El Monumento al Emigrante Libanés: homenaje a los que llegaron en México y Beirut
El Monumento al Emigrante Libanés es un homenaje a aquellos que llegaron buscando una mejor vida en nuestro país. Cuenta con distintas réplicas en México y Líbano.
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Desde los albores de la colonia, el Puerto de Veracruz fue por mucho tiempo la conexión entre México y otras naciones. A sus playas llegaban personas provenientes de todas las naciones, algunas de ellas con el sueño de tener una mejor vida en nuestra tierra generosa. Este es el caso de los libaneses, uno de los pueblos que más ha influido en la cultura mexicana y que llegaron en gran cantidad a través de Veracruz. Por ello, en 1970 el Centro Libanés decidió rendir honor a aquellos que llegaron de las tierras del cedro con el Monumento al Emigrante Libanés.
De acuerdo con los registros histórico, durante el periodo del Imperio Otomano, una gran cantidad de libaneses –principalmente católicos y ortodoxos–, llegaron al Puerto de Veracruz. La llegada de los libaneses a México ha sucedido entre los siglos XIX al XXI. Sin embargo, la migración de extranjeros, entre ellos lo libaneses, fue promovida y facilitada durante el gobierno del presidente Porfirio Díaz Morí.
El Monumento al Emigrante Libanés, homenaje en dos lugares del mundo
A los libaneses recién llegados a México se les solía llamar con el nombre de turcos, pues hasta el año 1918 fueron súbditos del gobierno otomano. Debido a que su lengua materna era el árabe, también se les llamaba árabes. Sin embargo, debido a que la mayor parte de la población libanesa era católica, rápidamente se naturalizaron con los mexicanos. La influencia fue tal, que elementos como la gastronomía mexicana y la política se vieron influidos por la cultura libanesa. Ejemplo de ello fue la creación de los tacos al pastor –originalmente shawarma– o la llegada al poder del presidente de origen libanés Plutarco Elías Calles.
Debido a las dificultades de comunicación entre los primeros libaneses en México y el resto de la población, inicialmente los migrantes se dedicaron a las ventas por abonos. La prosperidad llegó rápido, pues a diferencia de otras poblaciones migrantes, los libaneses tejieron redes de solidaridad con familiares y amigos ya establecidos en la República Mexicana.
Para rendir homenaje a las distintas generaciones, en la década de 1970 se decidió erigir el Monumento al Emigrante Libanés. La escultura fue creada por el artista de origen libanés Ramis Barquet. La obra cuenta con por lo menos 4 réplicas en México, dos en la Ciudad de México, una en Mérida y otra en el Puerto de Veracruz. Las esculturas presentan a un hombre con vestimenta típica de Líbano y fueron donadas por el Centro Libanés.
Asimismo, se realizó un homenaje a la amistad México-Líbano con una réplica en la ciudad de Beirut, Líbano. La escultura también se encuentra ubicada frente al Puerto de Beirut. Durante las explosiones de 2020, la escultura permaneció intacta, lo que fue interpretado como un augurio de la importancia de la amista entre ambas naciones.
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