Las razones de la Riviera Maya (Quintana Roo)
Con más de 100 km, la Riviera Maya ofrece los azules mágicos del Mar Caribe, respaldada por un exuberante entorno selvático repleto de cristalinos cenotes y de impresionantes sitios arqueológicos, como Tulum o Cobá.
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A sólo 16 km del aeropuerto de Cancún, hacia el sur de la península, inicia una de las zonas del país más ricas en atractivos turísticos y culturales, así como de mayor crecimiento demográfico en décadas recientes. Para recorrerla y saborear algo de sus encantos harían falta quizá semanas, dadas sus extensas playas de arena blanca, cenotes que aparecen por doquier, una intensa vida nocturna, oferta gastronómica autóctona y multinacional, parques ecológicos y temáticos, así como los famosos centros ceremoniales mayas que permiten ahondar en las raíces históricas seculares de tan privilegiada región.
Iniciamos el recorrido en Puerto Morelos, que aún conserva un aire tranquilo, sin grandes hoteles y con playas abiertas a la mirada hacia el infinito. Abundan los restaurantes típicos sobre la costa, donde disfrutar a precios razonables de peces y mariscos, mientras la vista se recrea con el vaivén de las mareas.
Y nada mejor para favorecer una buena digestión que un paseo por el centro, donde enseguida encontramos la Plaza de las Artesanías, en la que el visitante encontrará desde ropa regional hasta hamacas, bisutería hecha con elementos marinos, sombreros o joyería en plata.
En el km 33 de la carretera Cancún-Chetumal encontrarás el Jardín Botánico “Dr. Alfredo Barrera Martín”, cuya superficie de 60 ha cuenta con más de 300 especies de plantas en dos tipos de vegetación, la selva mediana subperenifolia y el manglar.
Continuando por esta carretera llegarás al cenote Chikin-Ha en el que podrás disfrutar la experiencia de lanzarte al vacío y volar sobre la selva, a una altura de 70 a 150 m, colgado de la llamada tirolina maya, un cable de acero que retoma un sencillo concepto de ingeniería de puentes colgantes.
Luego de un refrescante baño en el cenote Xtabay, podrás dirigirte hacia Xcaret –en maya, “Pequeña caleta”–, uno de los parques de entretenimiento más famosos de la región desde su apertura en 1990. En sus 80 ha, localizado a 75 km al sur de Cancún, para el disfrute de los nadadores cuenta con una plácida caleta, una laguna, playas y pozas naturales, así como numerosos pasadizos con cuevas y recovecos que la convierten en un lugar ideal para una exploración sin igual entre aguas transparentes, multitud de peces y la selva.
Entre los más llamativo del parque está su Mariposario, cuya área de vuelo libre, con 3 500 m2 de superficie y 15 m de altura, es toda una obra de arte arquitectónica: imponentes paredes circulares encierran un jardín a desnivel techado con una fina malla que deja pasar el aire fresco y la luz solar. En una pequeña cascada los colibríes vienen a refrescarse y los paseantes descansan en un ambiente de paz.
También, el lugar alberga a más de 44 especies de aves de radiante plumaje. Varias andan libremente por el aviario conviviendo con las tortugas jicotea; nueve entran en el programa de reproducción en cautiverio implementado para ayudar a conservar las poblaciones de aves silvestres amenazadas, con la esperanza de que, un día, los especímenes sean integrados a su hábitat natural.
Otra área de obligada visita es el Orquideario, donde se cultivan 25 plantas híbridas y 89 de las 105 especies de orquídeas endémicas, las cuáles despliegan en el invernadero una fantástica sinfonía de colores, texturas, formas, tamaños y aromas. No pocos, incluso se sorprenden al ver las plantas de vainilla entretejiéndose sobre sus cabezas: la vainilla es el fruto maduro de la orquídea Vanilla planifolia.
Entre lo mucho por ver en Xcaret destaca la Granja de hongos, donde se muestra el proceso de cultivo del hongo Pleurotus, una seta comestible y de muy buen sabor. El objetivo de la granja es compartir la sencilla tecnología del cultivo de hongos regionales –que sólo requiere de una composta de paja de trigo o cebada y hojas secas– con las vecinas comunidades rurales, lo cual ha resultado muy benéfico para éstas. Así mismo, está el Acuario de arrecifes, único en su género en las Américas, pues transporta a los visitantes a las profundidades del mar caribeño, al exhibir detrás de ventanas bajo el mar la biodiversidad de los jardines multicolores submarinos con sus diferentes ecosistemas.
Dirígete ahora a Aktun Chen, palabra maya que significa “Cueva con cenote en su interior”. Se trata de un parque natural de 600 ha con selva tropical virgen ubicado en el centro de la Riviera Maya, en el km 107, entre Akumal y Xel Há. Su principal atractivo es una gruta seca de 540 m de largo con miles de estalactitas y estalagmitas, columnas de carbonato de calcio y raíces de árboles que atraviesan la piedra caliza hasta llegar al manto freático. Dentro de esta cueva se encuentra un cenote de diáfanas aguas con una bóveda saturada de estalactitas. En verdad, es un sitio de belleza deslumbrante.
Tras un recorrido de una hora en las profundidades, ya en el exterior observarás monos, venados cola blanca, hocofaisanes, pecarí de collar o jabalí, loros, todas especies de fauna silvestre de la región, en su hábitat natural, sin jaulas. Además, a la entrada del parque está un serpentario que reúne 15 especies del sureste de México.
Siguiendo con el recorrido, puedes visitar otro de los parques temáticos más notorios de la Riviera Maya: Xel-há, también perteneciente a Grupo Xcaret. Allí, en la caleta Kay-Op nadamos rodeados de peces y como bien dice su eslogan, exploramos al máximo la magia de la naturaleza en el Río de los sueños, la gruta Ixchel, el Puente del viento y los cenotes Paraíso y Aventura.
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