cuatro grandes presas hidroeléctricas de Chiapas: La Angostura (Belisario Domínguez), Chicoasén, Malpaso (Nezahualcóyotl) y Peñitas. Estas centrales generan buena parte de la electricidad del país.
Además de ser una vía de transporte de personas y mercancías, el Grijalva es fundamental para el riego de cultivos de plátano, cacao y caña de azúcar, además de la pesca. Como hemos comentado, las aguas de este río generan una explosión de la fauna y flora de gran magnitud. El 67% de las especies animales registradas en México viven en esta región; el 47% de la superficie de su cuenca está cubierta por una extensa vegetación silvestre, de la cual un 12% son plantas endémicas y por lo tanto exclusivas de este territorio.
