Acacoyagua, Chiapas, hogar de la primera colonia japonesa fundada en 1897
En tiempos del porfiriato se estableció en Acacoyagua, Chiapas, una colonia de migrantes nipones, que hoy en día suma miles de descendientes
Una de las peculiaridades del porfiriato fue la gran cantidad de relaciones diplomáticas que se establecieron con otros países en nombre del progreso. De hecho, una de esas naciones fue Japón, que buscando expandir sus zonas de influencia, impulsó entre sus habitantes las migraciones colectivas hacia México. La primera, nombrada Colonia Enomoto, se estableció en el pequeño municipio de Acacoyagua, al sur de Chiapas, conocido como «Lugar de grandes señores».
La comunidad nikkei chiapaneca
Si bien es cierto que esta primera colonia fracasó, ya que la mayoría de los migrantes regresaron a Japón poco después de su arribo a México; sabemos que seis jóvenes agrónomos perseveraron en la misión y se quedaron en tierras chiapanecas para iniciar una comunidad floreciente, que cuenta hoy con más de 76 mil descendientes o nikkei (vocablo japonés usado para designar a aquellos japoneses y sus descendientes, que viven fuera del país).
Además de ese primer flujo migratorio, podemos mencionar tres más a lo largo del siglo XX: uno de 1905 a 1910; otro de 1952 a 1970; y el último a partir de 1994, impulsado por la presencia de empresas niponas en territorio nacional.
Acacoyagua, microcosmos japonés en México
En la actualidad, la influencia de la población de mexico-japoneses en el municipio se nota en cada rincón; para empezar, Acacoyagua es, sin exagerar, uno de los lugares más limpios de México. Igualmente, hay muchos murales multicolores en sus calles con banderas y caracteres japoneses que evidencian la presencia de la comunidad nipona.
También, los nikkei honran las costumbres de sus ancestros celebrando los festivales típicos de Japón como el Matsuri y portando los yukata, vestidos tradicionales del país asiático. Asimismo, en estas festividades, la presidencia municipal es decorada siguiendo la tradición, con monumentos sintoístas y origami.
El parque cultural Enomoto, símbolo de la hermandad entre dos naciones
Finalmente, hay que mencionar que buscando honrar a los migrantes japoneses del siglo XIX y del XX, el gobierno mexicano erigió en 1968, frente al edificio de la presidencia municipal, el Parque cultural Enomoto.
Su monumento, de diseño simple, cuenta con un obelisco en el centro, decorado con caracteres dorados, estilo haiku japonés, que recita lo siguiente:
Acá, donde solamente florecen las hierbas de verano, es donde lucharon los guerreros y soñaron con triunfar en la vida”.
Poema japonés
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