El mexicano que apagó la Llama Eterna debajo del Arco del Triunfo en Francia
En 1998 la Llama Eterna encendida bajo el Arco del Triunfo en Francia fue apagada por un mexicano. Te contamos cuál fue la razón.
Transcurría el año de 1998, año en que se celebró el mundial de futbol en Francia, por lo que miles de turistas llegaron a la ciudad de París. Entre los grandes atractivos de la Ciudad de la Luz se encuentra el Arco del Triunfo, bajo el cual yace la Llama Eterna, un monumento construido para conmemorar a los caídos durante la Primera Guerra Mundial.
Inicialmente se colocó una tumba para un soldado no reconocido que cayó durante la Batalla de Verdún. El monumento se instaló bajo el Arco del Triunfo y sobre la loza se colocó la leyenda “Aquí reposa un soldado francés muerto por la patria 1914-1918”. La tumba fue inaugurada el 11 de noviembre de 1920.
La idea de colocar una llama eterna sobre la tumba fue del escultor francés Grégoire Calvet, la cual fue secundada por Agustin Beaud, quien quería que se prendiera cada 11 de noviembre. Sin embargo, la propuesta de algunos periodistas ganó, pues pedía que se mantuviera ardiente.
Tres años después se inauguró la Llama Eterna, la cual se reaviva cada día a las 18:30 horas con ayuda del Comité de la Llama, que a su vez representa a 760 asociaciones de veteranos de guerra. También se llevan a cabo eventos especiales los días 11 de noviembre y el 8 de mayo.
¿Quién apagó la Llama Eterna?
El fuego había permanecido constante hasta la madrugada de entre el 30 de junio y el 1 de julio de 1998. Aunque para el momento México ya había sido eliminado en un juego contra Alemania, cientos de mexicanos permanecían en Francia. El fatídico partido para la selección mexicana había sido celebrado el 29 de junio, por lo cual muchos mexicanos ya sólo se dedicaron a celebrar con alcohol la derrota.
Uno de ello era Rodrigo Rafael Ortega, quien asistió al mundial acompañado de su pareja. Tras una noche intensa de copas, decidieron caminar cerca del Arco del Triunfo. No se sabe si fue intencional o no, pero Rodrigo decidió que el Arco del Triunfo era un buen lugar para orinar, así que simplemente lo hizo. En un acto indolente e ignorante, apagó el fuego perpetuo que había permanecido encendido cerca de 75 años.
Dos días después los mexicanos fueron detenidos e interrogados, para luego ser puestos libres para evitar problemas diplomáticos. Sin embargo, Francia condenó el hecho y declaró que había afectado la memoria de sus muertos.
México se disculpó oficialmente
Para poder encender el la Llama Eterna se requirió de una ceremonia solemne a la que asistieron el ministro de excombatientes franceses, Jean-Pierre Masseret, y la embajadora de México en ese país, Sandra Fuentes Beraín. La representante de la diplomacia mexicana ofreció disculpas y lamentó lo ocurrido, para luego depositar una ofrenda floral en honor a los soldados franceses caídos en la Primera Guerra Mundial.
También asistieron los representantes de Asociaciones de Excombatientes Franceses, quienes condenaron el acto como vandálico, a la vez que declararon que esperaban que se tratara de un efecto de la embriaguez y no un acto premeditado, pese a que no había excusa.
Actualmente, el monumento es custodiado permanentemente por un servicio especializado de la Policía Nacional.