La Alameda de Santa María
En esta ocasión te invitamos a descubrir o redescubrir este centenario rincón de la ciudad de México junto con tu familia o amistades, mediante un paseo breve donde además de disfrutarlo, conocerá de paso otros atractivos de este rumbo de la gran urbe.
Uno de los lugares de recreación y esparcimiento más antiguos de la capital del país es la Alameda de Santa María, cuyo trazo data de 1861; simbolizaba el corazón o centro de la colonia Santa María la Ribera, el segundo fraccionamiento habitacional extramuros de la ciudad de México.
Construido en 1884, es sin duda el más hermoso y artístico de México. Su planta es octagonal y su estructura se apoya en 44 esbeltas columnas metálicas exteriores y ocho interiores, que sostienen una cúpula de cristal rematada con señorial águila elaborada en bronce. La maravillosa filigrana de su decoración morisca, realizada en fierro fundido al igual que todo el conjunto, lo hace único en su género. El autor de esta obra fue el ingeniero José Ramón de Ibarrola, quien la llevó a la Exposición Internacional de Nueva Orleáns (1885) para representar a México con un éxito rotundo.
Después de admirar el quiosco, puedes caminar por los senderos amplios y rectilíneos de la alameda, sentarte alrededor de una de las cuatro fuentes octagonales con sus brocales revestidos de azulejos, o bien, disfrutar los espacios sombreados producto de la fronda de los árboles esbeltos que se hacen acompañar de algunas palmeras. Es imposible no sentir el ambiente evocador de tiempos pasados en este lugar, donde aún se escucha el canto de los pájaros.
Por desgracia, los inmuebles antiguos que rodeaban la alameda han desaparecido casi todos, impidiendo a nuestra mente imaginarse la fisonomía armoniosa de este lugar tradicional en sus orígenes. Sin embargo, en su esquina noroeste, se conserva el Museo de Geología, ejemplo relevante de arquitectura porfiriana inaugurado en 1906 como sede del entonces Instituto Geológico Nacional. En su fachada, toda de cantera, se distingue el pórtico y la riqueza de la decoración. La visita es obligada, basta con asomarse al vestíbulo para admirar en todo lo que vale su fantástica escalera metálica de estilo art nouveau, y el diseño del piso a base de pequeños mosaicos venecianos estilo románico. Se exhiben aquí esqueletos de varias especies animales, así como interesantes colecciones de mineralogía, petrología y paleontología.
Otros inmuebles sobrevivientes son un par de casonas antiguas en los números 217 y 215 de la calle Dr. Atl. Si quiere probar algo diferente, acuda al restaurante Kolobok -especializado en empanadas rusas- en la esquina de Dr. Atl y Salvador Díaz Mirón; y si el calor aprieta podrá refrescarse, en la contra esquina, con un rico helado o una agua fresca.
Cómo llegar…
La manera más fácil de llegar a este bello rincón es mediante la Línea 2 del Metro (Cuatro Caminos – Taxqueña) y bajarse en la estación San Cosme (acera norte). Al salir caminarás en dirección al centro y encontrarás la calle Santa María la Ribera, que te conducirá hasta la alameda. Caminarás otras dos cuadras más y llegarás finalmente a tu destino.
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