La cabeza perdida del Ángel de la Independencia
Un pequeño recinto del Centro Histórico de la Ciudad de México resguarda la cabeza del Ángel de la Independencia la cual cayó tras el terremoto de 1957, conoce la historia.
En 1957 México, atónito, vio la caídas de tres grandes símbolos nacionales: primero la falla en un motor desplomó el avión donde viajaba Pedro Infante, después el campeón mundial Raúl “Ratón” Macías besó la lona por un nocaut y luego un terremoto de 8.8 grados tiró el Ángel de la Independencia fragmentando sus 12 toneladas en cinco partes.
Los periódicos de la época pusieron en sus primeras planas las fotografías de la efigie destrozada para ejemplificar la intensidad del temblor con epicentro en Guerrero. Un duplicado del ángel se colocó en la columna del Paseo de la Reforma, que es el que podemos ver en la actualidad. Pero el original yace embodegado con excepción de la cabeza aplastada, parchada y herida por el azotón del 57.
Salí de la estación Allende del Metro para ir en su busca, pasé por decenas de vendedores ambulantes de anteojos, tiendas de ropa y galerías de vestidos para quinceañeras sobre República de Chile, y unos pasos antes de llegar a Donceles vi la cabeza de 107 años en la esquina izquierda de la entrada al Archivo Histórico de la Ciudad de México, estoy seguro que miles de personas pasan por ese lugar sin sospechar que están frente a la cabeza original de la Victoria Alada, que es lo que en realidad es.
Su rostro aplanado es lo primero que se distingue, si se le ve de frente parece más un pez que la representación de un rostro femenino, ya que la tapa del cerebro, que es donde tenía su corona de laurel, no existe; las orejas están hundidas y si se le ve de cerca se observan las raspaduras del bronce quemado posiblemente por los rayos del sol del siglo pasado.
Llegó a este lugar en 1982, me dice Rafael Cordero, un dedicado arquitecto que trabaja en el Archivo. Comenta que ha visto llegar hasta este lugar a admirar la pieza a cientos de personas (pocas si se considera que la Victoria Alada representa a casi 122 millones de mexicanos) entre los que está Jacobo Zabludovsky, apasionado y defensor de la Ciudad de México, que llevaba a sus amigos a conocer a la dama de bronce.
Me pregunto por qué tan poca gente sabe que la cabeza del original Ángel de la Independencia, figura inaugurada en 1910 por Porfirio Díaz, está en este lugar, por qué no nos enseñan esto en los libros de historia para que así nos gustara mucho más esta asignatura escolar.
Solo hasta la caída del Ángel de la Independencia los mexicanos empezaron a preguntarse quién había posado para crear la Victoria Alada, fue cuando reporteros de la prensa de entonces descubrieron que el escultor italiano Enrique Alciati, al que se le encargó la efigie, se basó en el hermoso cuerpo de Ernesta Robles, una costurera que vivía en la colonia Portales y a quien conoció en un salón de baile.
Pero la mujer sólo aceptó mostrar sus muslos desnudos, por lo que el artista tuvo que hacer que otra mujer de la que sólo se sabe que se llamaba María, mostrara sus senos para concluir la obra.
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