Ribera de Chapala: 7 destinos indispensables
A orillas del Lago de Chapala, en Jalisco, se encuentra un alegre mosaico de poblaciones para quienes buscan un encuentro con la cultura, la historia y el arte.
Entre bellos cerros que como nudosas manos se aferran a la tierra queriendo alcanzar el agua, a unos 40 minutos de la ciudad de Guadalajara, Jalisco, espera el lago más grande de nuestro país y como lo han corroborado varios extranjeros procedentes de países con amplias zonas lacustres como Canadá y Noruega, uno de los más hermosos del mundo: el lago de Chapala.
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Chapala
Fue el pionero en turismo a nivel nacional, como lo muestra su antiguo hotel construido en 1898, hoy convertido en palacio municipal.
Indispensables
- Pasear por su malecón, apacible lugar desde donde se puede contemplar el lago y la imponente sierra, dejando la mirada perderse sin alcanzar la orilla hacia el este.
- Visitar el mercado de artesanías, donde confluyen piezas típicas de muchas partes del país. Artesanía en cobre de Michoacán y sombreros tipo cowboy; mientras a la distancia, con la brisa, coloridas hamacas de Oaxaca se mecen, y el barro de Tlaquepaque repite el sonido del lago en sus cavidades, y fascinantes piezas de los huicholes flotan en el aire.
- Elegir dónde comer en la zona de restaurantes de Acapulquito y entrarle de lleno a los frutos del lago: charales doraditos, pescado blanco al mojo de ajo, tacos de hueva.
- Probar la deliciosa nieve de garrafa.
- Visitar la antigua estación del ferrocarril, señorial edificio que data de 1920, recientemente renovado y convertido en el Centro Cultural González Gallo, donde puede ver obras de arte contemporáneo e historia local.
- El espejo de agua, que alguna vez le pareciera un mar a Alexander von Humboldt, ahora es una opción para muchos viajeros, de todas las edades, que buscan hacer un recorrido interesante.
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Mezcala
El corto trayecto desde Chapala se realiza por una agradable carretera con miradores y exclusivos fraccionamientos de casas. Es un pueblo pequeño de pescadores ideal para el contacto con la naturaleza.
Indispensables
- Arreglar una excursión al monte para ver las pinturas rupestres y los petroglifos.
- Recorrido en lancha a la Isla de Mezcala. Toma aproximadamente 15 minutos. Es como una pequeña ciudad fortificada. De 1819 a 1855 se estableció un presidio y aún quedan inmensos galerones destechados donde permanecieron 600 presos. Desde el punto más alto se tiene una maravillosa vista de todo el lago y de la Isla de los Alacranes, uno de los lugares sagrados de peregrinaje de los huicholes, que también es posible visitar embarcándose desde Chapala.
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Ajijic
Indispensables
- Probar, probar y probar….Como en todo lugar donde el viento multicultural ha pegado con fuerza, hay gran cantidad de restaurantes gourmet, cocina argentina, italiana, cantonesa, japonesa o griega.
- Pasear por su plaza y por sus calles, donde se percibe el encuentro de estilos de vida y nacionalidades, pues radican muchos extranjeros, principalmente canadienses y estadounidenses.
- Comprar alguna pieza especial en alguna de sus 17 galerías que inundan las calles de arte fresco e innovador. El talento de sus artistas se desborda en las fachadas con vistosos murales y hasta en los árboles secos de la plaza, convertidos en esculturas.
- Disfrutar de la noche en sus múltiples bares. La activa vida nocturna local invita a tomar un tequila en el Bar Azteca, cantina donde algunas veces estuvo José Alfredo Jiménez; también hay buenos lugares de cerveza y billar como el bar El Camaleón, pero quizá el bar más llamativo para divertirse, tomar la copa o cenar, sea El Barco, estilo lounge, con una interesante cava subterránea con caldos de todas las latitudes.
- Experimentar un temazcal a la usanza tradicional.
- Retroceder en el tiempo con huesos de mamut y mastodonte, petroglifos, sahumerios y ollas de ofrenda de los pueblos nahuas que habitaban estas tierras, así como armamento y cascos utilizados en contra el gobierno virreinal, atrincherado en la isla.
Para llegar se toma la carretera Chapala-Jocotepec y de allí hacia Tizapán el Alto. El camino está adornado por bellos árboles que en esta época rebozan de color como las jacarandas, galeanas, buganvilias y tabachines.
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Tizapán el Alto
Ideal para experimentar el espíritu típico de la región.
Indispensables
- Botanear unas aromáticas guasanas asadas, una especie de garbanza tierna, muy, pero muy buenas.
- Ver las torres más altas de la ribera en la iglesia de San Francisco de Asís.
- Pasear por sus callejuelas.
Tuxcueca
Este pueblo sorprende por la inmensa tranquilidad que irradia.
Indispensables
- Caminar por su pequeño embarcadero y relajarse junto a la sombra de su corpulento árbol; perfecto para contemplar el inmenso “mar chapálico”, como lo llamó Alexander von Humboldt.
- Visitar la humilde Capilla de la Virgen de Guadalupe con su pintoresca entrada enmarcada por ruinas de adobe, que solían ser el viejo mesón donde se descargaban las mercancías, antes de embarcarse a los demás poblados del lago.
- Contemplar las aves migratorias desde el embarcadero.
Jocotepec
Indispensables
- Comer la famosa birria de la plaza central en “El Tartamudo”, expertos por tradición familiar en el arte de preparar este exquisito platillo.
- Probar a manera de postre, o a cualquier hora del día, la nieve de garrafa.
- Pasear por sus distintas plazas, como la del Señor del Guaje y la del Señor del Monte que, a pesar de su cercanía, contrastan por la desigualdad de proporciones.
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San Juan Cosalá
Indispensables
- Tomar un baño en sus aguas termales con poderes relajantes y curativos.
- Recibir un masaje o experimentar la terapia de chorro y barro mineral.
- Visitar el spa ecológico Monte Coxala, en lo alto de la montaña, de agradable arquitectura con motivos prehispánicos e imponente vista al lago.
Así nos despedimos de la ribera, con el sol desapareciendo tras los cerros, acompañado de un tumulto de aves que regresan con algarabía y vuelo ceremonioso a las copas de los árboles.
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