Museo de la Exhacienda de Yaxcopoil - México Desconocido
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Museo de la Exhacienda de Yaxcopoil

Yucatán
Museo de la Exhacienda de Yaxcopoil fifu

A 35 kilómetros de Mérida, por el camino que conduce a la zona arqueológica de Uxmal, se encuentran los bien conservados restos de esta antigua hacienda henequenera que fuera fundada hacia el siglo XVII como una finca para la crianza de ganado y actividades agrícolas.

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Durante su época de esplendor su extensión llegó a tener cerca de 11,000 hectáreas de terreno, aunque al paso del tiempo, con los continuos procesos de cambio social y económico en la región, su extensión se vio reducida en forma considerable. En 1864 fue adquirida por don Donaciano García Rejón para establecerse en ella junto con su familia; desde entonces y hasta la fecha la heredad ha pasado de padres a hijos y es una de las pocas haciendas de este tipo en la región yucateca, que ha logrado conservarse casi intacta, gracias al empeño de sus actuales dueños por mantenerla en buenas condiciones y abierta al público.  La fisonomía general del conjunto arquitectónico es de un estilo neoclásico, con líneas muy discretas que recuerdan el inevitable gusto afrancesado de la época; sin embargo, los resabios coloniales aún pueden apreciarse en el acceso al sitio, ejemplificado en un precioso arco doble de reminiscencias moriscas. 

Al ser un museo de carácter privado, los propietarios pretendieron mostrar, con la mayor veracidad y sencillez, los espacios y mobiliarios que acostumbraban usar los hacendados de finales del siglo XIX y principios del XX, pues a pesar de las rudezas del campo se las ingeniaban para vivir con ciertas comodidades, incluso hasta contando con una pequeña piscina que permitía a los integrantes de la familia soportar el intenso calor de la región.  El núcleo de la hacienda se encuentra en lo que fue la casa principal, adaptada en una construcción alargada en la que se ubican la oficina, con su mobiliario original, en la que se efectuaba la paga de los trabajadores y en la que aún existen una caja fuerte, libros de cuentas y un plano de la antigua extensión de la hacienda; en un área contigua se encuentran la sala y el cuarto principal, con muebles también de la época. Después está la zona de cuartos o área de dormitorios, con algunas camas y espacios especiales en los muros para colocar las hamacas, que eran utilizadas en los días de calor extremoso.  Al fondo de esta ala se localiza el cuarto principal, también amueblado, que contaba con su baño privado y en el que se pueden ver algunos muebles de porcelana como la tina, excusado y un lavabo, todos de manufactura europea.

Anexa se encuentra la capilla de la hacienda, dedicada al santo patrono del lugar, San Jerónimo; ésta era usada para las ceremonias privadas de la familia y contaba con un cuarto adjunto que posiblemente usaba el sacerdote que efectuaba los servicios religiosos.  Un amplio pasillo central, a manera de patio angosto y alargado, separa a la construcción de una segunda ala en la que se encuentran otros cuartos que con toda seguridad estaban relacionados con las actividades de la servidumbre. Uno de ellos está habilitado con una pequeña exposición de objetos arqueológicos de la cultura maya, muchos de ellos rescatados de los alrededores de la hacienda. En esta misma sección de la construcción destacan las áreas que se dedicaban al comedor y la cocina, ambas con un precioso y fino mobiliario que retrata de excelente manera la vida doméstica y campirana del siglo XIX.  Hacia la parte posterior del conjunto se encuentran la huerta, la piscina con sus vestidores y la noria, que guarda aún las bombas originales de principios de siglo, que se usaban para la extracción de agua para regadío y uso cotidiano. 

Hacia el acceso principal de la hacienda, al fondo de un amplio cuadrángulo se encuentra otro edificio de corte neoclásico tras el que se alcanza a distinguir la enorme y esbelta chimenea del cuarto de máquinas donde se procesaba la preciada fibra del henequén. En su interior es sorprendente ver la complicada maquinaria que se utilizaba para el procesamiento del henequén y que aún se conserva en excelentes condiciones como si estuviera lista para trabajar de nuevo.  Al costado izquierdo de la construcción se encuentran otros edificios que fueron utilizados como talleres, cuartos de empaque y bodegas; el primero de ellos con una encantadora fachada de estilo neoclásico adornada con esculturas de mujeres que representan a las estaciones del año.  Al otro extremo del amplio espacio cuadrangular frente al cuarto de máquinas, se pueden ver aún los restos de algunos edificios que antaño formaron parte de la hacienda y que funcionaron como tienda de raya, hospital y escuela.   

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Ubicación:   35 km. al Sur de la Ciudad de Mérida. 

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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