Río, selva y mar en el Cancún secreto (Quintana Roo)
Cuando se arriba a este destino, en lo que uno menos piensa es en encontrar aventuras en la exuberante vegetación de sus alrededores. Te presentamos esta nueva forma de disfrutar Cancún.
Olvídate de la rutina y escápate:
VNV Marina, renta de yates en Cancún
Más allá de la imagen de paraíso sofisticado que la ciudad cultiva y promociona, algo en la atmósfera de Cancún recuerda todavía la salvaje intemperie de los trópicos y el olor a misterio de las selvas vírgenes.
Velocidad selvática
De Puerto Morelos, yendo por la carretera federal de Cancún a Chetumal, se extiende una vasta zona de clima subtropical con cenotes esparcidos. En medio de esta sucesión de ríos subterráneos colapsados (pues eso es básicamente un cenote) se encuentra Selvática, uno de los más intrépidos y disfrutables recorridos ecoturísticos de la zona. Una interminable línea de tirolesas interconectadas, en las que se llegan a alcanzar vertiginosas velocidades, es el primer paso del recorrido, siguiendo con un paseo en bicicletas de montaña por las angostas veredas hasta llegar a un idílico cenote de color azul turquesa y aguas cristalinas.
El hospedaje puede contratarse en el hotel Westin Resort, en el extremo de la zona hotelera más cercano al aeropuerto, ya que presenta la doble ventaja de estar alejado del mayor bullicio y de tener una de las mejores playas, así como acceso a la laguna y un sinfín de comodidades.
Gigantes submarinos
En Punta Sam se encuentra uno de los puntos de partida para convivir con los tiburones ballena. Estos rarísimos animales son nada menos que los peces más grandes del océano, y pese a su amenazante nombre, se alimentan solamente de plancton, por lo que acuden a nuestra costa, en las inmediaciones de la Isla Contoy, a darse un buen banquete en la temporada alta de nutrientes. Desde mediados de mayo hasta mediados de septiembre, esta zona es tan rica en plancton que el agua del mar, famosa por su inviolable transparencia y su color azul intenso, se ve más densa y oscura que de costumbre.
El recorrido te llevará hasta las cercanías de Contoy, zona declarada reserva natural en el 2003, en la que las actividades de ecoturismo relacionadas con el tiburón ballena, rigurosamente controladas, incluyen la apertura y el cierre oficial de la temporada.
Al principio cuesta trabajo distinguirlos, pero al cabo de cierto esfuerzo, puedes advertir una gran sombra marina acercándose.
Tienen una boca de gran tamaño en la que pueden apreciarse cientos de filas de dientes diminutos; branquias a los costados, y singulares dibujos en su lomo. Estas figuras son distintas en cada individuo, por lo que se ha llegado a comparar con nuestras huellas digitales. Incluso se sabe que algunos científicos en Estados Unidos están trabajando sobre la posibilidad de hacer un censo de tiburones ballena a partir de esas marcas en su lomo mediante fotografías.
Silencio bajo tierra
Río Secreto es un recorrido instructivo e interesante por uno de los cientos de ríos subterráneos que recorren la península. Está a cinco minutos de Playa del Carmen y aproximadamente a una hora de la zona hotelera de Cancún, sobre la carretera a Tulum, justo pasando la desviación hacia Xcaret.
Las catedrales más fastuosas creadas por el hombre no se comparan con las magníficas construcciones que el tiempo y el calcio han dispuesto en esa cueva: torres milenarias, espeleotemas de figuras delicadas simulando campanarios de colores rojizos, cúpulas cubiertas con la loca salpicadura de las aguas, cristales oscuros. Esta experiencia merece que los claustrofóbicos se replanteen sus prioridades, pues la sensación de estar surcando un camino nunca visto, una zona virginal y respetada del subsuelo; esa sensación vale la pena, más allá de los prejuicios del encierro y el temor a los murciélagos que cada tanto saludan al paseante con un aleteo repentino.
Tiburón ballena
Su apariencia casi prehistórica hace pensar en gigantes dinosaurios marinos, y esta intuición no está demasiado equivocada, pues se calcula que están en la Tierra desde hace 60 millones de años aproximadamente.
Estos fascinantes animales llegan a medir hasta más de 15 metros de longitud, aunque lo común en esta zona es encontrarlos de entre 8 y 12 metros, que no es poca cosa. También, desde luego, los hay más pequeños, cuando no han alcanzado aún su desarrollo pleno, pero se trata entonces de tiburones jóvenes, más ariscos y evasivos que los grandes, así que es difícil y poco recomendable nadar junto a ellos.
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