Danza de indios en Tepezalá (Aguascalientes)
Los antecedentes se remontan a 1546, cuando el capitán Juan de Tolosa, uno de los fundadores de Zacatecas, estableció un campamento minero al pie del Cerro de San Juan en busca de yacimientos de plata.
El pequeño Real de Minas de San Juan de Tepezalá sufrió entonces los continuos embates de los guerreros chichimecas que poblaban la región, específicamente de los guachichiles, de gran ferocidad y agresividad, reconocidos por su cabeza, rostro y cuerpo desnudo teñidos de rojo. Pronto, el lugar formó parte de la avanzada conquistadora, como un poblado defensivo cuya sencilla fortaleza militar daría protección al campamento y a los caminos de la plata.
El paso del tiempo demostró que las vetas de plata no eran tan abundantes, por lo que el sitio se dedicó principalmente a la explotación de los yacimientos locales de magistral, un compuesto de cobre usado para extraer plata. Tepezalá fue declarado villa en 1712 y a mediados del siglo XIX, en el año de 1857, alcanzó el rango de municipio del estado de Aguascalientes. Siguiendo una tradición trasmitida de diferentes maneras de generación en generación, alrededor del 8 de septiembre en Tepezalá se venera a la Virgen del Socorro en el barrio del mismo nombre – donde se encuentra la capilla a ella dedicada – con una escenificación que ancestralmente ha sido conocida como Danza de Indios, una variante local de la danza de Moros y Cristianos.
RECUERDOS GUERREROS
El origen de la Danza de Indios fue representar uno de los episodios de la lucha entre chichimecas y españoles, especialmente con los guachichiles, y recuerda cómo en aquellos tiempos de guerra, tras matar algún cautivo, los chichimecas bailaban en torno a él como ritual de sacrificio. Esto se manifiesta en la danza actual al momento de matar al soldado. Muy temprano inicia la fiesta, cuando el grupo baila ante la Virgen a la manera tradicional. A media mañana van por el Gran Señor y la Meca, una especie de dignatarios indígenas de especial influencia entre los danzantes. Después del primer ritual, pasan a comer los alimentos que les ofrece una familia del barrio que por años asume ese deber. Por la tarde, se representa la escena principal de la danza, en cuya primera parte, la subida, y al sonido de un disparo, los indios corren hacia una loma cercana donde se organizan para enfrentar a los españoles, a cargo de otro grupo de la comunidad armado con palos y escopetas.
Tras infructuosas pláticas de paz comienza el combate, caracterizado por peculiares sonidos guturales de los indios al atacar y gran algarabía de los españoles, que corren de bajada rumbo al pueblo. Se desarrolla entonces un singular enfrentamiento escenificado en las calles, cuya finalidad principal es apoderarse del estandarte que celosamente protege uno de los soldados. Hacia el final del encuentro y a unos 150 metros de la capilla, se abre la valla y los indios tratan de apoderarse de la enseña, que seguramente indica posesión y triunfo; por lo general lo consiguen y se les enjuicia.
El portador del estandarte es llevado ante el Gran Señor, a quien suplica perdón, y después de varios intentos es ultimado por los indios, que se abalanzan sobre el muerto y simulan destazarlo y comérselo en pedazos. Una vez terminada la escenificación, la fiesta continúa con la celebración de actos religiosos durante la noche. El final del ritual es impresionante, con los danzantes y el pueblo gritando, girando, saltando y cantando alabanzas a la Virgen y versos tradicionales del lugar, en los que se le pide a la santa licencia para estar presentes el siguiente año y volver a participar del ancestral rito.
VESTUARIO DE LA DANZA DE INDIOS
El atuendo de los indios se compone de camisa, corpiño y nahuillas de satín rojo, llevan chimales en la cabeza y usan medias de popotillo, huaraches zacatecanos, penacho circular, machete y una especie de camisón. Se adornan con tiras de lentejuelas, chaquira, conchas de caracol y espejos. Los españoles visten normalmente, portan viejas carabinas y se acompañan de tambores, cornetas y estandarte.
SI USTED VA A…
Tepezalá puede llegar de varias maneras: la más sencilla sería salir a Zacatecas desde la ciudad de Aguascalientes y nueve kilómetros antes de llegar a Loreto –a la altura del poblado de Ciénega Grande- tomar la desviación que conduce a Asientos. 12 km adelante aparece Tepezalá.
Fuente: México desconocido No. 320 / octubre 2003
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