La faja y su simbolismo en el cosmos de los pueblos originarios: en el centro del mundo
Ciertamente surgió como sostén de otras prendas, pero la faja, fundamental en la indumentaria indígena, guarda un significado más profundo
A pesar del mestizaje cultural, resultado de la conquista española, la rica tradición textil prehispánica sobrevive en los pueblos indígenas, quienes continúan confeccionando bellas piezas como blusas, faldas, morrales y por supuesto la faja; con técnicas, telas y motivos tradicionales.
La riqueza de la indumentaria tradicional de los pueblos originarios
De los pies a la cabeza, la vestimenta de las comunidades indígenas mexicanas es única. Desde las más conocidas, como el traje de tehuana, legado de la etnia zapoteca, hasta las menos populares, la mayoría son confeccionadas en el telar de cintura y posteriormente bordadas con hilos de seda, lana o algodón dependiendo de la región.
Asimismo, dicha indumentaria va acompañada de una pieza fundamental que normalmente pasa desapercibida por sus pares más populares como rebozos y huipiles: la faja, también conocida como ceñidor o fajín; presente en muchos de los trajes indígenas.
Traje de tehuana, tesoro del Istmo de Tehuantepec
El origen utilitario de la faja
Desde tiempos prehispánicos, esta prenda se usaba entre las mujeres mesoamericanas como complemento del huepilli (camisa larga) y la falda, conocida como cueitl. La función de la faja era sostener esta última.
Más tarde, en la época colonial, el huepilli fue sustituido por blusas y el cueitl por enaguas, pero éstas siguieron necesitando el ceñidor para mantenerse en su lugar. De igual forma, los hombres indígenas, al empezar a usar pantalón de algodón o lana, también necesitaron la faja para sujetarlo. No obstante, con el paso del tiempo, el fajín pasó a ser una prenda decorativa de los trajes típicos.
El simbolismo cósmico de esta prenda
De acuerdo con la doctora Lourdes Báez Cubero, curadora-investigadora del Museo Nacional de Antropología, la faja, al ocupar la parte media del cuerpo, es equiparable al hombre y el lugar que ocupa en el universo: en medio, entre el inframundo (Mictlán) y el cielo.
Finalmente, más allá de su resignificación, vale la pena señalar la belleza de estas prendas. Por ejemplo, las fajas de Naupan, Puebla, son bordadas en rojo, el color de la vida, y con una serpiente en la orilla, animal asociado con el surgimiento de la vida. En cambio, los fajines rarámuris destacan por los elementos gráficos que los forman y por el uso contrastado de colores: blanco y negro; rojo y azul; todos representando la dualidad: día y noche, vida y muerte, luz y oscuridad.
Sigue leyendo: Trajes típicos mexicanos, conoce 11 de estos ajuares por estado