Cómo viajar en ferry desde Baja California Sur hasta Sinaloa
Si buscas una experiencia diferente, tienes que viajar en ferry por el Mar de Cortés desde Baja California Sur.
Llegamos en bicicleta a la terminal Pichilingue en Baja California Sur desde donde comenzaría nuestra aventura de viajar en ferry con destino a Mazatlan, Sinaloa. El transbordador que se encargaría de llevarnos al otro lado del Mar de Cortés se veía imponente. Me sentí insignificante sobre mi bicicleta al lado de esa magnánima estructura blanca que flotaba sobre las aguas del mar.
Nos quedamos ahí un par de minutos observando la forma en que de uno en uno carros, camiones, motos y caravanas eran tragados por esa creación de acero. Sin lugar a duda ese era un espectáculo inusual para nosotros.
Fuimos lo últimos en abordar para viajar en ferry junto a nuestras bicicletas. Una vez dentro, nos recibió Joaquín, uno de los varios operadores que trabajan en esta plataforma. Él nos escoltó amablemente hacia el lugar asignado para bicicletas. Las amarramos con todo y alforjas y proseguimos a abordar a la zona de pasajeros.
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La nave de pasajeros es amplia, limpia y cómoda. Los que habían reservado un camarote podían confirmar su registro y obtener sus llaves en la recepción. Existen siete tipos de cabinas para que puedas escoger, según se acomode a tu bolsillo y van desde la Cabina Estándar hasta la Cabina Master VIP con balcón, baño con tina, frigobar y dos camas matrimoniales.
Todo mundo tiene acceso al restaurante, al bar y a las salas de estar. Para los que no apartaron una cabina, como nosotros, existen varias salas. Cada una de ellas equipada con asientos cómodos que dan a varias pantallas de alta definición en donde se proyectan periódicamente películas.
Annika y yo nos sentamos en la sala principal del transbordador. Compramos unas bebidas, que para nuestra sorpresa estaban a precios bastante razonable y disfrutamos de una película.
Sinceramente la experiencia rebasaba todas mis expectativas. Ya habían pasado un par de horas en altamar y a estas alturas me imaginaba estar mareado, a punto de visitar el baño y enfadado de saber que tendría que aguantar ese sufrimiento por unas cuantas horas más, pero no fue así.
Las primeras dos horas pasaron rápido. En las sala de estar Annika y yo jugamos cartas por un buen rato. Nos empezaba a dar hambre.
Oportunamente llegó la hora de la cena. El boleto del ferry incluye la comida, así que no había de qué preocuparse. Nos avisaron que podíamos pasar a la barra de comida y comer. Nos levantamos de nuestra silla y nos formamos para tomar nuestros alimentos. Había tres platillos principales a elegir y un par de guarniciones. Annika se fue por el pescado y yo por las albondigas.
Terminamos de cenar y Annika y yo decidimos salir a cubierta para admirar la noche. El aire soplaba con fuerza pero la noche y el paisaje azul marino te hacían olvidar de cualquier otra distracción.
Nos acercamos hacia la proa y ambos nos reímos justo antes de que a cualquiera se le ocurriera proponer copiar a Leonardo Di Caprio y Kate Winslet en la película de Titanic, que por cierto fue filmada al norte de la península de Baja California.
Había varias personas disfrutando de la vista como nosotros, curiosamente todos en una atmósfera de silencio y contemplación. Definitivamente hay magia cuando uno navega sobre el mar. Ví papás jugando con sus hijos, un par de grupos de amigos platicando en voz baja y dos personas de la tercera edad aprovechando la vista tomados de la mano. La tranquilidad que da el sutil movimiento del ferry.
Vi a una linda pareja reclinada cómodamente sobre la pared. Ambos parecían dormidos, la muchacha en los brazos del muchacho y su lado una botella de vino vacía. Parecía que habían brindado por una ocasión especial y al terminar el brindis se quedaron dormidos viendo el cielo estrellado del Mar de Cortés.
Viajar en ferry es una experiencia inolvidable
Sin lugar a duda viajar en el ferry de Baja California Sur a Sinaloa es una experiencia romántica que Annika y yo prometimos hacer en alguna otra ocasión.
Nos empezó a dar sueño y lentamente nos dirigimos hacia nuestros asientos. Me quede dormido viendo una película de super héroes que tanto me gustan. Dormí bien, pero creo que la siguiente vez pongo toda la carne al asador y nos reservo una Cabina Suite Master. “ Para la próxima vez”, me dije a mi mismo.
Me desperté y el sol ya había salido. Estábamos ya muy cerca de nuestro destino. Salimos por última vez a cubierta y nos quedamos ahí el resto del trayecto, viendo como lentamente llegábamos al puerto de Mazatlán.
El capitán aviso nuestra llegada y nos dio permiso de bajar a la plataforma. Bajamos hasta donde estaban nuestras bicicletas, sanas y salvas. Nunca escuche a nadie quejarse de algo, y al parecer todos lo carros, camiones y transportes llegaron sin ningún contratiempo.
Annika y yo hemos tomado diversos transbordadores en diferentes partes del mundo. Tomamos uno que nos llevo de la isla sur de Nueva Zelanda a la isla norte, un par en Indonesia, uno en Malasia y otro en Canadá, pero debo decir que este ha sido de nuestros favoritos.
Sin lugar a duda otro descubrimiento más de las actividades que uno puede hacer en nuestro grandioso y bello país que llamamos México.
Baja Ferries
Operan Dos Rutas en el Mar de Cortés:
La Paz, Baja California Sur Topolobampo, Sinaloa
La Paz, Baja California Sur Mazatlán, Sinaloa.
Para precios y mayor información favor de consultar:
http://www.bajaferries.com/index.aspx
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