Tlacualero, el antiguo y olvidado oficio de alimentar a los peones
Además de raciones alimenticias los tlacualeros se encargaban de llevar mensajes a los peones que trabajaban en las haciendas o en obras de beneficio público
Podríamos decir que después del oxígeno la comida es lo más importante de la vida. Si entendemos esto podemos comprender la trascendencia del antiguo oficio de tlacualero, una actividad que ha quedado en el olvido.
Lo que hacían era tan simple como complejo. En las enormes haciendas u obras públicas, estos hombres se encargaban de llevar los alimentos a cada uno de los peones. A veces eran los mismos jornaleros los que les pagaban por su labor y raras veces lo hacían los patrones.
Tlacualero, el encargado de llevar las raciones
Su labor empezaba desde recibir y organizar los alimentos, empaquetar la porción adecuada, envolver con servilletas cada ración con el nombre de cada peón y entregarlo a cada uno de ellos en la hacienda u obra.
Por lo general llevaban la comida en ayates, pero cuando tenían que entregar demasiadas raciones tenían que usar uno o dos burros. No llevaban agua para los trabajadores, pues cada uno de ellos tenía que llevar la suya, generalmente lo hacían en guajes o calabazos.
Del siglo XVIII a principios del XX
Aunque no hay documentos ubicables en los que se precisen los años en que existieron los tlacualeros, por las referencias se puede deducir que abundaron en los siglos XVIII, XIX y principios del XX.
Por ejemplo se sabe que hubo tlacualeros que llevaban la comida a los peones de la Hacienda de Xico (Estado de México), trabajadores que también participaron en la construcción del canal de La Compañía, obra que sacó las aguas del Lago de Chalco, hacia el Lago de Texcoco.
Y ya para terminar, debemos exponer que la palabra “tlacualero” proviene del náhuatl “tlacualli”, que significa comida, tal vez lo segundo más importante de la vida después del oxígeno.