La banda del automóvil gris que asaltaba en 1915 y cuyas condenas fueron llevadas al cine
En 1915, la banda del automóvil gris atemorizó a las familias ricas de la Ciudad de México. Sus condenas fueron filmadas e incluidas en la película que relata su pillaje.
Corría el año de 1915, un época álgida para México, pues la Revolución Mexicana se encontraba en uno de sus puntos de mayor efervescencia. La guerra y las enfermedades habían generado una gran pobreza y una alza en las tazas de criminalidad. Uno de los casos que más llamó la atención, por la novedad de su forma de operación, fue el de la banda del automóvil gris.
De acuerdo con algunas narraciones, esta banda se formó en un bar tras un motín en la cárcel de Belém en la Ciudad de México. Sus integrantes eran Higinio Granada, Francisco Oviedo y otros compinches, quienes a diferencia de otros criminales, planearon realizar asaltos con ayuda de un automóvil. Sus víctimas eran principalmente personas adineradas, a quienes sometían en sus propias casas con falsas órdenes de cateo.
Para lo anterior, la banda del automóvil gris se disfrazaba con uniformes militares, llamaban a las casas y mostraban la falsa orden de cateo. Posteriormente, ingresaban a los domicilios, amagaban a las víctimas y extraían todos los objetos de valor para finalmente escapar en un Fiat Lancia.
Gracias a que la forma de operación resultó exitosa, los ladrones comenzaron a robar cada vez con mayor frecuencia. La zona de operación era el Centro Histórico de la Ciudad de México y sus zonas aledañas, incluyendo barrios como la Guerrero, la actual colonia Juárez. Rápidamente pasaron de los asaltos al secuestro, pues se piensa que contaban con protección de algunas autoridades policiacas, lo que les permitía ampliar el margen de sus delitos.
La banda del automóvil gris cayó en 1915, pero algunos de sus integrantes fueron liberados casi de inmediatamente, mientras que otros fueron fusilados tras el juicio. Sin embargo, los líderes de la banda, Higinio Granada y Francisco Oviedo fueron perdonados y no fueron fusilados.
La película de la banda del automóvil gris
La leyenda de la banda del automóvil gris inmediatamente se convirtió en una leyenda urbana del México revolucionario, pues el modus operandi no era nada común en la época. Como consecuencia, cuatro años después se filmó una película titulada El automóvil gris, una de las primeras películas mexicanas y de las más exitosas del cine mudo nacional.
La obra se realizó en 12 cortos y estuvo protagonizada por un policía real (Juan Manuel Cabrera). Asimismo, contó escenas reales de los fusilamientos, filmadas por el director Enrique Rosas. La obra se estrenó el 11 de diciembre de 1019, pero fue sonorizada y editada por Miguel Vigueras en 1933, su editor original. El automóvil gris se encuentra en el listado de las 100 mejores películas del cine mexicano.
Sinopsis
La película relata cómo la alta sociedad mexicana se ve en peligro debido a una banda de ladrones de joyas que opera vestida de militares. Entonces, el detective Cabrera pone en marcha una investigación y persecución de los integrantes de la banda del automóvil gris. Finalmente, una de las víctimas logra someter a dos de los delincuentes, mientras que los otros huyen para luego ser detenidos por la policía.
En las últimas escenas se puede ver cómo los delincuentes son enjuiciados y condenados a muerte, mientras que algunas de sus esposas son condenadas a prisión por complicidad. También se ve a un sacerdote asistiendo espiritualmente a los condenados a muerte, entre los que se encuentra uno que se casa con su prometida. Todos brindan con ponche por el matrimonio. Antes de la ejecución, cuyas escenas son reales, se lee el siguiente mensaje:
«La escena del fusilamiento, a su natural horror, reúne su autenticidad. Con su absoluto realismo, hemos querido demostrar cuál es el único fin que espera al delincuente.»
Tras la escena real de la muerte de los integrantes de la banda del automóvil gris, un segundo mensaje narra:
«Inútil afán… El destino al cumplirse de todos los culpables es una lección de moral… Sólo el trabajo es el medio más noble de vida…»
