Francisco J. Múgica, el radical revolucionario que no pudo suceder a Cárdenas en 1940
A pesar de compartir la ideología reformista de Cárdenas, a Francisco J. Múgica no se le permitió ser presidente de México por ser un revolucionario radical.
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Francisco J. Múgica Velázquez nació en Michoacán en 1884, hijo de un maestro de escuela. Al concluir sus estudios de preparatoria, inició una breve carrera como periodista en diversos periódicos que se oponían al régimen porfirista.
Posteriormente, se unió con entusiasmo a la Revolución Mexicana y marchó a Texas para conseguir armas con las que combate en Chihuahua, participando en la toma de Ciudad Juárez en 1911. Un año después, fue invitado a formar parte del gabinete del entonces gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, iniciando una carrera con altibajos en la política mexicana.
Francisco J. Múgica se va formando una reputación
- A partir de 1915 y hasta 1916, fungió como gobernador de Tabasco, donde destacó por la repartición de tierras a los campesinos y por fomentar la educación liberal.
- Posteriormente, como diputado por Michoacán, logró plasmar una ideología de izquierda en el Congreso Constituyente de 1917, legislando sobre educación, reparto agrario, la propiedad nacional del subsuelo y acerca de la secularización de los bienes de la iglesia. Por esta contribución, es considerado uno de los mejores ideólogos de la Revolución Mexicana. Inmediatamente dio señales de ser un radical, pues consideraba que la revolución política y la social debían ir a la par y quedar plasmadas en la Constitución.
- Fue gobernador de Michoacán de 1920 hasta su renuncia en 1922, impulsada por sus enfrentamientos con la iglesia y los terratenientes, quienes presionaron al presidente de entonces, el General Álvaro Obregón, para que el michoacano dimitiera.
- Durante el mandato presidencial de Cárdenas, brindó su mayor legado: su influencia decisiva en la expropiación petrolera. De hecho fue él quien redacta el histórico ‘Manifiesto’ en el que se informa al pueblo sobre el hecho.
Una amarga precandidatura presidencial
A partir de 1939, se perfilan las precandidaturas para la sucesión presidencial de 1940. Los nombres que sonaban con más fuerza en el Partido de la Revolución Mexicana (PRM), precursor del Partido Revolucionario Institucional (PRI), eran el General Manuel Ávila Camacho y Francisco J. Múgica.
Curiosamente, Ávila Camacho era un hombre políticamente desconocido, pero en cambio, Múgica ya tenía una reputación de radical que pesaba sobre él y por la que tenía muchos enemigos: la Iglesia, los terratenientes, el ejército, algunos gobernadores militares y sectores de la sociedad que lo consideraban prorruso y trotskista.
Algunos sectores pensaban que si Múgica llegaba a la presidencia, se profundizaría en las nacionalizaciones y el proyecto revolucionario, por lo que una guerra civil sería inminente. Como consecuencia, las fuerzas políticas en torno a Cárdenas comenzaron a decantarse por Ávila Camacho; un político con una menor visión social y que pudiera ser clasificado como conservador y de derecha.
¿Por qué Francisco J. Múgica no fue candidato?
Finalmente, Ávila Camacho fue elegido como sucesor de Lázaro Cárdenas y a Múgica no le quedó de otra que renunciar a su candidatura, declarando, decepcionado, que había sido víctima de una política de imposición contraria a los ideales de la Revolución Mexicana. El tufo de la traición salpicó también al presidente Lázaro Cárdenas, cuyo acto ha sido justificado por estudiosos como una decisión para evitar el conflicto bélico.
De acuerdo con la historiadora Anna Ribera Carbó, autora del libro Francisco J. Múgica: El presidente que no tuvimos, a nivel internacional los gobiernos de derecha –como el franquista, el fascista o el nazi– estaban en ascenso, lo cual fue seguido muy de cerca por el gobierno de Cárdenas y lo llevo a concluir que lo mejor era decantarse por Ávila Camacho.
«Cárdenas es un hombre siguió muy detenidamente lo que sucedió en España, desde 1936. Y tuvo a sus agentes diplomáticos trabajando a favor de la República. Y entonces se da cuenta de que empeñarse en un candidato tan radical como Múgica era, tal vez, orillar al país a un conflicto como el español. Entonces dejó que esas fuerzas, dentro del propio PRN, que ya estaban operando a favor de Ávila Camacho se fortalecieran»,
Menciona Rivera Carbó en entrevista para La Octava.
Al respecto de ese movimiento político, Lázaro Cárdenas escribió:
«Por otra parte, como de cualquier modo se han operado algunos hechos importantes desde el punto de vista social, no conviene que mi sucesor sea un elemento demasiado radical. Es indispensable que se consolide lo poco que hemos podido hacer y que no se vaya a comprometer con muchas medidas que podría tener un presidente radical.»
Últimos años de Francisco J. Múgica
De 1941 hasta 1945, fue gobernador y comandante militar del territorio de Baja California Sur, donde fundó el primer periódico de la región, hizo campañas antialcohólicas, abrió escuelas públicas, reorganizó los servicios de salud pública y repartió tierras.
Finalmente, en 1951, fundó el Partido Constitucionalista Mexicano, aliado del candidato opositor al PRI, que postulaba a Adolfo Ruiz Cortines. Tras el triunfo de éste en 1952, Múgica se retiró de la vida pública y murió en la Ciudad de México en 1954, a la edad de 70 años.
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