El Sistema Huautla: 50 años bajo tierra
Lo que ahora conocemos del Sistema Huautla es el resultado del trabajo de cientos de espeleólogos de varias generaciones, quienes a lo largo de un poco más de cincuenta años han dado a luz a esta cavidad extraordinaria.
El Sistema Huautla
Objetivo: Conocer el proceso y la historia de esta gran expedición al Sistema Huautla a medio siglo de su descubrimiento.
Localización: Sierra Mazateca, Oaxaca.
En el Sistema Huautla han concurrido exploradores de clase mundial, principalmente de Alemania, Australia, Bélgica, Canadá, Estados Unidos, España, Francia, Inglaterra, Italia, México y Polonia. Sus aportaciones han sido notables, fiel reflejo de lo excepcional de esta cueva. Científicos, buzos, escaladores, arqueólogos, topógrafos, geólogos, escritores, cineastas, biólogos, antropólogos, fotógrafos, ingenieros son solo algunos perfiles de los espeleólogos que aquí han explorado. A todos ellos los ha unido la pasión por estudiar lo desconocido, llevando esta sed de descubrir mucho más allá de lo que podría esperarse.
Esta difícil labor de tantos años se ha realizado de una manera voluntaria, sin fines de lucro, aportando cada quien sus medios, buscando apoyos en diversas instancias. Los espeleólogos forman una extraña hermandad, la que suele ser solidaria y generosa. Se explora no por encontrar tesoros, ni hacer negocio, ni conseguir fama. Tampoco se trata de buscar “emociones fuertes”, “adrenalina”, como le llaman algunos, o de practicar un deporte “extremo” o de “aventura”. No, si algo aman los espeleólogos y exploradores es la vida, y con ella se ama a la naturaleza y a sus cuevas.
El sistema más profundo de América
Sería difícil imaginar que bajo nuestros pies existiera un mundo tan difícil y complejo, pero a la vez tan lleno de maravillas, como el que representa el llamado Sistema Huautla. Los datos duros por sí mismos quizá no dicen mucho; 1560 metros de profundidad, 80 kilómetros de longitud. Es decir, estamos hablando de una de las cavidades más largas y profundas del mundo. De México y de América es la más honda. El Sistema Huautla es una red de veinte cavidades unidas a niveles muy profundos, algunas más allá de los 1000 metros, que se localiza en el municipio de Huautla de Jiménez, Oaxaca, en plena Sierra Mazateca. Esta intrincada red subterránea representa una de las fronteras de la exploración geográfica en el mundo y contiene ríos subterráneos, inmensas cascadas, lagos y salones.
Sus galerías y pasajes son de una belleza insólita e inesperada al igual que la gran mayoría de los descubrimientos que se han realizado en su interior. Fue en 1965 que llegaron a Huautla los primeros espeleólogos. Eran estadounidenses, e inmediatamente se dieron cuenta del gran potencial de cuevas que se encontraba en la zona. Al año siguiente, 1966, se inició la exploración del Sótano de San Agustín, una de las entradas principales del Sistema Huautla. En 1967 da inicio la exploración del Sótano del Río Iglesia por espeleólogos canadienses. Fue la primera vez que una de las cavidades del hoy Sistema Huautla tuvo el récord de ser la cavidad más profunda de América. Para 1968 se continuó explorando en el Sótano de San Agustín, superándose los 600 metros de profundidad, por lo que se le consideró la más profunda de nuestro continente.
A partir de 1971 la región de Huautla fue cerrada por el ejército, lo que afectó a los espeleólogos, quienes no pudieron continuar las exploraciones. No fue sino hasta 1976 que la región quedó nuevamente abierta para los espeleólogos, continuándose las exploraciones en el Sótano de San Agustín. Para 1977 fueron descubiertas otras entradas del sistema, alcanzándose en San Agustín los 861 metros de profundidad en su sifón principal. Entre 1978 y 1979 fueron descubiertos muchos kilómetros de nuevas galerías del sistema, encontrándose el inmenso salón llamado “Anthodite Hall”, uno de los más voluminosos de México, capaz de contener el volumen de un estadio.
En 1980 fue descubierta la cavidad llamada en mazateco Li Nita. Los exploradores alcanzaron en ella los 1000 metros de profundidad, siendo en ese entonces la primera cavidad de América en rebasar el kilómetro de hondura. En esa temporada Li Nita fue conectada al Sótano de San Agustín y desde entonces fue cuando el sistema de cavidades empezó a recibir el nombre de Huautla. Entre 1981 y 1985 se sucedieron una serie de exploraciones que fueron agregando nuevas entradas al sistema. En 1987 se logró conectar la cueva Nita Nanta, la más alta del sistema, después de siete años de exploraciones. Con esto el sistema alcanzó la profundidad de 1353 metros, siendo en ese tiempo la segunda más profunda del mundo.
En los siguientes años se continuó con la exploración de nuevas galerías y cavidades. En 1994 se efectuó una gran expedición con novedosos equipos de buceo, explorándose los sifones del Sótano de San Agustín, varios fueron superados hasta llegar al número 9, considerado como el sitio más remoto del mundo. La profundidad del Sistema Huautla se extendió hasta los 1475 metros. La muerte de uno de los espeleobuzos empañó el gran éxito de esta exploración. En los siguientes años bajó el ritmo, sin embargo en el 2007 se logró conectar el Sótano del Río Iglesia al sistema, con lo cual este alcanzó las 20 entradas.
Para 2013 una expedición británica regresó al noveno sifón de San Agustín en donde bucearon hasta los 80 metros de profundidad, con esto el sistema alcanzó los 1560 metros de profundidad, siendo de nuevo la más profunda de América. Durante algunos años el cercano Sistema Cheve le había arrebatado a Huautla este honor, al alcanzar los 1484 metros de hondura. A partir de 2013 se organizó el Proyecto Espeleológico Sistema Huautla (PESH) con el fin de organizar expediciones anuales que amplíen los estudios científicos en este tema.
Las contribuciones
Las exploraciones del Sistema Huautla han derivado en una serie de aportaciones científicas notables, las que ciertamente han beneficiado al conocimiento de nuestra geografía subterránea. Tres han sido las áreas científicas donde más se ha aportado: geológico-geográfica, bioespeleológica y arqueológica, pero no son las únicas. Entre los exploradores que estuvieron participando en los registros hubo varios geólogos y especialistas en ciencias de la Tierra, que efectuaron una serie de estudios geológicos de toda la región con el fin de entender cómo se originó este gran sistema, así como su relación y control de la hidrología subterránea.
Gracias a ello mucho se aprendió sobre la espeleogénesis y los fenómenos de la disolución y erosión de las rocas calizas donde se formaron estas cuevas. Estos estudios dieron pie a varias tesis de maestría y doctorado. Otra área del conocimiento que mucho ha avanzado ha sido el estudio de la fauna subterránea del Sistema Huautla. Gran cantidad de especies han sido localizadas y estudiadas, intentando comprenderse los mecanismos evolutivos que les dieron origen. Varias de estas especies han sido nuevas para la ciencia, encontrándose alacranes y tarántulas endémicas, siendo especies despigmentadas y ciegas que han desarrollado todo su ciclo de vida dentro de la oscuridad total. Los hallazgos de tipo arqueológico también han sido frecuentes.
La presencia de los antiguos mazatecos en no pocas de las cuevas de la región es notable, localizándose pequeños centros ceremoniales, así como sitios de habitación. Estos trabajos se han llevado a cabo con todo el respeto que merecen los actuales mazatecos. Otros hallazgos tienen que ver con la paleontología, al ser descubiertos restos de antigua fauna que llego a refugiarse dentro de las cavidades, así como de restos fósiles de antiguos mares asociados a la roca caliza que originó las cuevas.
Cabe destacar que todos estos hallazgos, estudios y descubrimientos han sido compartidos en todo tipo de foros. Una característica de todo este proyecto es el de compartir la información. Gracias a los complejos retos que ha significado explorar el Sistema Huautla, la técnica espeleológica ha tenido que evolucionar, tanto desde el punto de vista de la logística y organización de expediciones, el montaje de campamentos profundos, estancias subterráneas prolongadas, superiores al mes bajo tierra; equipo especializado, sobre todo en espeleobuceo en que fue desarrollado el buceo en circuito cerrado (rebreather), con lo cual fue posible explorar numerosos sifones, largos y profundos, tanto en las partes más hondas del sistema como en las cuevas resurgentes.
¿Cómo se ve?
Por sus características el sistema de cuevas de Huautla difícilmente será turístico algún día, lo cual celebro. Para poder visitarlas se requiere estar capacitado en las técnicas de la espeleología vertical. Pero podemos conocerlas a través de los informes, artículos, fotografías y videos de los espeleólogos y científicos que las han explorado y documentado. Sabemos que su veintena de entradas encierran ríos con grandes cascadas, algunas de más de 100 metros. Imagínense cascadas de esa magnitud a tantos kilómetros bajo tierra. Hay lagos, pozas y remansos que nos dejan los ríos subterráneos. Pasajes y salones inmensos, algunos tallados de maneras finas y casi artísticas por el correr del agua durante milenios. Formaciones de cristales originadas por la disolución del carbonato de calcio de las calizas, como estalactitas y estalagmitas de gran tamaño y belleza, pero también hay gours (término de sima en francés) y cortinas, columnas y perlas, helictitas y otras formaciones excéntricas.
En sus muchos kilómetros de redes hay cientos de tiros verticales, intercalados entre difíciles pasajes pulidos por el paso del agua. Hay galerías en donde se observan los contactos de fallas y fracturas y se distinguen perfectamente los grandes estratos de las calizas que originaron a estas cuevas. Estamos hablando de calizas que durante el Cretácico, hace unos 70 u 80 millones de años se estaban formando en el fondo de un antiguo mar. Se trata de un paisaje subterráneo único y maravilloso. Esos son los “tesoros” que buscamos los espeleólogos, conocer a fondo esos rincones que se encuentran en el fondo de la Tierra. Desentrañar esa geografía subterránea que nos presenta tantos retos e incógnitas. Esos descubrimientos y encuentros son los privilegios que tenemos, ese diálogo íntimo con la naturaleza, que nos comparte esos tesoros.