Tazas con rostros, singular alfarería de Tlapazola, Oaxaca
La alfarería de Tlapazola es una muestra más de la riqueza artesanal de las comunidades indígenas de México.
En San Marcos Tlapazola, cerca de la ciudad de Oaxaca, la alfarería en barro rojo se mantiene como una tradición viva. Por ello se le considera testimonio de la habilidad y creatividad de sus habitantes.
Este pueblo, cuyo nombre en náhuatl significa «Lugar de nidos«, es hogar de más de 300 alfareras. Estas mujeres artesanas se encargan de promover sus habilidades y las tradiciones de su pueblo a nivel tanto nacional como internacional.
La popular alfarería en barro rojo de Tlapazola
Desde finales de los años 80, las mujeres de Tlapazola experimentan con nuevas formas y técnicas en la alfarería. Los nuevos diseños también han incrementado tanto la demanda como el reconocimiento global de sus productos.
Por ello, su trabajo se trasladó más allá de las piezas utilitarias tradicionales, incorporando diseños innovadores que destacan por su originalidad y detalle. Entre ellos se popularizaron las tazas de barro rojo con detalles de rostros. Ya sea para tomar café, agua o un buen trago de mezcal, la popularidad de estos productos aumentó demasiado.
Uno de los aspectos más distintivos de la alfarería de San Marcos Tlapazola son las tazas en forma de rostros. Estas piezas, que combinan funcionalidad y arte, representan una fusión única de tradición y creatividad.
Cada taza es elaborada a mano, con una meticulosa atención al detalle que refleja la destreza y el compromiso de las artesanas. Los rostros, esculpidos en el barro rojo, no solo embellecen las tazas, sino que también transmiten una conexión cultural profunda con la identidad de la comunidad.
Proceso de elaboración
El proceso de elaboración de estas piezas comienza con la extracción del barro rojo de minas locales. Después de secarse al sol, el barro se mezcla con arena, se moldea a mano y se da forma utilizando herramientas tradicionales. Cada pieza es cuidadosamente alisada, bañada en una capa adicional de barro y cocida en un horno de leña. Con lo que completa el proceso que requiere tanto de paciencia como de habilidad.
Las alfareras de la región mantienen viva esta tradición prehispánica. A pesar de no usar un torno de alfarero, cada pieza que crean es un testimonio de su talento y dedicación.
De este modo, su trabajo no solo preserva una herencia cultural, sino que también ofrece una alternativa económica significativa para la comunidad. Es importante mencionar esto debido a que se encuentran en un contexto donde muchos hombres emigran en busca de mejores oportunidades.
El pueblo también cuenta con la Feria del Barro Rojo, que se realiza durante las dos semanas de la Guelaguetza. Durante este evento, las artesanas exhiben sus productos en el centro del pueblo, compartiendo su pasión y orgullo con visitantes locales y extranjeros. Este encuentro anual no solo celebra el arte de la alfarería, sino que también fortalece el tejido social y económico de San Marcos Tlapazola.
La alfarería en Tlapazola no es solo un arte; es una forma de vida que preserva la historia y la identidad de la comunidad.
De modo tal que las tazas en forma de rostros son un ejemplo brillante de cómo la tradición puede ser reinterpretada y celebrada, manteniendo viva una herencia que sigue cautivando e inspirando a generaciones.
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