El día que Rockefeller borró un mural de Diego Rivera
Alguna vez en este emblemático edificio existió un mural de Diego Rivera, el cual fue removido y pintado nuevamente en México.
En 1933 el artista mexicano Diego Rivera hizo lo impensable: sembró un sublime mural que glorificaba al comunismo en una de las más grandes representaciones del capitalismo de los Estados Unidos de América: el Rockefeller Center.
Y si al terminar de leer el párrafo anterior estás pensando en tomar un vuelo a Nueva York para conocer aquella extraordinaria obra, no lo hagas porque fue trasladado a México, y si llegas hasta el final del texto sabrás en qué parte del país se encuentra en la actualidad.
Regresemos a 1933. Aquella obra que Rivera pintó en el vestíbulo del edificio principal del Rockefeller Center se llamó “El hombre en la encrucijada”, y fue para la época, algo así como una bomba ideológica y terrorista que no le cayó nadie bien al hombre que lo contrató: Nelson Rockefeller.
¿La razón?, en el mural aparecen Karl Marx, Friedrich Engels, León Trotsky y Bertram D. Wolf. Una vez que Nelson, hijo del magnate petrolero John D. Rockefeller y Abby Rockefeller terminó de ver la obra de Diego, le pidió al artista borrase al menos la cara de Lenin y la cambiara por la de algún trabajador anónimo, pero el artista se negó a hacerlo.
Aseguran que Rivera le dijo a Rockefeller lo siguiente: “Prefiero estar muerto que mutilar mi obra, pero le propongo una salida ecuménica: ¿por qué no ponemos del otro lado a alguna especie de héroe para Estados Unidos y el mundo capitalista como puede ser Abraham Lincoln?”
Pero Nelson Rockefeller no aceptó la propuesta y tapó el mural durante ocho meses mientras encontraba una salida al conflicto, durante este lapso el pleito se hizo un escándalo internacional, enardecido por el hecho de que Diego y su esposa Frida Kahlo protestaron en el corazón de Nueva York exhibiendo pancartas que decían “Larga vida a Lenin”.
Pasado este tiempo el multimillonario tomó la decisión de acabar con el conflicto borrando por completo el mural de Diego Rivera, algo que el artista guanajuatense calificó de terrorismo cultural.
Para muchos era evidente que un trato entre una de las figuras máximas del capitalismo en mundo y una idealista del socialismo como el pintor mexicano saliera mal, pero esto se explica fácil: Nelson había sucumbido a la petición de su madre Abby Rockefeller de contratar a Rivera, pues éste era uno de sus pintores favoritos.
A Abby se le conoce, por cierto, como la fuerza impulsora detrás de la creación del Museo de Arte Moderno de Nueva York, y así acaba esta historia de conflicto en el mundo del arte.
¡Ah!, el mural de “El hombre en la encrucijada” puede verse ahora dentro del Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, gracias a que una ayudante de Diego Rivera le tomó una fotografía antes de que fuera borrado, imagen que sirvió de bosquejo para repintar la obra, pero ahora con el nombre de “El hombre controlador del universo”.