Tejedores de historias y sombreros en Bécal, Campeche

Cuenta la leyenda que a finales del siglo XIX hubo en Campeche un rico hacendado, como tantos en toda la Península de Yucatán, dedicado a la explotación del henequén. De alguno de sus viajes por Centroamérica, trajo un elegante sombrero hecho de paja toquilla o jipi japa, una palma típica de Ecuador, pero que llevaba el nombre de “sombrero Panamá”. Era tan de buen gusto, tan flexible y ligero, que muy pronto se volvió un “básico” de la moda masculina entre la clase acomodada del sureste.

No fue complicado hacer que la palma se pudiera plantar en las cálidas tierras campechanas, ni que las adiestradas manos indígenas aprendieran el delicado oficio de tejerla para crear, también aquí, esos cotizados sombreros.

Fue en Bécal, pequeño poblado en el extremo norte de Campeche, donde la palma y el oficio de hacer los sombreros ahondó sus raíces y se convirtió en un producto típico, que aún en la actualidad da empleo a una amplia comunidad de artesanos en Bécal. Hoy, los sombreros de “jipi japa” son una de las artesanías más conocidas del estado.

Pero, además, el proceso de hacer el sombrero se ha convertido en toda una experiencia de viaje: visitar la casa de un artesano, ser invitado a su lugar de trabajo y apreciar en primera fila, a menos de un metro de distancia, la destreza de sus manos creando un sombrero a partir de la palma de jipi japa.

Tejedores de cuevas

¿Y cómo es ese lugar de trabajo? ¿Qué necesitan para trabajar la palma? Pues eso es lo sorprendente: la casa del artesano tendrá siempre una pequeña cueva, generalmente hecha por ellos mismos.  Ahí se reunirá la familia, sentados casi en cuclillas, y cada uno tomará sus hojas de palma, previamente divididas en fibras, blanqueadas con azufre y puestas a secar. Algunas hojas estarán teñidas con tintes naturales tomados principalmente de árboles y frutos. Los dedos se moverán ágilmente entre las hojas y poco a poco, el diseño del tejido irá mostrando la coronilla del sombrero, y al final el ala.

La cueva tiene que ser húmeda y fresca, pues en otro ambiente, las hojas de la palma se secan y ya no se pueden tejer. Mientras tejen, los padres platican con sus hijos, les enseñan el oficio, los regañan, los aconsejan. La palma se teje al mismo tiempo que las historias. Una vez que se ha terminado de tejer, el sombrero se calienta en una prensa para que tome la forma que el artesano quiere darle: redonda, tropical, española, norteña…

La calidad del sombrero depende de cuántas veces se haya dividido o partido la hoja de la palma para tejerla. Dicen “de primera calidad” cuando sólo se ha partido dos veces, y así hasta la “cuarta calidad”, que en realidad es la mejor, pues el tejido es sumamente fino. Los precios son muy contrastantes de acuerdo con la calidad que prefieras. Por supuesto, el de primera calidad será mucho más accesible que el de cuarta.

La tienda del artesano tiene mucho más que solo sombreros: aretes, pulseras, diademas, bolsos, carteras, anillos… en fin, todo hecho con palma de jipi japa.

Tip viajero 

¿Quieres conocer más sobre el sombrero de jipi japa y la cultura maya durante tu visita a Campeche? Bécal se encuentra a solo una hora de la capital. Además de visitar las casas de los artesanos, puedes ir al Museo Bécal, donde conocerás todos los detalles para la hechura de los sombreros y demás artesanías, y visitar un amplio jardín botánico. También hay una galería de arte que promueve las raíces mayas de la zona.

Más información

Museo de Bécal http://www.museodebecal.com/

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Encuentra más información den Escapadas México desconocido

Angélica Barrientos Embajadora de México desconocido en Cancún, Quintana Roo.