Abigail Mendoza, una cocinera zapoteca de fama mundial
Conoce a Abigail Mendoza, la cocinera originaria de Teotitlán del Valle que puso la cocina oaxaqueña en alto.
Originaria de Teotitlán del Valle, Oaxaca, Abigail Mendoza es una de las cocineras tradicionales que está poniendo en alto la comida mexicana, especialmente con moles y atoles. Abigail es la mayor de diez hermanos y aprendió desde niña el oficio de la cocina jugando y acompañando a su madre en sus labores.
En su adolescencia, Abigail Mendoza ya sabía preparar chileatole y ayudaba a su familia con su labor de mayordomía, la cual consistía en organizar las fiestas patronales del pueblo. A la edad de 25 años, Abigail quiso abrir una cafetería para atender a los turistas. Sin embargo, su padre le sugirió abrir un restaurante, acto al que ella se rehusaba por temor a no tener éxito.
Abigail Mendoza, el éxito de Tlamanalli
Tan sólo tres años después, Tlamanalli, que significa Dios de la comida en náhuatl, era un éxito y lo recomendaban diarios de talla internacional como el New York Times. Según relata Abigail, los primeros en abarrotar Tlamanalli fueron los turistas extranjeros, cosa que fue cambiando conforme el restaurante alcanzó la fama.
Otra de las características más notables de la cocina de Abigail es el uso del metate. De acuerdo con sus relatos, su primer metate fue una piedra de río que su padre le regaló. Posteriormente, en la adolescencia, era la encargada de triturar el maíz para alimentar a los pollos. El metate la acompañó toda su vida y hoy en día lo trabaja con maestría.
Actualmente, Abigail se encarga de difundir la técnica de la molienda con metate, así como otros secretos de la cocina zapoteca. Tortillas, atole, moles, etcétera, todo se prepara con el metate, lo cual le dota de un espíritu y sabor únicos a cada platillo.
Además de su labor culinaria, Abigail Mendoza representa un cambio en los roles tradicionales –muchas veces opresivos– de las comunidades indígenas de México. Aunque muchos le aconsejaban casarse, Abigail decidió permanecer soltera para poderse dedicar enteramente a sus proyectos de rescate de la gastronomía zapoteca. Sus hijos, cuenta, son sus libros y recetas.
