Mexicali-San Felipe-Calamajue

La ciudad posee una interesante vida comercial que se desarrolla casi totalmente, en las inmediaciones del Centro Cívico Comercial, área también llamada la Zona Rosa, donde se agrupan tiendas, restaurantes, teatros, edificios gubernamentales y administrativos. Entre los sitios para visitar se encuentran el Museo Regional de la Universidad Autónoma de Baja California y la Plaza de Toros, donde en temporada se podrá disfrutar de buenas corridas y espectaculares carteles.

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Del sureste de la ciudad parte la carretera número 2, con rumbo a San Luis Río Colorado. Por ella cruzan los caminos que conectan al área conocida como el Distrito de Riego del Río Colorado, en el corazón del Valle de Mexicali, que alimentado por la Presa Morelos, es una importante zona de cultivo. Sobre la misma carretera, llegando a Puebla, una desviación conduce al Campo Geotérmico Cerro Prieto. La visita al campo requiere de un permiso especial de la Comisión Federal de Electricidad, vale la pena visitar los alrededores, sobre todo en invierno cuando se forman inmensas nubes de vapor sobre los pozos. Esta planta produce unos 620 megawatts de electricidad, lo que la coloca como la segunda más grande del mundo en materia de energía geotérmica. La carretera número 5 que se dirige al sur ofrece interesantes puntos: A 52 kilómetros de la ciudad, pasando El Faro, se encuentra el río Hardy, tributario del Colorado. Prácticamente a orillas de la carretera, a lo largo de unos 25 kilómetros, se disfruta del paisaje y se pueden desarrollar actividades deportivas, ya que existen lugares para acampar. En el río Hardy hay muy buena pesca de carpa y bagre; en la población de Río Mayor Solano se inicia la gran planicie de la Laguna Salada, aquí los admiradores de las aves acuáticas encontrarán patos, palomas y gansos. 

La Laguna Salada, es una planicie de inundación, en el delta del Río Colorado, determinada por las descargas de agua de ese río. Hasta hace poco, el área mantenía una densa y variada población de aves acuáticas, misma que ha decrecido paulatinamente por la contaminación que la actividad humana ha provocado en esas zonas y otras aledañas. La carretera continúa hacia el sur hasta El Chinero, población llamada así por haber sido el destino final de una desbandada de chinos inmigrantes, que en el siglo XIX huían de California y buscaban cruzar el Mar de Cortés para alcanzar las costas de Sonora. Una desviación conecta con la carretera número3 que llega a Ensenada, a 196 kilómetros. Desde El Chinero, a 55 kilómetros siguiendo al sur, está San Felipe. Unos kilómetros antes, las playas se suceden unas a otras: Playa Grande, la Ponderosa, El Paraíso, Unión, entre otras. San Felipe es un puerto comercial, turístico y pesquero con buena infraestructura de servicios para el viajero. A él arriban los amantes de la pesca deportiva, ya que en las aguas aledañas se capturan el jurel, la cherna y el pargo, aunque mar adentro hay corvina, lenguado y cazón.  

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De San Felipe, hacia el oeste caminos revestidos y de terracería conducen a las estribaciones orientales de la Sierra de San Pedro Mártir, donde la vista del Picacho del Diablo, que alcanza unos 3,100 metros de altura atrae a quienes gustan de las emociones de montaña. Otra ruta que conduce hasta la parte superior de la Sierra de San Pedro es la carretera número1 que baja por la costa del Pacífico. En San Felipe abundan los lugares para acampar. Al sur de San Felipe, siguiendo un camino de terracería, se encuentra una cadena de sorprendentes playas. Hay unos 80 kilómetros hasta Puertecitos, puerto turístico y pesquero habitado por temporadas por familias norteamericanas. Entre sus atractivos está un manantial de agua termal que se encuentra junto a la playa. Más al sur, a unos 38 kilómetros, hay un conjunto de islas próximas a la costa; éstas son las de Miramar, Salvatierra, Encantada y San Luis, en cuyos alrededores se practica la pesca y se observa el paso de los delfines que acompañan a los lobos marinos. Más adelante, encontramos la Bahía de San Luis Gonzaga, frente a ella la isla del mismo nombre.

También está un campo turístico con gran afluencia de extranjeros; a unos 50 kilómetros se localiza el paraje de Calamajué, luego del Rancho Las Arrastras, donde existió una de las misiones jesuitas, fundadas en 1766. Desde el Rancho Las Arrastras parte un camino hacia el suroeste que luego de 25 kilómetros entronca con la carretera número 1 en el lago seco de Chapala, sitio que cuenta con asistencia turística.

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