Tiemperos, personas que rezan para que llueva y que aún existen - México Desconocido
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Tiemperos, personas que rezan para que llueva y que aún existen

tiemperos
© Rafael García Otero | Vía BUAP

En temporadas de sequía, los tiemperos, elegidos por Dios o Tláloc, acuden a los montañas solicitar lluvias abundantes y sanación.

La preocupación porque fenómenos climáticos siempre han estado presentes en las culturas, lo cual ha llevado a una contemplación profunda de la naturaleza y buscar tener una relación con ella, desarrollando con ello creencias, mitos y rituales complejos . Este es el caso de los tiemperos, también conocidos como graniceros (tlauquiazquis) o misioneros del temporal, personas cuyo destino está íntimamente ligado al de la naturaleza y los fenómenos climatológicos.

Ser tiempero no es algo que se decida, es algo que pareciera estar escrito en el destino de personas profundamente conscientes de que forman parte de la naturaleza. Existen formas en las que el tiempero descubre su llamado, como lo son los sueños o sobrevivir a la caída de un rayo y quedar unificado con el cielo. También es común que la persona descubra que es un tiempero a través de enfermedades asociadas al agua, como narra Vicenta Laredes Jiménez, originaria de Morelos, en el documental Kiotlaskeh, un rezo para que llueva, producido por el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas:

«Yo no sabía, pero me enfermé, y me llevó mi esposo para Tetela con los espiritualista. Ahí me dijeron: «Tú estás así porque traes un don gran de arriba». Después me dijeron que voy a ir yo al volcán.»

Sin embargo, Vicenta reconoce que la enfermedad sólo fue el desenlace de algo que ya presentía, pues narra que de niña había recibido sueños que le contaba a su mamá, quien en «mexicano» o náhuatl, le pedía que no los contara por miedo a que se tratara de algún mal mensaje.

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«Más antes, siempre de chiquita soñaba que estaba arriba del volcán. Yo me acuerdo que le decía a mi mamá […] mi mamá me decía en mexicano «cállate, no me lo digas». Lo soñaba seguido.»

La tiempera Vicenta Laredes

Gracias a su visita con los chamanes de Tetela, Vicenta supo que debía peregrinar al volcán como tiempera para ofrecer mole y tamales durante las fiestas que celebran el cumpleaños de Don Goyo en el mes de marzo. Se cree que si alguien no hace caso a su llamado sufrirá graves enfermedades o la caída de un segundo rayo.

¿Dónde habitan los tiemperos?

Los tiemperos habitan principalmente en los estados de Morelos, Puebla, Tlaxcala y Estado de México, pues son los que se encuentran en cercanía con los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl, colosos que consideran –quizá atinadamente– ejercen una influencia directa sobre fenómenos como la lluvia, el granizo perjudicial para las cosechas, los fríos o las sequías. Además, algunos se atribuyen dones visionarios que les permiten dialogar con los volcanes en forma personificada.

En el caso de la Tlaxcala la celebración es análoga para el 02 de febrero, cuando los tiemperos acuden al volcán la Malinche para bendecir las semillas en el inicio del año agrícola y pedir lluvias abundantes pero que no sean catastróficas. En los rituales suelen ofrendar flores a una representación de la Malinche que ornamentan con el traje tradicional de las mujeres de Ixtenco.

Tiemperos
Centro de Capacitación Cinematográfica

¿Cómo son los rituales para pedir lluvia?

En el Popocatépetl el ritual es más hermético, pero se sabe que los tiemperos peregrinan al volcán el 12 de marzo para celebrar su cumpleaños, y los primeros días de mayo para pedir buenas lluvias y cosechas. El recorrido culmina a 600 m del cráter de Don Goyo y se ofrendan cruces, flores blancas, frutas y otros alimentos. Muchos de los regalos son solicitados por el volcán a los tiemperos a través de sueños, por lo cual pueden llegar a ofrendar artículos metafóricos, como lo son pomadas para las quemaduras, que según la creencia ayudarán a sanar al Popocatépetl del los incendios forestales.

Tiemperos
INAH, "Graniceros, señores del trueno"

Con respecto al Iztaccíhuatl la devoción es semejante, así lo muestra el documental «Señores del trueno», que muestra a peregrinos del Estado de México cantando y portando veladoras y sahumerios para ofrendar cruces a una cueva en Alcalica o «casa donde nace el agua», en una cueva a «las faldas de «la mujer dormida». Los rituales exteriormente son católicos, pues se colocan imágenes de la Virgen de Guadalupe y se reza el Ave María, sin embargo, en cierta medida se trata de una personificación del volcán.

De acuerdo con el arqueólogo Arturo Montero, se desconoce si el origen de estos rituales es prehispánico, aunque se puede asumir, pero se sabe de una larga tradición de los pueblos indígenas que acuden a pedir el buen clima.

«Se asume que la montaña es un lugar donde se guarda el agua y se guardan la semillas. Se asume como si fuera una gran afluente o brazo de mar. Aquí se viene a conciliar con la naturaleza para tener una buena temporada agrícola. El ritual cierra en noviembre para dar las gracias»,

menciona Montero.

Los tiemperos, ¿hijos de Tláloc o de Dios?

Por su parte, Moisés Vega Mendoza, uno de los tiemperos del Iztaccíhuatl, asume que se trata de una tradición de origen prehispánico, basándose en la selección de los chamanes a través de la caída de un rayo. «Antiguamente se decía que cuando nos pegaba el rayo era algo mandado por Tláloc, ahora se dice que es por Dios y la naturaleza. Somos gente elegida», menciona.

Además de leer las nubes y solicitar buenas lluvias, Vega Mendoza menciona que no se encargan de conocer a otros graniceros, pero que tienen en común otras habilidades como la interpretación de sueños y las curaciones a través de una mirada unifica que contemplan las siembras y el alma, lo que se consume y lo que habita en el interior.

Finalmente, Montero menciona que existen numerosos puntos de peregrinaje para solicitar lluvias, incluyendo en otras regiones de México y el mundo. Esto sugiere que se trata de un proceso de introspección de las culturas que lleva a ciertos individuos, en México a los tiemperos, a redescubrir que aquellos paisajes sorprendentes de las montañas mantienen una importante comunicación con nuestro cuerpo y mundo interior.

autor Filósofo por formación. Contempla el alma e imaginación de México.
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