Libertad de imprenta, expresión sin opresión en México desde 1861
La libertad de imprenta fue declarada en México el 2 de febrero de 1861. Conoce los puntos más importantes sobre este decreto oficial, a continuación.
La libertad y nuestro derecho natural a ser libres es un tema complicado cuando se trata de emitir una opinión, porque como el mismísimo Benito Juárez dejó claro con su frase más emblemática, mis derechos terminan donde comienzan los de los demás; esto quedó claro cuando en su gobierno, se sentaron las bases sobre la libertad de imprenta.
La ley de la libertad de imprenta
El 2 de febrero de 1861 fue decretada la Ley sobre la libertad de imprenta en México, durante el gobierno del Benemérito de las Américas: Benito Juárez.
La primera vez que se emitió un decreto oficial sobre la libertad de imprenta en México, no tuvo más límite que la vida privada, así como salvaguardar la moral y la paz públicas. En 43 artículos se expresaron claramente las intenciones del estado de proteger la libertad de expresión, pero también de hacer conocer sus límites.
En lo que respecta a la vida privada, hacía énfasis en considerar punible atribuirle a alguna persona algún vicio o delito no reconocido por los tribunales o que se comente sobre vicios o delitos que sean defendidos o aconsejados. También se restringía el promover la desobediencia de las leyes y las autoridades.
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Otros puntos importantes
En estos 43 artículos que conforman la ley de la libertad de imprenta que vio la luz aquel 2 de febrero de 1861, se establece que cualquier denuncia o acusación sobre cualquier delito de imprenta debe hacerse en el ayuntamiento donde sea publicado el impreso.
También hace hincapié en la responsabilidad total de los autores, por lo que la industria tipográfica y las oficinas de imprenta son totalmente libres.
Se declaró el respeto a la manifestación del pensamiento ya sea por medio de la pintura, el grabado, la escultura, litografía o cualquier otro medio de comunicación o expresión artística; considerando necesario prever el abuso de estos.
La ley de la libertad de imprenta de 1861 deja en claro los pasos a seguir para dar seguimiento a quienes rompan las normas y precisa que no habrá censura en teatros, cargando a los autores y traductores dramáticos con la total responsabilidad de las obras que presenten.
Al final, la ley de imprenta se declara inviolable y avalada por la Constitución de 1857 y ofrece la garantía de un jurado de calificación y otro de sentencia. la ley de la libertad de imprenta menciona que parte de la idea de que con la libertad, el periodismo puede llegar a ser un elemento de civilización y de progreso para la sociedad mexicana.