Templo de Jalapa del Marqués: un Atlantis oaxaqueño que emerge de las profundidades
El templo fantasma de Jalapa del Marqués es un símbolo de la conexión entre el pasado y el presente en el rico tapiz histórico oaxaqueño.
En los confines de la presa Benito Juárez, en Oaxaca, un espectáculo inusual emerge durante las épocas de sequía: las ruinas de un antiguo templo dominico emergen de las aguas, como un recordatorio silencioso del pasado de Jalapa del Marqués.
Esta estructura se localiza en el corazón del Istmo de Tehuantepec, en el pueblo de Santa María Jalapa del Marqués. A primera vista, su paisaje verde y sus encantadoras calles evocan una tranquilidad atemporal.
Sin embargo, bajo la superficie de la presa Benito Juárez, yace el antiguo templo dominico que, durante las temporadas de sequía, nos rememora la historia del pueblo.
El templo en Jalapa Viejo
El templo que es una especie de Atlantis Oaxaqueño perteneció al pueblo de Jalapa Viejo, que es como lo conocen los habitantes de la región. La zona que ahora está inundada por las aguas de la Presa Benito Juárez, fue otrora un pueblo.
No obstante, en la década de los sesenta, se reubicó al pueblo entero. Todo esto para permitir la construcción de la presa que tiene una capacidad de almacenamiento de 947 millones cúbicos de agua.
Estas aguas suelen utilizarse para dotar del vital líquido a los sembradíos de los municipios aledaños a la zona.
Lo que se sabe de esta iglesia es que se construyó en el siglo XVI. Al aparecerse durante los tiempos de sequía en la región, lo primero que son las dos cúpulas. Luego los muros con sus bellas columnas; y por último las bóvedas de la entrada.
Al momento en que el agua la abandona por completo se ve espectácular, no por nada fue considerada como una de las más bellas de la época en la zona zapoteca.
Algunas fotografías color sepia muestran cómo era la iglesia dominica días antes de la gran inundación intencional, el templo se ve rodeado de construcciones de adobe y palmeras afectadas por los fuertes aires.
Problemáticas para la comunidad
La población, que se dedica mayoritariamente a la pesca, se ve afectada por esta situación, pese a la maravillosa aparición del templo. Los pescadores locales, cuya vida depende de las aguas de la presa, enfrentan desafíos cada vez mayores debido al cambio climático y a la alteración de los ciclos naturales.
Ya en 2017, algunos pobladores atribuyeron la sequía de la zona al fenómeno de El Niño, el cual, no solo reveló el templo sumergido, sino que también provocó escasez de recursos y dificultades para la subsistencia de la comunidad.
El caso de Santa María Jalapa del Marqués no es único en México. A lo largo de la historia del país, numerosos proyectos de infraestructura provocaron el desplazamiento de comunidades enteras en aras del desarrollo económico.
Desde la presa Taxhimay, en Hidalgo hasta la Iglesia del Churumuco en Michoacán, la historia de este pueblo del Istmo oaxaqueño refleja un patrón recurrente de sacrificio humano en nombre del progreso.
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Sin embargo, el pueblo de Santa María Jalapa del Marqués nos recuerda que, a pesar de los desafíos y las adversidades, la humanidad posee una capacidad innata para adaptarse y sobrevivir.
En tanto el templo sumergido emerge una vez más, nos invita a contemplar un espectáculo maravilloso de un pasado que se sumergió en las aguas oaxaqueñas.
Se espera, que el templo que construyeron los frailes dominicos quede al descubierto por completo en las próximas semanas, no te pierdas este momento y explóralo.
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