La historia de Chiquidrácula, el vampirito que nos daba ‘mello’ en los 80
Chiquidrácula daba más risa que miedo, contaba chistes malos, su humor era blanco, nunca logró chuparle la sangre a nadie y a pesar de todo ha sido el mejor vampiro que ha tenido México.
Es posible que una de las razones por las que más añoramos los ochentas en México sea porque era un momento, un país, más fácil de comprender, menos complejo que el actual. Para muestra de tal hipótesis está Chiquidrácula, un personaje de humor sencillo, pero que logró quedarse en el aprecio y memoria de millones.
En cada episodio de Chiquilladas, programa de televisión en donde Chiquidrácula se dio a conocer masivamente, el pequeño vampiro aparecía repentinamente para asustar a algún niño con un: “¡bú!, ñaca-ñaca, sintieron mello”. Luego, casi de inmediato, empezaba a contar un chiste simplón, que él mismo calificaba de “sangrón”.
Chiquidrácula, el de los chistes «sangrones»
No obstante casi todo le salía mal a este pequeño vampirito, pues con frecuencia terminaba siendo víctima de sus víctimas. Pero, pese a la sencillez del acto, este personaje de Carlos Espejel, tal vez sea uno de los más recordados de Chiquilladas.
El primer bosquejo de lo que sería Chiquidrácula llegó cuando Espejel tenía solo tres años. A esa edad la mamá del actor lo vistió de Drácula para una convivencia en la empresa propiedad de su padre.
Sobre cómo inventaron a Chiquidrácula
Pero aquel disfraz hubiera quedado solo como una anécdota infantil si no es porque cuatro años después, le dieron la oportunidad de realizar un sketch vestido de vampirito dentro del programa Sábados Efectivos.
En tal sketch participaron, haciendo el papel de sus padres, los actores María Alicia Delgado y Raúl “Chóforo” Padilla.
Chiquidrácula en la película Chiquidrácula
Conociendo que el infante Carlitos era bastante gracioso disfrazado de Drácula, fue llamado para hacer el personaje dentro de Chiquilladas. Se convirtió en un hit con todo con todo y su humor infantil, inocente, simple y blanco.
Ya habiendo sido aceptado por el público de la pantalla chica y con Pedro Fernández pasando a la adolescencia, a los productores se les ocurrió convertir a Carlos Espejel en la nueva estrella de las infancias.
Por eso filmó la película Chiquidrácula, en donde el pequeño vampiro hizo el papel de un niño que, en busca de librar a su abuelo (“Resortes”) del alcoholismo, lo asustaba para que dejara de beber.
Chiquidrácula retrató el México previo al terremoto del 85
Fue un franco fracaso, o para no vernos tan crueles, fue un film que no convirtió a Espejel en la estrella infantil esperada, así lo consignó la revista Cine Mundial.
Pero hay una curiosidad respecto a esta película. Fue grabada dentro de las calles de la Ciudad de México en agosto de 1985, es decir, un mes antes del terremoto del 19 de septiembre de ese año, convirtiéndose en un documento de algunos edificios que colapsaron en la zona centro y la colonia Juárez, principalmente.
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