El baile de los matachines, tradición en movimiento por las calles de la Mixteca Oaxaqueña
Con música y bailes, las burlescas figuras de los matachines han dado fama a la ciudad de Huajuapan de León, Oaxaca, por más de un siglo
Los matachines oaxaqueños son figuras, con hasta 50 kilogramos de peso, que representan personajes místicos o reales, -desde el diablo hasta Cantinflas-, con los que se llevan a cabo bailes callejeros en honor a las fiestas patronales de la región Mixteca.
Hay dos versiones sobre el origen de estas figuras; la primera es que fueron creadas en España representando el triunfo de los cristianos sobre los moros en la Edad Media; y la segunda apunta a que este baile se deriva de danzas europeas que simbolizaban la lucha entre el bien y el mal.
En realidad, cualquiera que haya sido su origen, fueron introducidas en nuestro país en la época colonial.
Origen de los matachines oaxaqueños
En 1919, la tradición de la danza de los matachines inicia en la ciudad de Huajuapan de León; considerada centro económico y cultural de la Mixteca Oaxaqueña.
Ahí, en el barrio de San José, el baile comienza con solo seis figuras conmemorando el momento en el que el diablo apostó con un ángel, que San José no aceptaría la paternidad del Niño Jesús, y perdió.
Más de cien años después, en el mes de marzo se sigue festejando la fiesta patronal pero ahora con 21 matachines. Y por su tradición, se ha convertido en una de las celebraciones más importantes de Huajuapan de León, con gran poder de convocatoria entre lugareños y turistas.
Hoy como ayer, las figuras recorren las calles en los llamados ‘paseos’; y en los cruces se ponen a bailar durante algunos minutos con canciones tradicionales como El Torito, La Raspa y La Cumbia Torera.
Asimismo, los danzantes improvisan las coreografías que incluyen saltos cortos, brincos y embestidas frontales; y hasta zapateados.
Pero, exactamente, ¿qué es un matachín?
Como mencionamos anteriormente, son figuras con cabezas talladas en madera del árbol de colorín, cubiertas con yeso y decoradas con pintura a base de aceite, según el personaje que se quiera caracterizar.
Lista la cabeza, se ensambla en un armazón, conocido como huacal, también fabricado en madera, que sirve para que el danzante cargue al matachín sobre sus hombros. Casi al terminar, al huacal se le fijan los brazos y manos, elaborados con tela de manta y relleno de aserrín.
Por último, se le colocan vestuarios hechos a la medida, confeccionados y donados por habitantes de la ciudad.
Hay matachines de gran variedad de diablos, mulatos, negros, payasos, muchachas, Cantinflas, Jorge Negrete, Mauricio Garcés y hasta personajes de la política.
Matachines oaxaqueños: una tradición vigente
Para la comunidad, es importante conservar sus figuras y cada año, un mes antes del baile, son restauradas por la misma familia que hace más de cien años las introdujo al pueblo, quienes celosamente las preservan en buen estado año con año.
Debido a la relevancia de este baile popular, se han organizado talleres en Huajuapan de León para enseñar a niños y adultos cómo se elaboran los matachines.
Además, en 1992 se organizó el Primer Concurso de Elaboración de Matachines en el barrio de San José y el baile se ha presentado con mucho éxito en la Guelaguetza.
Finalmente, los matachines en la actualidad son parte de la identidad de los habitantes de Huajuapan de León y representan su espíritu festivo con alegría, color y vida.
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