Industria del mueble poblano

Barcos con muebles europeos arribaban al puerto para ser distribuidos en residencias, palacios e iglesias de todas partes de la República. Así mismo, la mercadería que durante la Colonia llegaba de las Filipinas en la Nao de China, pasaba por Puebla para ser embarcada en el puerto de Veracruz y de ahí transportada a España y otros países de Europa. Fue así como Puebla se llenó de bargueños, marfiles, porcelanas, y muchos otros tesoros orientales. 

Los poblanos han vivido siempre entre cosas bellas. La riqueza de las diferentes etnias que conservan hoy en día sus tradiciones, sus artesanías, con muebles prehispánicos como los huacales (cunas donde cargan en la espalda a sus niños), sillas, bancos, repisas, etcétera, aunada a la cultura europea que asimilaron, da por resultado esa mezcla tan rica de auténtica mexicanidad en su mobiliario.  Hace entre veinte y veinticinco años unas familias poblanas, la Chapital, la Cabrera y la Borbolla, entre otras, por un instinto basado en esa tradición, crearon el mueble rústico poblano, hecho con maderas antiguas de puertas, vigas, trancas de potreros, ventanas y herrajes con los que fabrican roperos, armarios, cómodas, sillas, mesas, especieros e infinidad de modelos originales, tan nuevos y tan ancestrales como nuevo y ancestral es nuestro México. Por ello, poseer un mueble rústico poblano en casa es tener un pedazo de historia y tradición de nuestro país. 

Don Esteban Chapital y su hijo del mismo nombre viven y tienen su fábrica de muebles en la ex hacienda de Munive, cerca de Huejotzingo. Las trojes están convertidas en modernas bodegas equipadas con la más avanzada tecnología, y donde se pueden ver apiladas en perfecto orden puertas, ventanas, duelas yvigas, de maderas de mezquite, pino, sabino, cedro, caoba; durmientes africanos cuya madera es muy dura y bonita; herrajes, verjas, pinturas. Actualmente tienen trabajadores que recolectan el material por varios pueblos de la República, generalmente producto de las demoliciones.

Luego lijan las piezas hasta llegar a la capa de pintura original, la cual conservan, deslavada como se encuentra, dando la sensación real de antigüedad tan apreciada por la clientela nacional y extranjera.  La fábrica del arquitecto Héctor Cabrera Oropeza (empresario y promotor poblano de inmenso empuje), situada en la periferia de la capital, es un modelo del trabajo artesanal llevado a cabo mayoritariamente por mujeres, al igual que el negocio de los señores Borbolla, con sede en Zacapoaxtla. 

 En estas fábricas la elaboración de muebles es a base de madera de pino con chapa de maderas viejas apolilladas, previamente desinfestadas con gases de metilo de bromuro.  En los patios se orean las vigas de pino fresco durante quince días, esperando entrar a los hornos para el secado y la extracción de la resina, la cual queda en la superficie de la madera. Don Héctor nos dijo orgulloso que los hornos fueron ideados y fabricados en Zacatlán de las Manzanas con un costo infinitamente más bajo que el del mercado. Las vigas son cepilladas con el fin de quitarles el residuo de resina para luego pasar a los aserraderos y de ahí a los tornos, cepillos, máquinas para machimbrar, etcétera. 

La gran mayoría de los muebles que se producen en las 450 fábricas del estado, de las cuales 140 están en la ciudad capital, son exportados a Europa, donde, generalmente desde Suecia, son distribuidos a otros países de ese continente; también se exportan a Estados Unidos, Australia, Argentina y Uruguay.  Así, esta industria genera empleo para miles de familias, y al mismo tiempo es embajadora de nuestra cultura en el extranjero. 

Fuente:  Tips de Aeroméxico No. 13 Puebla / otoño 1999 

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