Muñecas artesanales de Ixtenco, Tlaxcala, al rescate de la identidad otomí
Además de mantener viva la tradición textil de la comunidad, las muñecas artesanales de Ixtenco representan el vestir de las mujeres otomíes.
El municipio de Ixtenco, recién nombrado Pueblo Mágico en junio pasado, ciertamente es famoso por su feria del maíz y por considerarse el último bastión otomí de la entidad. En consecuencia, sus pobladores son guardianes de la riqueza cultural de la comunidad y el arte popular que elaboran, como las muñecas artesanales de Ixtenco y los cuadros de semillas son prueba de ello.
Cuadros de semillas de Ixtenco, Patrimonio Cultural Inmaterial de Tlaxcala
Las muñecas artesanales de Ixtenco evocan a Matlalcueye, diosa de la lluvia
Como la mayoría de las muñecas artesanales de las comunidades indígenas del país, estas figuras de trapo replican el traje femenino tradicional de las mujeres ixtenguenses, cuyo diseño tiene infinidad de significados, evocando a la diosa del agua Matlalcueye, nombre que los antiguos tlaxcaltecas dieron al volcán La Malinche (el pueblo se ubica a las faldas de éste), antes de la llegada de los españoles.
Sin importar que su nombre cambió por el de Malintzi, hoy La Malinche, este personaje sigue teniendo gran relevancia en la cosmovisión de los ixtenguenses, y más que una montaña, simboliza la progenitora y es una bella mujer joven que teje, peinada con trenzas y vestida con la blusa del pepenado.
De igual forma, Malintzi yace en un jardín exuberante rodeado de flores, pájaros y una fuente de agua. Y según la leyenda, las mujeres de Ixtenco aprendieron el arte de tejer observándola.
Así se viste Malintzi
La blusa que visten las muñecas tiene el famoso bordado pepenado, técnica que usa una aguja sobre tela de algodón para bordar diseños como cañadas, pájaros, flores de Nochebuena, canastos y conejos, entre otros elementos relacionados con la montaña.
Además, la tela blanca de la blusa emula la cima rocosa y gris del volcán; y los colores de estos bordados son el rojo, azul y negro, también relacionados con la Malintzi.
Respecto a la falda o titixtle, esta es larga, de color azul marino o negro, aludiendo a las laderas cubiertas de vegetación del coloso. También, la muñeca tiene alrededor de la cintura un ceñidor confeccionado en telar de cintura por bordadoras que replican los diseños heredados por sus madres y abuelas.
La vestimenta especial de las muñecas artesanales de Ixtenco
Por último, vale la pena mencionar que si bien las muñecas de Ixtenco visten estos trajes, las mujeres de la comunidad solo los usan en ocasiones especiales pues tienen un profundo valor reverencial a la montaña, la dueña de las aguas, a la madre.
Sigue leyendo: Muñeca de Amealco: más allá de un juguete, una tradición que nos identifica
¿Quieres escaparte a Tlaxcala? Descubre y planea aquí una experiencia inolvidable