La miel de abeja: el oro líquido de México
Desde épocas muy antiguas, la miel de abeja ha sido reconocida como un alimento útil y nutritivo; en nuestros días, es la fuente de trabajo de muchos mexicanos entregados a la apicultura.
Usos ceremoniales, medicinales y hasta funerarios, la miel desde épocas muy antiguas ha sido reconocida como un alimento delicioso, útil y hasta mítico. En nuestros días, es la fuente de trabajo para una gran cantidad de mexicanos que mantienen viva la dulce tradición de la apicultura.
La miel de abeja en México
Hoy en día, como hace siglos, el sureste de México sigue siendo la principal zona de producción de miel. El país ocupa el sexto lugar como productor y mantiene el tercero como exportador. La apicultura beneficia a más de 42 mil familias, quienes trabajan en 1.9 millones de colmenas. Sin duda, una gran industria.
Además, como muchos otros productos mexicanos, la miel es de gran calidad y de las más cotizadas en el mundo. De hecho, Alemania, Gran Bretaña, Arabia Saudita, Suiza, Estados Unidos y Japón son los principales países compradores de la miel de abeja mexicana. Y es que tiene características únicas gracias a nuestra biodiversidad.
Por ejemplo, algunas de nuestras mieles consiguen su sabor al elaborarse con una flor específica, como la flor de aguacate, la de guayaba o la de naranjo. Estas mieles son tan únicas que sus productores buscan la denominación de origen. Al igual que la que se obtiene en Chiapas y Yucatán con tres flores de la región: tajonal, dzidzilché y xtabentún.
De la flor a tu boca
Muchas de estas mieles especiales se ubican en los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo. Sin embargo, hablar de todas las variedades sería demasiado extensivo, tan solo en Yucatán hay unas veinte. Y si nos referimos a los distintos procesos de producción, también sería exhaustivo.
Por ejemplo, en el caso de la orgánica se colocan las colmenas (cajas de madera con abejas adentro) en áreas de flores silvestres. Esto a veces obliga a transportarlas a distintos campos para seguir su floración y así las abejas produzcan la misma miel.
La floración, junto con otros factores como las regiones donde se localizan las colonias apícolas productoras de miel y el clima, determinan características como la acidez, cristalización, color y densidad, entre otras, es decir, los tipos y calidades de la miel.
Para fines comerciales se clasifica principalmente por su color, el cual permite determinar su calidad, los colores van del blanco agua, extra blanco y blanco, al ámbar extra claro, ámbar claro, ámbar y ámbar oscuro. El sabor y olor tiende a tornarse más penetrantes conforme se oscurece su color, y son precisamente las oscuras las que se utilizan mucho en la industria o se mezclan con mieles muy claras para darles sabor y aroma.
Las abejas, insectos en peligro
Sin embargo, todas esas características, y la producción misma de miel, se han visto afectadas por el cambio climático y otros factores como la deforestación. Esto debido a que los intensos fríos o la alteración del entorno interrumpen la floración que brinda de néctar a las abejas.
De esta manera, se propicia la desaparición y emigración de las colmenas, provocando la pérdida de algunas cosechas de miel. No podemos dejar de mencionar que las abejas en su vuelo polinizan infinidad de plantas, por lo que su desaparición afecta directamente también a nuestra biodiversidad.
Por ello es primordial apoyar nuestra apicultura cuidando el medio ambiente, respetando los hábitats que visitamos y consumiendo miel nacional, así, ésta conservará su excelente calidad, valores nutrimentales y ese sabor único.
Champotón: La experiencia de cerca…
Si eres de esos viajeros que buscan las mieles artesanales de México, te recomendamos que en tu próximo viaje al exuberante Campeche, tomes la carretera federal 180 que sale de Campeche con rumbo a Ciudad del Carmen. 65 kilómetros más adelante llegarás a Champotón. Ahí encontrarás el mercado llamado Pablo García. Aquí podrás adquirir varios productos originales de la región, como algunas variedades de pescado, y por supuesto, la inigualable miel de Campeche.
La miel que en este estado se recolecta, proviene de siete diferentes floraciones. El color que comúnmente se obtiene es el ámbar claro, aunque también se cosecha de color ámbar oscuro. Y aunque la mayor parte de su producto se destina al mercado internacional, aquí es posible probar y comprar algunas presentaciones artesanales.
Los apicultores de Champotón
Una visita a esta ciudad, hace algunos meses, nos dio la oportunidad de conocer los apiarios de la Organización de Apicultores de Champotón, la cual inició sus operaciones en 1982 con 87 productores. Además, es considerada una empresa rural 100% mexicana, dedicada a la producción, acopio y comercialización de miel de abeja con 1,300 agremiados actuales.
Fue muy estimulante comprobar que el objetivo principal de estos apicultores es producir y comercializar miel de alta calidad. De esta manera, ofrecen un producto saludable y 100% natural, para ellos sus procesos de producción, sanitización, eliminación de desechos y control de plagas, entre otros, cuentan con registros y manuales.
Todo esto ha permitido que los Apicultores de Champotón realicen una comercialización directa con envasadores en países de Europa como Alemania y Francia; gozando de un excelente prestigio a nivel internacional.
Sin embargo, en el último año también han enfrentado los bruscos cambios climáticos que afectan su producción. En un intento para ayudarlos a mantener la miel de Campeche en alto, Grupo Herdez del Fuerte, a través de Miel Carlota, donó 400 abejas Reina. Estas pueden llegar a producir en dos años de su vida natural alrededor de 150,000 huevos, de los que nacerán nuevas abejas obreras encargadas de generar miel altamente nutritiva.
La marca ha usado por años un alto porcentaje de miel campechana en su mezcla tradicional, y este apoyo fue otorgado a los 40 principales apicultores de la zona, pero benefició a toda la comunidad. Pues, más allá de representar cada abeja Reina una nueva colmena (que ha de producir más toneladas de miel), los nuevos millares de abejas obreras se encargarán al mismo tiempo de polinizar enormes extensiones de vegetación.
De esta forma se acelera la fotosíntesis y se produce la condensación en el aire hasta la llegada de la lluvias. Es así como el complejo círculo ecológico del cual la abeja es parte fundamental, se completa y reaviva, dando de nuevo la oportunidad de reanimar ese otro círculo que da vida a las tradiciones en México.
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