Diseño mexicano: banco de madera
Descubre las nuevas tendencias del diseño mexicano, conoce cómo un objeto común y práctico puede volverse una obra de arte combinando técnicas ancestrales con el diseño industrial.
Olvídate de la rutina y escápate:
Proyectos de diseño mexicano
Moisés Hernández es un joven dedicado al diseño mexicano e interesado en la simplicidad y en las ideas frescas. Luego de haber trabajado en el despacho de Ezequiel Farca, cruzó el Atlántico rumbo a Suiza para estudiar en la celebrada Escuela Cantonal de Arte de Lausana. Fue el primer mexicano en graduarse de esa escuela con una maestría en Diseño de Producto. Se trajo Moisés consigo, una vez de regreso a nuestro país, un proyecto al que denominó Diario, con él que buscaba repensar y redescubrir algunos de los objetos cotidianos a los que estamos tan acostumbrados. Entonces el proyecto se volvió una marca.
Moisés se fue de pueblo en pueblo deseando encontrar artesanos con quienes trabajar. Recolectó técnicas y las redirigió. Su afán era desatar conversaciones entre los productos de siempre y el contexto contemporáneo. Volvió a hacer pirinolas y baleros con artesanos de San Antonio la Isla, en el Estado de México. Trabajó con mujeres de Tlamacazapa, Guerrero, en el arte de confeccionar con palma, canastas. Ideó una colección de textiles en Oaxaca inspirado en las fachadas de dos colores pintadas. Reelaboró velas, mapas, canastas de pan, piedras decorativas poblanas.
Objetos con diseño mexicano
En un pequeño pueblo de Morelos llamado Huitzilac, Moisés descubrió a don Rodolfo. Se trata de un viejito carpintero que fabrica, al igual que otras personas en su comunidad, rústicos muebles de madera. Las patas que ponen a sus muebles son ramas obtenidas en los bosque de pino y roble en derredor, o en los aserraderos. La técnica Rodolfo, en su taller, corta las ramas que han de convertirse en patas para que tengan una longitud determinada. Una segadera le sirve luego para quitarles la corteza y regalarles una textura suave. Eso mismo hacen, por tradición, los otros madereros.
Moisés pidió a Rodolfo lo siguiente: un banco de madera con una variación. Antes de hacer desaparecer la corteza de sus patas, iban a pintarlas de negro, blanco o azul. De forma que los cortes posteriores expusieran solo en partes la tersa superficie de la madera. Aquel gesto, el de transformar las ramas a machetazos, tan agreste como humano, le pareció a Moisés digno de resaltarse. Es el sello distintivo de la región y pone al descubierto la capacidad de los artesanos para dialogar con el paisaje que los hace ser quienes son y mirar y repensar los objetos con los que convivimos todos los días. Eso es lo que hace un diseñador industrial como Moisés Hernández. Este objeto utilitario pertenece a uno de sus más importantes proyectos llamado Diario consagrado al diseño mexicano.
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