Sak' Tz'i', una ciudad perdida (Chiapas) - México Desconocido
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Sak’ Tz’i’, una ciudad perdida (Chiapas)

Chiapas
Sak’ Tz’i’, una ciudad perdida (Chiapas) fifu

El arqueólogo Luis Alberto Martos, quien ha estado a cargo del rescate y estudio del sitio desde noviembre de 2003, nos contó que el primer reporte arqueológico de Plan de Ayutla lo hizo en 1976 el arqueólogo alemán Peter Schmidt, quien entonces trabajaba en Bonampak.

Él se enteró por los lacandones de Lacanjá que había un sitio arqueológico muy grande hacia esa zona. En compañía de los lacandones, Schmidt visitó el lugar e hizo un pequeño reporte que incluyó la primera descripción formal, pero no fue sino hasta 1994 cuando el arqueólogo Alejandro Tobalín visitó de nuevo el lugar e hizo otro reporte, donde señalaba la necesidad de que el INAH interviniera, ya que era un sitio arqueológico de gran importancia.  A finales de los años noventa y al ver que el turismo empezaba a fluir hacia Yaxchilán y Bonampak, la comunidad del Plan de Ayutla decidió llamar la atención de los turistas. Haciendo trabajo comunitario empezaron a desmontar, a quitar los árboles de las ruinas e incluso a remover escombros; fue entonces cuando el INAH asignó al arqueólogo Luis Alberto Martos al frente del proyecto de rescate y exploración del sitio arqueológico de Plan de Ayutla.   

EL GLIFO DE SAK’ TZ’I’   

El arqueólogo Martos nos comenta: “Platicando con el epigrafista Peter Biró, me proporcionó información y me planteó la posibilidad de que el sitio pudiera ser Sak’ Tz’i’. En el año de 1994, dos epigrafistas, Nicolay Groove y Linda Schele, encontraron un glifo, lo transcribieron y al descifrarlo descubrieron un señorío llamado Sak’ Tz’i’ , que significa perro blanco”.  Este glifo se ha encontrado en unos once monumentos en distintos sitios mayas de la región del Usumacinta: Piedras Negras, Yaxchilán, Lacanjá y Bonampak, y se refiere a un señorío que gobernaba una ciudad muy importante en esa región, pero el lugar donde estaba aún no se ha localizado.   

SAK’ TZ’I’ EN BONAMPAK   

La referencia a Sak’ Tz’i’ más espectacular que se conoce aparece precisamente en los murales que le han dado fama a Bonampak, en uno de los cuales se representa una batalla librada en el año 792 de nuestra era entre la coalición militar de Bonampak y Yaxchilán contra el señorío de Sak’ Tz’i’. Los señores Itzamnah Bahlam III de Yaxchilán y Chan-Muwan II de Bonampak someten y humillan a Yeht’ K’ihnich, señor de Sak’ Tz’i’.  La rivalidad entre esos señoríos se remonta al menos 150 años atrás, hacia el año 641, según consta en otro monumento en el que se menciona que el gobernante de Sak’ Tz’i’ capturó a los señores de Bonampak.     

¿DÓNDE ESTÁ SAK’ TZ’I’?   

Martos explica que según el Modelo Teórico Gravitacional, se traza la posible área de influencia de un sitio con base en los lugares donde se han encontrado referencias. Así se ha trazado el área de influencia del señorío de Sak’ Tz’i’, y el sitio arqueológico de Plan de Ayutla quedaría justo en el centro de la misma.  ¿Será este sitio la ciudad de Sak’ Tz’i’ a la cual se refieren los antiguos textos mayas? Tal era precisamente la interrogante que Martos y su equipo intentaban resolver cuando los encontramos en plena excavación de la cancha del juego de pelota, una construcción de 85 m de largo, la más grande de la región; buscaban marcadores, unos discos de piedra que señalan la parte media de la cancha y a veces también el inicio de los cabezales. En el área maya es muy común que los marcadores tengan inscripciones, generalmente con el nombre del sitio o de sus gobernantes, por lo que eran muy altas las probabilidades de encontrar ahí una inscripción con el nombre de la ciudad.   

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 UNA PISTA INCOMPLETA   

Subimos con Martos al cerro que sirve de basamento a la Acrópolis Oeste, un conjunto de pequeños edificios que forman una acogedora placita. En todo el sitio había enormes pozos de saqueo de épocas recientes, pero el interior de la cámara del Edificio 31 se conservaba intacto; ahí podría encontrarse algún entierro y probablemente objetos con inscripciones, por lo que Martos dirigía la excavación de un pozo de exploración de 1 m de lado por 1 m de profundidad.  En el muro norte del mismo edificio se conservan los vestigios de antiguas inscripciones mayas. Uno de esos glifos corresponde a la representación silábica de la palabra Tz’i’, que significa “perro”. Por desgracia los glifos anteriores se han perdido por la erosión, pero si hubieran correspondido a Sak’ casi se podría afirmar que esta ciudad se llamaba Sak’ Tz’i’.   

 EL USO DE LOS ESPACIOS ARQUITECTÓNICOS   

Martos asevera que este sitio tuvo una ocupación muy intensa durante el Clásico tardío, entre los años 600 y 850 dC, y que por lo menos hacia el 300 dC ya había un primer asentamiento en Plan de Ayutla.  Sobre el cerro ubicado al norte de la zona núcleo de la ciudad se ubican las ruinas de la llamada Acrópolis Norte, que al parecer era el conjunto residencial donde vivían los miembros de la clase gobernante. Uno de los espacios más impresionantes es la estructura 13. Vista desde el exterior parece una formación natural, pues aún está cubierta por la vegetación, pero se trata en realidad de un edificio de dos bóvedas gemelas triangulares que alcanzan poco más de 8 m de altura y que por sus proporciones son únicas en toda la región.

Aún presentan restos de la pintura negra que cubría su interior, lo que en su momento debió haber creado al visitante la sensación de ingresar en un espacio tan vasto como la noche.  En esta acrópolis también llama la atención la diversidad de estilos constructivos en las bóvedas y lo intrincado de los espacios interiores. Las múltiples adiciones y modificaciones arquitectónicas son un reflejo de la necesidad de adaptación a las demandas de nuevos espacios para un grupo en constante expansión. Es probable que en algunos de estos recintos se atendieran los asuntos sociopolíticos del señorío y que otros funcionaran como santuarios y templos. Hasta la fecha, en la Acrópolis Norte se han encontrado diecisiete estructuras, pero aún no se ha localizado ninguna evidencia del nombre del sitio o de sus gobernantes.     

CONTINÚA EL MISTERIO   

Ni en las excavaciones del Edificio 31 de la Acrópolis Oeste ni en las de la cancha del juego de pelota, Martos y su equipo hallaron indicios del nombre del sitio. Probablemente en alguna inscripción de los dinteles o estelas que han sido saqueados se encuentre la clave del misterio, pero será muy difícil recuperarlos. Quizá en la próxima temporada de trabajo se puedan localizar algunas piezas que contribuyan a esclarecer la misteriosa identidad de esta ciudad.  Mientras tanto, el sitio arqueológico de Plan de Ayutla, aún no abierto al público, continúa bajo la custodia del INAH y de las autoridades ejidales de la comunidad del mismo nombre.   

DESARROLLO COMUNITARIO   

Además de los trabajos arqueológicos, Martos también ha hecho una buena labor en pro del desarrollo comunitario con los habitantes de Plan de Ayutla. La población fue fundada en los años setenta por familias tzeltales provenientes de Los Altos de Chiapas, y fueron ellos los primeros en despejar la vegetación que invadía las ruinas y en vigilar el sitio, además de que pronto advirtieron su potencial de desarrollo como comunidad, pues no sólo cuentan con la zona arqueológica, sino que también poseen bellas cascadas, un pequeño lago, la selva… en fin, mucho que ofrecer.   

Fuente:   México desconocido No. 341 / julio 2005 

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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