Madero, el primer presidente del mundo en realizar un vuelo en avión
Madero realizó el primer vuelo presidencial en toda la historia, cuando en 1911, se sube a un avión y vuela por unos cuantos minutos.
Era el año 1911 y la aviación apenas se daba a conocer en el mundo. En México, hacía un año (1910) que Alberto Braniff se había convertido en el primer hombre en volar un avión en Latinoamérica, hasta que Madero, presidente de México, decide subirse a uno espontáneamente.
En ese contexto, la compañía norteamericana Moisant International Aviators había llegado a México ofreciendo acrobacias con sus aviones en los llanos de Balbuena en la Ciudad de México, donde se había acondicionado una pista. Para promocionar el evento que se llevaría a cabo del 16 de noviembre al 30 de diciembre de 1911, se desplegaron carteles por toda la ciudad y anuncios en los principales periódicos de la época, invitando al público en general a presenciar el vuelo de las novedosas aeronaves.
Fue así como el domingo 30 de noviembre llegó el presidente Madero, Apóstol de la Democracia, acompañado de su familia y su gabinete, y atestiguó algunas demostraciones.
El piloto George Dyott, al ser saludado por el mandatario, lo invitó a dar una vuelta en uno de los aviones Deperdussin biplaza. Madero, sin pensarlo mucho, aceptó. El vuelo no duró más de 12 minutos, pero escribió la historia, pues hasta ese entonces ningún presidente en funciones había volado en avión antes. Madero, al aterrizar, fue recibido entre aplausos, vítores y vivas; se tomaron muchas fotografías del momento y la noticia de su vuelo se publicó en periódicos nacionales e internacionales.
Madero, un hombre temerario
Muchos consideraron la hazaña demasiado arriesgada, pues recordemos que la aviación estaba apenas en su fase inicial y los accidentes y las muertes eran frecuentes. ¿Qué necesidad tenía el presidente de México de arriesgar su vida?
Los historiadores recuerdan que Madero era algo excéntrico, con un toque de locura. Le gustaba pasear sin escoltas en Chapultepec y la Alameda en una época convulsa, de inestabilidad política. Era también famoso por su pasión por el espiritismo y por llorar en los conciertos de música a los que asistía.
Hazaña o una locura, a partir de ese momento Madero también fue recordado como precursor de las fuerzas aéreas militares en el país, ya que vería el potencial de los aviones como armas de guerra y su gobierno compraría a Moisant algunos aviones que después se usarían en las campañas revolucionarias.
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