El lago de Chalco, así fue secado este cuerpo de agua dulce y estos son sus restos
En el pasado, el lago de Chalco fue el más profundo de los lagos del Valle de México y tenía agua dulce. Hoy es parte de la gran mancha urbana.
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La Ciudad de México aún conserva algunas reminiscencias de su pasado, cuando gran parte del valle estaba cubierto por grandes cuerpos de agua, lo que se conoció como el Gran Lago de la Cuenca de México. Uno de ellos fue el lago de Chalco, un cuerpo de agua dulce que junto con los cuerpos de agua de Xochimilco, así como las grandes lagunas saldas de Texcoco, Zumpango y Xaltocan, recubrían la cuenca. Dicho espacio fue el lugar de asentamiento de los pueblos prehispánicos de la región, en el caso del lago de Chalco el lugar fue habitado por los chalcas, una confederación integrada por Tlalmanalco, Amaquemecan, Tenanco y Chimalhuacán-Chalco, cada uno de los cuales tenía cierta autonomía y su propio tlatoani.
Durante la época prehispánica el lago de Chalco conservó su proporción. En 1465, cuando los chalcas se negaron a cooperar con la construcción del templo de Huitzilopochtli, la ciudad fue invadida y sometida por los mexicas, quienes entonces eran liderados por el tlatoani Moctezuma I. Sin embargo, el cuerpo de agua no sufrió importantes modificaciones.
Una historia de inundaciones
El antiguo lago de Chalco tenía como límite el islote de Cuitláhuac, que actualmente está en la alcaldía de Tláhuac. En él desembocaban los ríos Acuautla, Tlalmanalco y Tenango. Se sabe que era el más profundo de los lagos, aunque se desconoce qué tanto; estudios contemporáneos del suelo sugieren cerca de 15 m. Hasta el siglo XVIII medía 10,800 hectáreas.
Aunque se trataba de un lago profundo, su desbordamiento en temporada de lluvias se registró desde la época prehispánica. De acuerdo con Francisco Gallardo Negrete, los problemas se agravaron en un evento sin precedentes debido a la construcción del dique de Nezahualcóyotl, que provocó represas y una posterior inundación de toda la Ciudad de México en 1489.
El nivel del agua comenzó a subir, y aumentó considerablemente el depósito del líquido en los vasos de Chalco y Xochimilco […] las aguas de los lagos fueron las que unidas al del ojo de Acuecuescatl bajaron como un torrente sobre la capital y la inundaron”.
relata Francisco de Garay.
Sin embargo, las inundaciones se debía a lluvias sin precedentes. Durante el periodo virreinal existieron por lo menos dos inundaciones en el siglo XVII que mantuvieron la capital durante largo tiempo bajo las aguas. De acuerdo con Francisco Xavier Clavijero, el lago de Chalco era el más proclive a desbordarse por reunir las aguas de distintas montañas que terminaban por inundar la ciudad.
Inicia el desecamiento del lago de Xochimilco y Chalco
Por ello, el gobierno español inició los intentos discretos para desecar el lago. A la par, los cuerpos de agua se vieron afectados la deforestación masiva de la región, pues se produjo un cambio climático regional y la posterior evaporación. No obstante, el proyecto de desagüe de los terrenos de los lagos de Chalco y Xochimilco inició con violencia en el siglo XIX.
De acuerdo con Trinidad Beltrán Bernal, el 17 de mayo de 1827 un decreto del gobierno del Estado de México autorizó la apertura de un canal para el desagüe de Chalco. Posteriormente, en 1833, se autorizó un segundo canal hacia Texcoco y un reordenamiento de los terrenos que serían vendidos a los «vecinos pobres y honrados» a precios simbólicos.
Pese al proyecto, la formación de espejos de agua continuó durante el siglo XIX, pero las inundaciones continuaban en los poblados que se habían asentado en los terrenos ganados y las zonas vecinas. Por ello, los proyectos de desecamiento aumentaron y en 1877 se aprobó el diseñado por Francisco de Garay. Asimismo, en 1888, los hermanos Noriega compraron parte de los terrenos de Xico y, a través de sus propios recursos con estímulos fiscales del gobierno, continuaron el proyecto de drenado para aumentar sus extensiones de tierra firme.
La redirección de las aguas surtió efecto y muy rápido los lagos bajaron sus niveles y se cubrieron de fango, lo que evitó la evaporación y drenaje, sin embargo, se redujo tanto el nivel como la extensión. Los ríos y manantiales de la región fueron conducidos para abastecer a la capital y pronto los terrenos se convirtieron en campos agrícolas regados con los restos de los cuerpos de agua.
El lago de Chalco se transformó en los municipios de Chalco de Díaz Covarrubias y Valle de Chalco Solidaridad
Durante el Porfiriato y los gobiernos posrevolucionarios, el proyecto de desecamiento se agudizó. Hasta transformar aquellas zonas que habían sido desecadas para el cultivo de las haciendas en en poblados conurbados. Sin embargo, la naturaleza del suelo, que había sido un lago con aproximadamente 30 mil años de antigüedad, produjeron hundimientos naturales.
En el siglo XX el desecamiento de la región continuó, esta vez de la mano de los pozos de extracción de agua. Mientras que en 1944 había sólo 75 pozos, para la década de 1980 ya se contabilizaban 3537 pozos. Las consecuencias fueron tan palpables que, en 1994 el gobernador mexiquense Emilio Chuayffet Chemor fundó el municipio de Valle de Chalco Solidaridad sobre los terrenos desecados. El hecho fue la oficilización de las poblaciones que se habían desplazado con ayuda del gobierno del centro al sur de la Ciudad de México tras el sismo de 1985.
Las lagunas de Xico
Actualmente ya no existen grandes cuerpos de agua en los municipios de Chalco de Díaz Covarrubias y Valle de Chalco Solidaridad, sobreviven pequeñas lagunas como las de Xico y pequeños ojos de agua.
Del conocido como Lago de Chalco se ha registrado un resurgimiento con una longitud máxima de 4km, un ancho máximo de 3.20km, una profundidad de 3m y con una capacidad de almacenamiento de 10,000 m3. También se encuentra en la zona de Xico, entre los límites de la Ciudad de México y el Estado de México.
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