Lamborghini Coatl, el deportivo noventero que nació en tierras mexicanas
Las crisis crean oportunidades, y eso fue lo que propició la creación de Lamborghini Coatl, un deportivo mexicano con lo mejor de la ingeniería italiana.
La firma de automóviles ultra exclusivos y deportivos atravesó muchas crisis y en una de ellas, durante la década de 1990, vendieron sus derechos de fabricación a Jorge Antonio Fernández García, un diseñador y empresario mexicano, que se hizo llamar Joan Ferci, y que fabricó el Lamborghini Coatl.
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Joan Ferci compró los derechos de Lamborghini en Latinoamérica, con lo que podía usar la marca en lápices, perfumes, ropa y cualquier producto, incluyendo, desde luego, autos.
Así que creó un diseño que tuviera lo mejor de ambos mundos: la ingeniería de punta con el respaldo de un superdeportivo de la talla de Lamborghini pero con el diseño auténtico y milenario de un imperio prehispánico; el nombre: Lamborghini Coatl.
La base del auto fue el Diablo, modelo de vanguardia en aquellos años que si bien resultó un buen lanzamiento no dio los suficientes dividendos para sacar de la crisis a la firma italiana, por lo que pasó a Chrysler y, después, a Ferci.
El combo ganador era así: una carrocería tornasol con 14 capas aplicadas artesanalmente (entre naranja, rojo y café) y opciones de personalización atractivos como las luces frontales alargadas y las calaveras cromadas.
El interior mostraba el lujo de superdeportivo: tapicería de fina piel bicolor cuyos tonos podían personalizarse al gusto del dueño, volante de madera tallado a mano y a medida.
¿Y el motor? Exactamente igual que el Diablo, que lleva de 0 a 100 km/h en 4 segundos:
- Motor V12 de 5.7 litros
- 492 caballos de fuerza
- 427 lb-pie de torque
- 320 km/h como máxima velocidad
Por desgracia, sólo se lograron vender 3 autos Lamborghini Coatl, y en 1998 Volkswagen Audi Group adquirió la marca Lamborghini e ignoró el contrato firmado previamente con Ferci por la firma italiana.
Al desconocer el acuerdo, Ferci no pudo usar piezas Lamborghini a partir de 1998, lo que echó por los suelos el sueño de ver su obra conquistar la escena del automovilismo desde México con calidad universal.