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El guaco: de atrapamoscas a remedio casero

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© Flickr/Nilce Bravo

A lo largo de los siglos, el guaco ha sido utilizado con diversos fines. Entre ellos está el de aliviar los residuos de veneno por mordeduras y el de atrapar insectos. ¿Será cierto?

Las raíces del guaco han sido empleadas por los indígenas para curar mordeduras de animales venenosos y piquetes de fauna ponzoñosa y para remedios caseros durante siglos.

Características del guaco

Habitante común de las selvas tropicales del sur de México, el guaco es una planta de la familia Aristolochiaceae. Cabe destacar que presenta algunas de las flores más grandes del continente americano. Estos son brotes de una sola pieza, con forma tubular o de embudo curveado y ensanchadas desde su extremo basal.

Además, presentan un débil color crema tendiente a blanco verdoso, donde la envoltura petaloide o apertura floral está manchada de tonos café-púrpura. Por otra parte, cuenta con una prolongación terminada en lengüeta y un apéndice alargado. Estas sencillas flores nacen de la axila de las hojas. Pueden tener una apertura que alcanza hasta 30 centímetros y un largo pedúnculo con más de medio metro de longitud.

Es una planta trepadora perenne, que recibe nombres tan diversos como guaco en gran parte de México y tlacopatli en náhuatl. También, por su forma alargada, es conocida como flor de pato, pelícano y flor de pipa en Centroamérica. Es una enredadera de hojas enteras acorazonadas, que alcanza gran tamaño y cubre cercas o arbustos. La mayoría de las 180 especies registradas se encuentran de manera silvestre en ambientes templados y tropicales del planeta.

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¿Para qué sirve el guaco y cómo utilizarlo?

Diversos grupos indígenas de México y América Central han utilizado el guaco en medicina tradicional como remedio emenagogo (que provoca la menstruación de las mujeres), febrífugo (contra la fiebre), sudorífico y externamente para tratar dolores reumáticos y de huesos.

Cabe señalar que estas propiedades curativas no se han comprobado científicamente. Sin embargo, se argumenta que el guaco puede dañar a algunos animales silvestres. Incluso se dice que la savia de hojas y tallos llega a ampollar las manos.

Los indígenas que usan esta planta contra mordeduras de víbora, no la consideran un antídoto. De hecho, solo son parte del tratamiento. Este consiste en extraer mecánicamente la mayor cantidad de veneno de la herida, para después administrar el guaco, pues su acción sudorífica ayuda a eliminar el veneno residual.

¿El atrapamoscas casero?

La atractiva combinación de colores en su corola y el olor desagradable que despiden estas flores, han favorecido que exista la falsa creencia de que atrapan insectos y los digieren. Lo cierto es que diversas particularidades físicas contribuyen a retener moscas (dípteros) en el fondo del tubo floral, hasta que se abren los estambres y pueden salir los insectos cargados de polen para penetrar a otras plantas.

Los polinizadores visitan a estas flores seducidos por su aspecto sanguinolento y atraídos por su desagradable olor a carne putrefacta. Sin embargo, son sus flores, más que las cualidades medicinales de su rizoma tuberoso, las que favorecen que algunas especies se cultiven ampliamente. Esto con el fin de usarse como ornato en muchas casas y para adornar jardines públicos.

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autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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