La K’uínchekua, fiesta multicultural de la herencia p’urhépecha
Jóvenes y niños son protagonistas de la K'uíchekua en la emisión 2024 de la fiesta del pueblo, que se realiza en las Yácatas, en Tzintzuntzan, Michoacán.
Vive una experiencia única:
Adrián Téllez, guía experto de Tlalpujahua y mariposas monarca
Detrás de las máscaras se asoma el rostro del relevo generacional, niños y jóvenes que reescriben la voz de su comunidad a través de sus manifestaciones culturales en la música, el canto y la danza.
La K’uínchekua, ‘La Fiesta de Michoacán’, reúne la riqueza simbólica y artística de las siete regiones de Michoacán. En su tercera emisión de 2024, mostró lo más representativo de la entidad con 380 portadores de la cultura, compartiendo ante tres mil asistentes, parte de su legado que da vida a sus comunidades.
Convite: algarabía y color en las calles
La K’uínchekua es una celebración profundamente arraigada en la cosmovisión p’urhépecha, que significa fiesta y celebrarla en las Yácatas, antiguo centro ceremonial, brinda al entorno una magia ancestral indescriptible.
La invitación
Al son de “El Toro pinto”, niñas, niños y jóvenes de la banda de la escuela de Música de Ihuatzio encabezaron el desfile que inició en la calle principal, donde con su habitual Ch’ananskua (parte de un ritual para el pedimento de lluvia) bailan y juegan con los observadores, invitándolos con dulces a ser parte del momento.
El convite es una pequeña muestra de aquello que se verá en el evento nocturno, donde danzantes como los toritos, del carnaval otomí de Zitácuaro, bailan animosamente, acompañados de la maringuía y un jinete.
Previamente al convite también se vive un ambiente festivo y además delicioso para la vista y el paladar. Se trata de un espacio que queda de camino a las Yácatas, donde la venta de productos artesanales y los sabores de las cocineras tradicionales, convidan a los presentes de sus delicias que quedan a la vista y al antojo de cada visitante.
K’uínchekua, La Fiesta de Michoacán
A las 19:00 h, se abren las puertas para que los futuros espectadores ocupen sus lugares numerados y poder disfrutar tranquila y ordenadamente del evento. El uso de tecnología, drones y pirotecnia le dan una proyección de imágenes en las que se narra la historia del antiguo imperio p’urhépecha, seguido de un ritual prehispánico para la apertura del cosmos con incensarios encendidos y sonidos de caracoles.
Danzas
Danzas como la de los viejitos, kúrpites, tsapichus, tlahualiles, de los moros, del torito del carnaval, entre otras, destacan el sincretismo religioso de los pueblos originarios de 28 municipios ubicados en las distintas regiones como la Meseta Purépecha, Tierra Caliente y zona lacustre.
Cosmovisión
En la Uárhukua, conocido como juego de pelota p’urhépecha, participan hombres vestidos con traje típico, haciendo rodar una bola de fuego en el escenario, representando simbólicamente la creación del universo, que comienza con el encendido del fuego nuevo por mandato del Kurikaueri.
Música en la K’uínchekua
Se entonaron pirekuas, el canto de la tierra que cuenta las historias más íntimas del pueblo p’urhépecha. También se escuchó el tamboreo del arpa, el zapateado y caballos bailadores al ritmo de notas del valle de Apatzingán.
Tecnología en la K’uínchekua
Para cerrar con broche de oro los 18 números programados, en el cielo se proyectaron palabras como Michoacán, el Alma de México y K’uínchekua, así como imágenes de mariposas monarca y del volcán Paricutín, realizados con drones e inteligencia artificial.
La K’uínchekua al final permanece inmutable como un tributo eterno al espíritu indomable del pueblo p’urhépecha y su profunda conexión con la tierra y sus antepasados, las personas de las comunidades muestran y permiten la preservación de tradiciones ancestrales y las raíces culturales de la entidad, donde converge la historia de cada rincón de Michoacán.
¿Quieres escaparte a Michoacán? Descubre y planea aquí una experiencia inolvidable