El Audiorama del Bosque de Chapultepec, una isla de tranquilidad
El Audiorama del Bosque de Chapultepec es un gran espacio para apartarse del ruido de la ciudad, leer y y encontrar detalles llenos de historia.
En el Bosque de Chapultepec, escondido entre la Tribuna Monumental dedicada al Escuadrón 201, la Fuente de la Templanza, y el vetusto e imponente ahuehuete que plantó Nezahualcóyotl a petición de Moctezuma hace más de 500 años, se yergue, tímido y discreto, el Audiorama de Chapultepec, un remanso de solaz esparcimiento que pasa casi desapercibido, como esperando solo que se le descubra.
Desde 1972
Fue en ese año que el gobierno de la ciudad decidió habilitar este espacio para los amantes de la lectura y la música, y es que en el audiorama hay permanentemente música y libros, además por supuesto, de cómodas bancas y una profusa vegetación que hace del espacio un agradable y atractivo rincón para pasar algunas horas totalmente incomunicados del mundanal ruido y de la agitación de nuestra gran urbe.
El poeta, dramaturgo, e historiador mexicano Salvador Novo bautizo el lugar como: “In Xóchitl, In Cuicatl” (En la flor, el canto).
Rodeado de icónicos espacios
En los alrededores del audiorama se encuentran algunos espacios por demás icónicos y muy atractivos, frente a su discreta entrada destaca sin duda el espectacular ahuehuete conocido como “el Sargento”, que fue el nombre que le fue dado por los cadetes del Antiguo Colegio Militar que como bien se sabe se encontraba en alguna época en lo que hoy es el Castillo de Chapultepec que está a muy poca distancia de este sitio, cabe mencionar que las crónicas hablan de que el ahuehuete era conocido por los aztecas como “el Centinela”, y que fue plantado en 1460 por el Señor de Texcoco, es decir Nezahualcóyotl. Su circunferencia es de más de 12 metros y su altura llegó a alcanzar los 40 metros cuando todavía estaba vivo hace algunas décadas.
A un costado del ahuehuete se encuentra la hermosa y señorial Fuente de la Templanza, obra realizada por el escultor Enrique Guerra y que fue instalada en este lugar en 1931, a unos metros, como parte de la misma fuente, se encuentra una magnífica escultura del David con su honda, realizada por el mismo escultor jalapeño.
Finalmente, justo a un costado de la entrada al audiorama se alza imponente la Tribuna Monumental, un anfiteatro en mármol blanco de estilo romano donde se encuentran en letras doradas los nombres de todos los integrantes del famoso Escuadrón 201, una cuadrilla de pilotos mexicanos que intervinieron en la Segunda Guerra Mundial en una misión en contra de las tropas japonesas.
Los detalles del audiorama
El audiorama tiene, además de sus cómodos lugares para leer y disfrutar de la naturaleza, algunos espacios particulares que no pasan desapercibidos, por ejemplo, llama la atención una Virgen de Guadalupe semi-oculta entre la vegetación que como suele ocurrir está acompañada de arreglos florales y de pedimentos y agradecimientos de los fieles que la visitan. No menos interesante es una amplia cueva en uno de los extremos del espacio que fue seguramente un lugar sagrado desde tiempos prehispánicos y que hoy continua siendo un lugar de veneración y ceremonial, prueba de ello son las ofrendas y arreglos florales que en el interior se observan.
Del mismo modo, entre la frondosa espesura vegetal se descubren espectaculares bambús y flores diversas que le dan al lugar un carácter sin duda acogedor y afable.
En fin, en tu próxima visita al Bosque de Chapultepec no dejes de descubrir este rincón paradisiaco, su entorno, su música, y su plácida atmósfera te atraparán, y si no llevas contigo un libro, no te preocupes, ahí mismo podrás adquirir uno previo registro.
Todo está puesto pues, para pasar un momento de ocio espectacular, es más, después de una primera visita es casi seguro de que adoptarás el audiorama como uno de tus lugares predilectos en la ciudad para “perderte” distraídamente, lejos de las estridencias citadinas y de las multitudes avasalladoras.