Epigmenio González, la triste historia del poeta que pudo ser Padre de la Patria - México Desconocido
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Epigmenio González, la triste historia del poeta que pudo ser Padre de la Patria

Querétaro
Epigmenio González Flores

Epigmenio González fue uno de los primeros insurgentes del movimiento de Independencia. Su vida estuvo llena de injusticias, entre ellas, ser olvidado por la historia.

El destino de la historia sigue su propia lógica, elevando en el recuerdo colectivo a ciertas figuras y dejando en el olvido a otras. Éste es el caso de Epigmenio González Flores, un insurgente liberal que participó, en compañía de su hermano Emeterio, en las Conspiraciones de Querétaro.

Nació en la ciudad de Querétaro en 1781. Quedó huérfano de padre y madre cuando tenía sólo cuatro años edad, entonces su cuidado pasó a manos de su abuelo Manuel, un hombre dedicado a la albañilería. A los 17 años murió don Manuel por lo que Epigmenio quedó bajo la protección de Carmen Covarruvias, una mujer rica que heredó a los hermanos González al morir. Desde su juventud, Epigmenio mostró grandes dotes intelectuales y gusto por la poesía.

Se dedicó a su negocio de abarrotes ubicado en la Plaza de San Francisco en la capital queretana. Cerca de los 21 años, Epigmenio se casó con Anastasia Juárez, una joven indígena. El matrimonio procreó tres hijos, cada uno de los cuales murió a los pocos meses de nacidos. Finalmente, Anastasia falleció víctima del cólera en 1810.

Epigmenio González, el insurgente olvidado

Epigmenio era asiduo asistente de las tertulias literarias celebradas en la casa del corregidor Miguel Domínguez. Entre los asistentes destacados estaban el cura Miguel Hidalgo y Costilla, Juan e Ignacio Aldama, por lo que se volvió un espacio para la planeación del proyecto independentista. El primer objetivo era terminar con el Virreinato y proclamar una Junta de Gobierno.

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Epigmenio González Flores y Emetiero apoyaron la causa almacenando cartuchos y armas en su casa. El 13 de septiembre fueron denunciados por un soplón ante el sacerdote Rafael de León. Inmediatamente los hermanos González fueron aprendidos y trasladados a la Ciudad de México. Epigmenio continuó operando desde prisión en la Conspiración de Ferrer, y al ser descubierto de nuevo, fue intimidado para que diera a conocer los planes, pero decidió permanecer en silencio. Como consecuencia, se le trasladó a la prisión de alta seguridad en el Fuerte de San Diego en Acapulco, desde donde se le envió a Filipinas.

Por su parte, el destino de su hermano Emeterio fue menos afortunado, ya que tras el juicio se le sentenció a muerte. Murió fusilado en la Ciudad de México en 1812. Otras versionas especulan que murió de enfermedad en prisión en 1813.

Regreso a México

Cuando México logró su Independencia en 1821, Epigmenio González estaba preso en Filipinas, pues el territorio continuaban siendo de España. En 1846 España reconoció la Independencia de México y se firmaron los primeros tratados. Epigmenio, quien estaba enfermo, renco y pobre, consiguió que las autoridades de Filipinas lo embarcaran a España y allí, pidió un préstamo a un mercader para poder viajar a México.

Epigmenio González
Estatua de dedicada a don Epigmenio González en Querétaro.

Cuando regresó a México en 1839, nadie lo recordaba y su participación en el movimiento de independencia no era reconocido. Nicolás Bravo lo designó vigilante de la Casa de Moneda de Guadalajara. Gracias a una entrevista que cedió al periódico La Revolución en 1855, quedó un testimonio de su historia. Falleció a los 77 años de edad el 19 de julio de 1858.

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autor Filósofo por formación. Contempla el alma e imaginación de México.
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