La Barca de la Fe en Tlaxcala, original y fantástica
La Barca de la Fe es un templo muy peculiar en cuanto a la arquitectura. Se encuentra en el municipio de Tlaxco, Tlaxcala. ¿Has estado en un barco que al mismo tiempo es iglesia?
En San Andrés Buenavista, en el municipio de Tlaxco, Tlaxcala, se yergue impresionante y enigmática La Barca de la Fe, un templo católico todavía en gestación que es una copia de la carabela Santa María, una obra de matices sincréticos que la comunidad decidió erigir a partir de 1984.
Un poco de historia de La Barca de la Fe
Donde hoy se yergue La Barca de la Fe —inusual réplica de la primera embarcación occidental que llegó a nuestro continente: la Carabela Santa María— en tiempos prehispánicos fue suelo otomí, pueblo que en algún momento perteneció al creciente Imperio Tlaxcalteca, es decir, eran tributarios de estos.
Después de la Independencia, en el lugar se construyó la Hacienda de San Andrés, una propiedad donde se producía pulque en sus enormes tinacales y donde descansaba una hermosa capilla.
Una vez finalizada la Revolución, vino la expropiación y las tierras fueron repartidas entre los trabajadores de la hacienda. Nació entonces lo que fue en sus inicios el pueblo de José María Morelos Buenavista, y que después se convertiría en San Andrés Buenavista, nombre que ostenta hasta nuestros días.
En 1974 se realizó un plebiscito en la comunidad y se decidió construir el templo, pero en esos días coincide con que nacieron una serie de desavenencias y dificultades en la región, por lo que los trabajos se retomaron diez años después, es decir, fue en 1984 cuando inician los trabajos formales para la construcción de La Barca de la Fe.
Hoy, aunque el templo no ha sido finalizado en su totalidad, ya se realizan desde hace varios años ceremonias y misas todos los domingos, y el 12 de octubre de cada año es especialmente interesante la celebración de la Fraternidad de los Pueblos.
La construcción de la Barca de la Fe
El presbítero y arquitecto tlaxcalteca Arnulfo Mejía Rojas, quien falleciera en 2016, fue el encargado de esta magna obra, hoy sin duda un símbolo de Tlaxco y, por supuesto, de Tlaxcala.
Desde un primer momento la justificación de esta espectacular obra en forma de barco fue el hecho de que el apóstol San Andrés fue pescador, pero del mismo modo porque Jesús predicó desde las barcas, y que en general la barca es un símbolo importante de la iglesia católica.
Pero otra cuestión interesante, y que salta a la vista, es el hecho de que tanto la arquitectura como la decoración de la obra tengan motivos prehispánicos, sin duda se trata de una representación evidente del sincretismo religioso y cultural de la región y de nuestro país.
El uso de símbolos y glifos prehispánicos no es menor, la construcción está recargada de adornos y mensajes en paredes, techos y columnas: Quetzalcóatl, Ometeotl (Divino Señor de la Dualidad), Otlis (pies en el camino), Tlaloque (fuente de lluvia y vida), Tlaxco (juego de pelota), Ollín (movimiento), Pluma (símbolo de lo espiritual), Quincunce (símbolo de la unificación del mundo), símbolos del sacerdote mesoamericano, etcétera.
Estos adornos y símbolos de la cultura occidental y la mexica-nahua de La Barca de la Fe son la representación de las convergencias y diferencias de dos culturas en lo que se refiere a la búsqueda del ser supremo, de lo espiritual, de la reflexión, de la vida después de la muerte, de lo intangible…
Características espaciales de la Barca de la Fe
Como ocurre con la cuestión evidentemente sincrética en este templo “sui géneris”, el tema constructivo y las características espaciales también tienen mucho que decir: el campanario, por ejemplo, es un enorme faro que se comunica con la barca por un puente con serpientes emplumadas en sus barandales, del mismo modo hay que imaginar una embarcación enorme con una eslora que mide 87 metros y una altura en popa de casi 30 metros.
El sótano de la barca tiene espacio para 500 criptas y bodegas; en la planta alta de encuentra lo que es propiamente el templo en honor a San Andrés Apóstol, totalmente recubierto de madera y con una capacidad para 4,500 personas.
En la parte superior de lo que es el templo, es decir, en el primer piso, se halla una galería de arte donde existen algunos murales permanentes y donde suelen exhibirse obras de artistas locales y nacionales; en el segundo piso, se encuentra un museo de antropología; y en el tercer piso, donde está simulado el timón y el cuarto de mando, existen habitaciones y un restaurante solo abierto para recibir invitados, desde aquí los panoramas son estupendos, se divisan: el Popocatépetl, el Iztaccíhuatl y la Malinche.
Desde esta parte más alta también se domina todo el poblado de San Andrés Buenavista, y toda la parte superior de la embarcación, es decir, la cubierta, con sus faroles, lanchas salvavidas, timón, barriles y baúles al frente.
En algún momento de la mañana, el poblado suele cubrirse de neblina, y poco a poco la bruma silenciosa va cubriendo también a la gran barca, y esta, aunque su destino sea su inmovilidad pétrea, parece soltar el ancla, y cuando sus velas atrapan los fuertes vientos helados del norte, parece que se dirige hacia los volcanes, como queriendo buscar el mar que la espera, para quizá, nunca se sabe, llevar el mensaje de los antiguos más allá del mundo conocido.
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